En el cole, con 13 años o así, a un compa de clase yo le ponía como una moto. Y abusaba de mi. No podía resistirse. El primer día de patio, aquel puñetero colegio era peligroso, me entrecogió en los baños cuando fuimos a miccionar. Cerró la puerta y se echó sobre mí.
Y a mi él me gustaba y me encantó lo que hizo. Al mismo tiempo quería ser mi protector allí. Ese colegio era como una carcel. Estaba lo peor del barrio. entró en el baño a patadas con las puertas. Y cuando cerró la puerta del baño me arrinconó y quería pegarme y morderme y besarme y abrazarme y lamerme y humillarme. Todo. Comerme todo. El sintió que a mi eso me gustaba.
Y lo hacia de vez en cuando. Yo no le decía que no pero tampoco terminaba de besarle.
Solo hubo un problema. El hecho de que no fuera una ficción o de que él no entendiera -porque era un pimpollo (de ahí su atractivo)- que eso tenia que quedar entre nosotros como un SECRETO -esto es MUY importante en la erótica lgtb- hizo que yo no pasara nunca con él de un cierto límite, lo cual, a él le ponía mucho más aún.
Yo iba con él pasito a pasito, haciendo las cosas bien, buscando intimidad, y él era un salvaje echado al monte, estaba en llamas.
Esa fue la primera persona hacia la que yo sentí realmente un deseo sensual fuerte. Era muy hermoso. Quedaba con él, fui a su casa un par de veces después del colegio. En el recreo nos saltábamos la valla e íbamos a una plaza cerca de otro colegio de tías. Él quedaba con un tía de un colegio de éstos que llevan uniforme. Una tia que estaba buenísima. Una malota. Una niña perversa. Y se enrollaba con ella delante mía, pero en realidad al que deseaba era a mí. Era para demostrarme que era un macho. Y lo era. Era un puñetero salvaje.
Nunca pasó nada más que esos abusos/juegos entre nosotros. Yo la tenia más grande que él, estaba más desarrollado. Una vez se sacó la platano y creía que sería la primera experiencia. Me iba a enrollar con él. Pero el muy pimpollo llamó al hermano. Un tío de 30 años que apareció por ahí en pelotas en un pasillo.
Entonces yo ya sentí que ese peligro era real y no había intimidad. Se me cortó el punto, quise irme de esa casa y me fui.
Fue la primera persona a la que puse en llamas. Y después hablando con compañeros resulta que ya mantenía relaciones homo con otros chicos. Años después lo veía por la calle y no lo saludaba. Le tenía un cierto miedo y estaba decepcionado. Hubiera sido mi primer novio. Y un día se acercó y me habló conmigo. quería saber porqué no lo saludaba. Ahí si vi respeto y sentimiento en él, pero ya era tarde.
Y a mi él me gustaba y me encantó lo que hizo. Al mismo tiempo quería ser mi protector allí. Ese colegio era como una carcel. Estaba lo peor del barrio. entró en el baño a patadas con las puertas. Y cuando cerró la puerta del baño me arrinconó y quería pegarme y morderme y besarme y abrazarme y lamerme y humillarme. Todo. Comerme todo. El sintió que a mi eso me gustaba.
Y lo hacia de vez en cuando. Yo no le decía que no pero tampoco terminaba de besarle.
Solo hubo un problema. El hecho de que no fuera una ficción o de que él no entendiera -porque era un pimpollo (de ahí su atractivo)- que eso tenia que quedar entre nosotros como un SECRETO -esto es MUY importante en la erótica lgtb- hizo que yo no pasara nunca con él de un cierto límite, lo cual, a él le ponía mucho más aún.
Yo iba con él pasito a pasito, haciendo las cosas bien, buscando intimidad, y él era un salvaje echado al monte, estaba en llamas.
Esa fue la primera persona hacia la que yo sentí realmente un deseo sensual fuerte. Era muy hermoso. Quedaba con él, fui a su casa un par de veces después del colegio. En el recreo nos saltábamos la valla e íbamos a una plaza cerca de otro colegio de tías. Él quedaba con un tía de un colegio de éstos que llevan uniforme. Una tia que estaba buenísima. Una malota. Una niña perversa. Y se enrollaba con ella delante mía, pero en realidad al que deseaba era a mí. Era para demostrarme que era un macho. Y lo era. Era un puñetero salvaje.
Nunca pasó nada más que esos abusos/juegos entre nosotros. Yo la tenia más grande que él, estaba más desarrollado. Una vez se sacó la platano y creía que sería la primera experiencia. Me iba a enrollar con él. Pero el muy pimpollo llamó al hermano. Un tío de 30 años que apareció por ahí en pelotas en un pasillo.
Entonces yo ya sentí que ese peligro era real y no había intimidad. Se me cortó el punto, quise irme de esa casa y me fui.
Fue la primera persona a la que puse en llamas. Y después hablando con compañeros resulta que ya mantenía relaciones homo con otros chicos. Años después lo veía por la calle y no lo saludaba. Le tenía un cierto miedo y estaba decepcionado. Hubiera sido mi primer novio. Y un día se acercó y me habló conmigo. quería saber porqué no lo saludaba. Ahí si vi respeto y sentimiento en él, pero ya era tarde.
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