Yo lo de la tortura no lo veo por una simpre razón, los verdugos o guardias que tienen que hacerlo se convierten fuera de la prisión en bestias como los presos. Mira nuestros polícos, nos torturan y disfrutan.
Otra opción muy cruel es que ellos mismos, a turnos, ejerzcan de guardias/verdugos, como los sonderkommando.
Iría a lo práctico, eliminación y punto como los romanos. Si acaso en plan espectáculo circense, en quince minutos muertos por cornada de toro, rinoceronte. escorpiones, culebras...
¿Preguntas?
Respuesta:
No.
La pena capital es un error. El Estado no es nadie para quitar una vida.
La pena máxima debería ser la siguiente: enviarlos a una gran prisión al aire libre en la que ellos, partiendo de la nada, o casi, tengan que convivir entre ellos en sociedad.
La naturaleza (y su naturaleza) harían el resto.
Por supuesto, separando a las mujeres de los hombres, que no es cosa de que encima se reproduzcan.
Podría ser interesante someter a estos individuos a vigilancia permanente para ver si evolucionan favorablemente, o incluso crear varias prisiones con diferentes niveles de asistencia desde el exterior.
Debemos comprender a la mente criminal y tratar de evitar que en un futuro estos seres existan. No es por nada, pero la mayoría de estos excrementos algún día fueron niños que sufrieron vete tú a saber qué frutadas...