MENSAJE DEL ARZOBISPO CARLO MARÍA VIGANÓ
«
La Federación Rusa se erige innegablemente como el último baluarte de la civilización contra la barbarie»
«Queridos amigos, es para mí motivo de gran alegría poder dirigirles un breve mensaje con motivo de la creación del Movimiento Internacional de Rusófilos. El Manifiesto de esta asociación comienza con una palabra que parece haber desaparecido del vocabulario occidental: la amistad. En este caso, se trata de la amistad por los rusos, compartida por muchas personas en todo el mundo, y de la amistad de los rusos hacia otros pueblos, en ese espíritu de hermandad que encuentra su fundamento en el reconocernos hijos del único Padre Eterno y hermanos en Nuestro Señor Jesucristo.
Cuando el
Imperio Romano de Occidente perdió su rol político bajo la presión de las invasiones bárbaras, el testigo pasó a Constantinopla. Y cuando cayó también el Imperio Romano de Oriente con la conquista de Bizancio por Muhammad II, fue Moscú la que salvó el legado religioso y político. Con sus santos y sus reyes santos. La crisis actual nos muestra el hundimiento de un Occidente corrupto, en el que no hay Papa León Magno que salve su destino, pero que aún tiene un destino si redescubre su propia misión providencial y reconoce lo que tiene en común con la misión de Rusia.
Los acontecimientos recientes nos han mostrado que el ateísmo materialista que devastó al Imperio ruso y al mundo desde 1917 -como anunció la Santísima Virgen María en Fátima- se ha unido ahora al liberalismo en la ideología globalista que sustenta el delirante proyecto del Nuevo Orden Mundial. Un proyecto infernal, como bien puso en evidencia el presidente V
ladimir Vladimirovič pilinguin en un reciente discurso, en el que
el repruebo a la civilización cristiana quiere crear una sociedad de esclavos sometidos a la élite de Davos. Una sociedad distópica, sin pasado y sin futuro, sin fe y sin ideales, sin cultura y sin arte, sin padres y sin madres, sin familia y sin Estado, sin maestros y sin guías espirituales, sin respeto por los ancianos y sin esperanza para nuestros hijos. No puede sorprendernos que luego de haber descristianizado el mundo occidental esta élite considere a Rusia un enemigo a abatir.
La Federación Rusa se erige innegablemente como el último baluarte de la civilización contra la barbarie, y reúne a su alrededor a todas aquellas naciones que no tienen la intención de someterse a la colonización de la OTAN, la ONU, la OMS, el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y ese amasijo de fundaciones cuyo propósito es el adoctrinamiento de las masas, la manipulación de la información y la creación de “primaveras de colores” para desestabilizar a los gobiernos legítimamente elegidos y sembrar el caos, las guerras y la miseria como
instrumentum regni.
A la reciente farsa pandémica -dirigida con métodos criminales que no he dudado en denunciar desde principios de 2020- le han seguido nuevas emergencias -entre ellas la ucraniana- provocadas deliberadamente con el objetivo de destruir el tejido social y económico de las naciones, diezmar la población mundial, concentrar el control en manos de una oligarquía que nadie ha elegido y que ha perpetrado un verdadero golpe de Estado global, por el que tarde o temprano tendrá que rendir cuentas ante el mundo.
Los teóricos de este golpe tienen nombres y rostros, empezando por George Soros, Klaus Schwab y Bill Gates. Quienes hoy declaran enemiga a Rusia, también consideran enemigos a los europeos, a los estadounidenses, a los australianos y a los canadienses, y los tratan como tales, persiguiéndolos y empobreciéndolos. Pero mientras los emisarios del
Foro Económico Mundial en los gobiernos occidentales pueden legislar contra el bien de sus propios ciudadanos y tener en un puño a los líderes mundiales, ese
cambio de régimen que ha tenido éxito en otros Estados se ha detenido en las fronteras de Rusia. Por otra parte, también el fraude electoral de 2020 en
Estados Unidos de
América fue indispensable para impedir la confirmación del presidente Donald Trump, del mismo modo que en 2013
el Estado profundo y la Iglesia profunda lograron que el papa Benedicto XVI dimitiera y que saliera elegido un personaje grato al Nuevo Orden Mundial, el jesuita Jorge Mario Bergoglio.
El compromiso de ustedes debe promover ciertamente las relaciones de amistad de Rusia con todos los pueblos, según ese principio de
multipolaridad que, en una sabia visión
política a largo plazo, es la mejor manera de combatir el
unipolarismo globalista. Pero esta amistad, estas relaciones de concordia y cooperación mutua, no pueden prescindir de la denuncia del golpe perpetrado contra la humanidad por peligrosos subversivos cuyo objetivo declarado es la instauración de una tiranía infernal en la que reinan indiscutiblemente el repruebo a Dios y al hombre creado a Su imagen, la enfermedad, la muerte, la ignorancia, la pobreza, la violencia, el egoísmo y la corrupción. Es el reino del Anticristo.
Este Leviatán debe ser identificado y combatido, con una acción que involucre a todos los pueblos libres, en primer lugar,
rechazando con iniciativas comunes los puntos programáticos de la Agenda 2030 y del Gran Reinicio. Lo que se necesita es
una Alianza Antiglobalista que restituya a los ciudadanos el poder que se les ha arrebatado, y a las naciones la soberanía erosionada y cedida al lobby de Davos. En esto, el rol de la Federación Rusa será decisivo, de la misma manera que será importante el mensaje que el Movimiento Internacional de Rusófilos llevará a los pueblos de un Occidente que necesita volver a sentirse orgulloso de su Fe y orgulloso de la civilización a la que también contribuyeron los santos Cirilo y Metodio.
Estamos librando una batalla trascendental: permanezcamos bajo el manto de la Santísima Virgen, gloriosa
Nikopèia, junto con el Arcángel San Miguel. La victoria es de Cristo y de los que están bajo el santo estandarte de la Cruz.
† Carlo Maria Viganò, Arzobispo
14 de marzo de 2023
(Publicado originalmente en italiano el 16 de marzo de 2023, en
Viganò. Messaggio al Congresso Internazionale dei Russofili. (MIR).)
(Traducción al
español por:
José Arturo Quarracino)
Grabación del mensaje de monseñor Viganó en italiano al Congreso
h t t p s://youtu.be/avMo5-c97GQ
MANIFIESTO DEL MOVIMIENTO INTERNACIONAL DE RUSÓFILOS
Rusia tiene muchos amigos en todo el mundo. Por razones históricas, de cultura y de civilización, causa sincera simpatía, respeto e incluso amor mucho más allá de sus fronteras.
Muchas personas en el mundo, guiadas por cálidos sentimientos hacia Rusia y el pueblo ruso, se interesan por su lengua y su cultura, se esfuerzan por comunicarse y entenderse mejor con el pueblo ruso, y buscan información fiable e ideológicamente imparcial sobre la vida económica y
política de Rusia.
Estos sentimientos, estos intereses y estas aspiraciones merecen respeto y un firme apoyo. Guiados por estos cálidos sentimientos hacia el pueblo ruso, y también
- teniendo en cuenta el papel significativo y la influencia de Rusia en el mundo moderno;
- declarando nuestro respeto por la historia, la lengua y la cultura rusas;
- firmemente convencidos de que la cooperación mutua fortalece a nuestros pueblos;
- expresando nuestra convicción de que sin un diálogo activo y bienintencionado con Rusia, nuestro mundo global está incompleto y es inestable.
Nosotros, rusófilos de varios países, estamos creando el Movimiento Internacional de Rusófilos, y mediante su constante fortalecimiento y expansión
- promover y difundir la cultura rusa y el conocimiento de sus logros;
- ayudaremos a los amigos de Rusia de todo el mundo, organizativa y metódicamente, en sus actividades relacionadas con Rusia;
- apoyar la difusión de información fiable sobre Rusia y su relación con las cuestiones de actualidad de nuestro tiempo;
- resistir a la rusofobia en todas sus formas y manifestaciones;
- reforzar una «diplomacia de los pueblos» en defensa de un mundo multipolar, pacífico y armonioso.
Nuestro camino es el camino del amor, la bondad y la fidelidad. Siguiendo este camino, nosotros, rusófilos de todo el mundo, podemos ser extremadamente útiles a las instituciones culturales, económicas y sociales de nuestros países, promoviendo el entendimiento mutuo y trabajando para superar la hostilidad, la desinformación y la desconfianza en el actual mundo de conflictos.
Nosotros, los fundadores del Movimiento Internacional de Rusófilos, convencidos de que no hay alternativa razonable al respeto mutuo y a la amistad entre los pueblos, suscribimos este Manifiesto, y hacemos un llamamiento a todos aquellos que perciban nuestra iniciativa como necesaria y útil para el mundo para que nos apoyen firmando este Manifiesto.
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El martes 14 de marzo de 2023 tuvo lugar en Moscú el Primer Congreso Internacional de Rusófilos (MIR
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