A ver. Vuelvo a poner el ejemplo de mi amigo.
Empieza a ejercer y monta un despachete en su casa: Como no tiene clientes se pasa el día en el sofá viendo películas. Alguna cosa le entra remitida por amigos y familiares, que las hace sin moverse de allí. Luego aparte era un tío sangre-horchata que cuando salía de casa no hablaba con nadie e iba siempre con los cascos.
Todo el puñetero día llorando con que la abogacía es una cosa. Que no da dinero, que gana más trabajando deloquesea-menosesto. Al final termina dejándolo hablando pestes del oficio.
El puñetero problema fue él desde el principio, y de hecho me costó una discusión. Lo que no puede ser es que haya un evento del colegio y el señor diga que como no es obligatorio no va porque le da pereza, cuando allí vas conociendo a otros compañeros, procuradores, peritos, funcionarios...
Hay gente que simple y llanamente no vale. Punto. No tienen capacidad para que la gente confíe en ellos, ni dan imagen de tener dominado el oficio. Con lo cual nadie los contrata ni los llama.
Sin embargo ya te han dicho que si te esfuerzas y aguantas prosperas. Y un compañero de carrera se licenció con 50 años.
Pero hay que ser medianamente sociable. Tener sólidos conocimientos y transmitir la sensación de que estás en buenas manos, y poco a poco crecer.
Cuando se inicie el procedimiento cobrar provisión de fondos, porque si no hasta que no acabe el procedimiento no verás un duro. Y no cometer los errores que cometen todos los novatos.
No entres al mercado reventando los precios llevando divorcios a 100€. Te vas a inflar a trabajar por dos monedas.
No te vengas arriba y nada más empezar te pilles un local en el paseo de la castellana forrado de mármol y caoba. Trabajo en casa, y poco a poco ir mejorando si la economía lo permite.
Lo bueno del oficio es que puedes empezar sin nada. Lo único que necesitas es un ordenador de cosa con un procesador de textos. El resto con internet es prescindible.
Y sobre todo al principio saber administrarse muy bien. Hay meses que te topas con 20.000€ porque has cobrado tres costas y dos minutas. Al mes siguiente poco o nada... no te marques un viaje a Nueva York porque has cobrado.
Al que le gusta se le nota y prospera. Pero hay muchos otros que simple y llanamente no sirven para el oficio.
Hay abogados (incluso viejos) que solo saben trapichear con familia, conformidades penales y poco más (turno de oficio, vamos) pero en cuanto les entra un asunto complejo empiezan a balbucear.