Creo que para tener un debate serio sobre este tema hay que dejar de lado numerosas ideas prefijadas, que historicamente no son ciertas, o al menos no tan sencillas como parece. Creo que en el tema del debate sobre la URSS y las revoluciones de la edad contemporánea, hay que tener en cuenta dos cosas:
1. La revolución soviética no es sino el episodio más importante de la gran era de las revoluciones que abrió la Revolución Francesa. Un período de lucha de clases con avances, retrocesos y numerosos matices a tener en cuenta, con protagonistas de todo pelaje: socialistas, socialdemócratas, anarquistas, liberales, reaccionarios, monárquicos, etc. Y antes de la URSS hubo numerosos episodios: las revoluciones de 1830 y 1848, la lucha por el sufragio universal y los derechos sociales, las internacionales, y los movimientos de la reacción. Sólo entendiendo esto como un conflicto social, que tras la I GM llevó a un estado de guerra civil encubierta en no pocos países (no sólo la URSS, sino también la Alemania espartaquista, los países del antiguo imperio austrohúngaro, Polonia, o España, por ejemplo) se puede comprender mejor el papel de la URSS dentro de los movimientos de izquierda europeos. Y como en toda lucha, hubo victorias en un bando y en otro, cesiones y renuncias, como por ejemplo que el prusiano y junker Bismarck acabase concediendo derechos sociales a un SPD que era, de aquellas, el partido de izquierdas más poderoso del mundo. Yo recomiendo leer El eclipse de la fraternidad de Antonio Domenech, autor que realiza una magistral síntesis del período de las grandes revoluciones europeas anterior a la IIGM. Esta guerra, sin embargo, lo cambió todo. Fortaleció a la URSS, pero también supuso en las democracias europeas un avance sustancial de los derechos de los trabajadores, consiguiendo la creación del Estado del Bienestar. Y esto es así porque los grandes capitalistas, que habían sostenido la reacción a la revolución soviética y sus epígonos en otros países al apoyar el fascismo, estaban completamente deslegitimados, llegando al punto de que incluso la CDU, en su primer programa de posguerra, defendía la nacionalización de la banca y la gran empresa que había encumbrado a Hitler. El neoliberalismo, dentro de este contexto histórico, es realmente una contraofensiva de clase destinada a revertir todo lo conseguido tras la IIGM. No lo digo yo, lo ha dicho hasta Warren Buffet, quien en una entrevista en el NYT reconoció en 2007 que la guerra de clases existía, y que la suya estaba ganando. El hecho de que el capital transnacional haga y deshaga a su antojo hoy en dia es el resultado de esta contraofensiva, que ha sido hasta ahora exitosa.
2. La URSS nunca fue lo mismo, ni mucho menos. Hay al menos cuatro períodos: la guerra civil y el comunismo de guerra, la posguerra y la NEP, la reacción estalinista y los planes quinquenales, y la desestalinización. Cada uno de ellos provocó reacciones y críticas dentro y fuera de la URSS, como las de Rosa Luxemburgo, los troskistas, el Che Guevara y otro movimientos de izquierda que no comulgaron con numerosos aspectos de la experiencia soviética. NO tiene nada que ver la época de la redacción de la constitución soviética (que incluso recogía en un artículo que el Estado debía dotar de locales con calefacción a los movimientos populares independientes) y su coetaneo económico, la NEP (que reconocía la propiedad privada, la iniciativa individual y el comercio privado), con la época del estalinismo, que supuso la purga de la vieja guardia bolchevique y la creación de un sistema centralizado de producción (imitado por los nazis, por cierto). Como tampoco tiene que ver con la etapa de la desestalinización y la conversión de la URSS en un imperio, algo que estoy convencido de que Lenin vería con horror.
Así que, por favor, seamos serios y pongamos cada cosa en su sitio.