¿Quién es Satoshi Nakamoto?

Obviamente, Satoshi Nakamoto es un personaje ficticio inventado, lo cual dice mucho del mundo de las criptos (ojo, que yo también tengo, pero ya me entendéis). No va a aparecer en ningún sitio.


El prefijo "Cript-, Cripto-" significa "oculto".

Etimológicamente procede del griego "kryptós" con el mismo significado.

Y que así siga.
 
100% hal finney o nick szabo
Hal Finney fue de los primeros que vio el código, y el primero que recibió una transacción Bitcoin, pero no esSatoshi Nakamoto . Lo dijo él mismo y lo dijo Ray Dillinger (criddit) en 2013.


December 23, 2013, 07:41:29 PM​
Merited by BobLawblaw (2)
#9
I was on the Metzdowd cryptography list at that time.

Satoshi posted asking for professional crypto geeks to review his project.

Hal Finney and I were two of those who answered, and he sent the archive to several of us.

Hal probably has this same archive in his mail as well, if he saved it.​


Parece que la vida no fue muy fácil para Hal después de que Bitcoin se popularizara y lo estuvieron extorsionando hastasu fin (2014). En Agosto de 2014 ,1 BTC equivalía a unos 500 USD.
 
Yo tampoco sé quién creó el primer banco del mundo ni el sistema de deuda como forma de crear dinero (que seguro que si lo busco por ahí, algo de información encuentro), pero lo uso igual (qué remedio!).
Teniendo en cuenta que ya intentó alguien crear un dólar alternativo no respaldado por el gobierno, y lo acusaron de falsificador y estafador, con más de 15 años de prisión, si yo fuera el tal Satoshi no diría quién soy ni por todo el oro del mundo. Hoy, más que nunca, la privacidad vale más que cualquier otra cosa (y no hacemos más que regalarla de forma inconsciente).
Además, BTC ya no es sólo de Nakamoto, sino de un montón de gente (programadores, mineros, desarrolladores, usuarios...), de una comunidad que lo mantiene y desarrolla. Al igual que Linux y todas sus variantes.
 
Las teleco y la energía las ponen ellos

Cuando quieran vaporizan las cripto.

Sigo sin tener la certeza de que no sean un caballo de troya
 
Y tú puedes aprovechar la oportunidad que la judiada te ha puesto sobre la mesa o llorar porque el mundo es una cosa, buaaaa buaaaaaaaa. Por supuesto elegirás la opción 2, la que mereces.
Efectivamente.

La estrategia común del llorón foril es rezar muy muy muy fuerte (es importante hacerlo muy muy muy fuerte para que el de arriba escuche), rabiar mucho con la esperanza de que la magia ocurra y las cosas cambien por sí solas y compartir la frustración compulsivamente en esta caja de resonancia bilial. Obviamente, tras esto lo único que cambia son sus niveles de cortisol, pues el mundo sigue rodando hacia donde ellos no desean y absortos en sus 24 horas del repruebo dejan la oportunidad de cambiarlo una y otra vez. A cada revolución de la esfera, una bilis más fuerte que precipita un mensaje y otro y otro... hasta llegar a decenas de mensajes al día clónicos en su contenido y objeto en un foro de don nadies (lo digo -también- por la no identidad).

Y así terminarán a los 40 -y calvos, por supuesto- sin haber entendido nada, absolutamente nada de lo que ocurrió en el mundo mientras ellos miraban por la ventana, puesto que estuvieron, por un lado, ensimismados en la tarea del encaje a posteriori de todas sus ultrateorías e interpretaciones recontraforzadas de la realidad objetiva en conjunción con la masilla magufa tapa bujeros y, por el otro, tremendamente ocupados en exigir gritando al viento la subsanación del mal causado a un enemigo al que no son capaces de atribuir identidad alguna, más allá de ciertas conjeturas y teorías donde los malos tienen nariz de cuervo y dientes de camello.

Yo no soy psicólogo, pero sé claramente a dónde conduce este tipo de comportamiento: a la parálisis. Y es que en el interior de sus crisálidas constituidas principalmente de resentimiento empiezan a ver cómo les adelantan por la derecha los recién llegados. Es muy triste. Aventuro que, como cambiar el mundo requiere sacrificio, a lo sumo algunos sacarán el valor necesario para juntarse y pegar una golpiza al pobre con poca gracia que se encuentre en medio de una calle a oscuras.
 
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