A parte de ser iluso, ella misma es la primera en hacer lo que critica: centralismo andaluz. Habla del andaluz como si fuera una única lengua (no hablemos ya de dialecto) cuando no lo es.
Cualquiera que conozca Andalucía lo primero que sabe es la gran variedad, sólo en acentos hay la leche y de un pueblo a otro se puede pasar del seseo al ceceo. Lo único que hay en común en todo el sur es la aspiración de las eses, pero ni eso es exclusivo de los andaluces, también murcianos, buena parte de los extremeños y sin contar los países del Río de la plata, Nueva Granada o el caribe donde también se aspira las eses.
Y mejor no molestarse en explicarle la diferencia entre idioma y dialecto porque le explota la cabeza o se le caería la baba al no entender nada.