heinlein74
Madmaxista
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Yo creo que nadie en su sano juicio puede quitarle su parte de razón. Pertenezco al colectivo covinazi del quinceavo día y no le voy a negar casi nada de lo que dice. Sin embargo tiene usted que pensar que esto es así por qué no se han querido tomar las medidas realmente efectivas y terminar con esto cómo se ha hecho en Australia o en Corea, encierros relativamente cortos y contundentes para erradicar el bichito al 99 % y un cierre de fronteras estricto y una vigilancia exhaustiva para que cuando vayan reapareciendo pequeños brotes los aplastemos cómo están haciendo allí, y mientras tanto vida más o menos normal, con ciertas precauciones claro.Supongo que eso incluye no sólo los viajes de placer, sino también las visitas a los seres queridos.
No se puede estar un año, o más, sin ver a tu mujer, o a tu progenitora octogenaria, o a los hijos sobre los que no tienes la custodia. Es INHUMANO. No es ir a un bar, o a zampar p...s como dice algún tarado de por aquí. Es hscer eso que precisamente nos hace humanos.
En el primer "confinamiento", con el miedo general, fue fácil. Además la gente creía que serían un par de meses y no volverían a vivir nada parecido.
En el segundo ya les está costando más. Han necesitado un estado de alarma de seis meses y utilizar a los palmeros autonómicos para imponerlo, de aquella manera. Ya no salen los policías a tocar la sirena para que los perros de Paulov aplaudan como fulastres. Saben que ese truco ya no funciona.
En el tercero muchos se van (nos vamos) a rebelar. No vamos a dejar de ser humanos. Llevamos meses sin ver a nuestras familias. No hay justificación posible para eso. Incluso los más fans de las medidas extremas tendrán que reconocerme que impedir a ese chaval de Alicante que vaya a ver a su novia porque puede contagiar a no sé quién mientras hay mítines con centenares de personas, jornadas electorales con miles de mesas, metros llenos hasta los topes, clases de 40 niños, viejos escupiendo y sonándose los mocos en plena calle y, en general, eventos de embichamiento mucho más propicios no sólo es absurdo y demencial: es una ATROCIDAD, un atropello.
Aquí nadie niega que exista bichito. Lo que se niega es lo que está sucediendo a propósito del bichito, con la aquiescencia, si no colaboración directa, de muchos ciudadanos esclavos de su miedo, que necesitan una figura protectora que les diga lo que tienen que hacer para que les proteja.
Yo no pienso estar años sin ver a mis seres queridos. Para mí eso no es vivir. Es como si estuvieras muerto en vida. No es el capricho de ir a un bar: es poder ver, oler, tocar a gente que puede que mañana, por una vuelta del destino, no vuelvas a ver nunca más.
Y cuando un 10-15% de la gente llegue a ese punto no tienen suficientes policías para evitarlo, ni les va a ser suficiente el telediario de la Sexta ni el Carballo pidiendo latigazos. Van a poner a muchos entre la alternativa de morir de bicho o de ardor de estomago, miseria y fin, y la mayoría va a tener clara su elección.
Esto no es negacionismo: es vivir, o morir, de forma libre.
por negarse a esta estrategia al final estamos todos con un semiconfinamiento eterno. Estúpidos cierres perimetrales y insensateces por el estilo.
Mención aparte merece la psicopatía de los políticos qué no toman medidas con criterios sanitarios sino electorales y por supuesto cuando a ellos les conviene se las saltan y se las pasan por el forro de los c******.
Lo de aplicar la ley sed lex dura lex a los débiles y no atreverse a hacerlo con otros o hacer la vista subida de peso según convenga es un clásico de este país, y no creo que pudiera esperarse que fuera a cambiar en estas circunstancias.
Conclusión: el covidianismo radical estrategia el bichito 0 no es el problema sino la solución económica y sanitaria.
La casta de garrapatas que tenemos encima es otro asunto que también habrá que solucionar.