Por otro lado sea cual sea el resultado desde luego ya nada volverá a ser como antes. En estas elecciones se caen todas las máscaras.
Si gana Trump porque se demuestra el fraude, lo que está claro es que vivimos en una gran farsa donde directamente todos los estamentos del poder conspiran en una determinado dirección para imponer una serie de ideas que todos sabemos de donde vienen. Ya nadie podrá decir que en burbuja nos inventamos cosas raras, porque la prueba es irrefutable.
Si Trump pierde porque al final todo lo que dicen sus abogados o partidarios eran meros fuegos de artificio, pues las cosas se ponen aún más interesantes. Porque si esa peña que ESTÁ EN LA ÉLITE entre la élite de los paises del mundo, demuestra tal nivel de inutilidad y ausencia de rigor, simplemente concluimos que vivimos en un inmenso circo, que lo que sucede en el mundo está más influenciado por el puro azar, por las circunstancias que por cualquier criterio u orden racional. Que realmente vivimos en una gran farsa y que TODO ES POSIBLE. Que no podemos atrevernos siquiera a predecir lo que sucederá en solo 5 años, porque esto es una jaula de locos o de simples donde cualquier cosa es creible. Desde que Sadam Hussein invadió Kuwait solamente a causa del comentario etílico de una agregada diplomática a que cualquier presidente español de las últimas décadas no es más listo que la pescadera de la esquina.
Así que somos rehenes de lo irracional, del puro azar más absoluto, o de la pura voluntad divina que dirían los creyentes.
No sé yo que es peor.