Más o menos.
Los contagios o tardan mucho en producirse o mucho en ser detectados, pero lo malo es que siempre llegan. Yo siempre he tendido a estimar que el bichito la va a liar en menos tiempo del que realmente necesita. Luego al ver que no termina de suceder, incluso me vuelvo más positivo y finalmente, me sorprende.
Caso de Asturias. Casi 50000 tests consecutivos dando negativo entre junio y julio. Desde mediados de julio hasta septiembre, con Asturias hasta la bandera, casi como si no estuviese pasando nada. Pues bien, hasta el 10 de Octubre no superamos el 5% de positividad en los tests y llegué incluso a pensar que no ibamos a tener una segunda ola fuerte. A día de hoy tenemos el hospital de Gijón colapsado y una ocupación en planta y UCI en toda Asturias, que ya es la mitad de la que tuvimos en el pico de la primera ola en Abril.
Con lo de los colegios quizá suceda lo mismo, pero, por razones evidentes, sería aún más lento. Ojalá me equivoque y no pasé nada, pero los contagios existen y no son pocos. En algunas comunidades, el tramo de edad con más contagios es ya el de edad escolar. Dale unas semanas más para que el volumen de asintómaticos crezca aún más y el bichito llegue a padres y abuelos. A partir de ahí veríamos el verdadero efecto de las clases presenciales y, claro está, sería tarde para tomar decisiones.
Seguimos cometiendo el error de elaborar planes pensando en que todo va a ir medianamente bien cuando los deberíamos diseñar para el peor de los escenarios posible. No me esperaba ver los números que estoy viendo por toda Europa y eso me ha vuelto bastante pesimista con lo que veremos en el invierno. Cómo el bichito nos vuelva a "sorprender" este invierno, será un jaque mate a occidente.