Buenos días.
Resulta impensable, en pleno siglo XXI , una dictadura en los países occidentales desarrollados. No se toleraría una dictadura militar ni tampoco del proletariado. Tampoco se permitiría que un iluminado pretendiese anexionarse territorios mediante conflictos bélicos. Todo esto pertenece al siglo XX, pero no parece factible en el actual.
Sin embargo, se está forjando algo muy similar a un sistema dictatorial, un modelo donde unos pocos deciden el destino del resto, un sistema con los derechos restringidos, un tiempo de caos y confusión donde los ciudadanos vemos nuestra libertad mermada por el capricho y las decisiones de unos pocos.
Se está imponiendo progresivamente. Es la dictadura del dato, la dictadura de la información, del estudio, el informe o el supuesto experto. Prácticamente todo radicalmente falso y arbitrario. El dato manipulado, el informe pagado y el estudio interesado son y serán las armas que unos pocos utilizarán para imponer su voluntad al resto. Te dirán una cosa pero también la contraria, si fuese necesario.
Hagamos memoria, no seamos tan olvidadizos. Si se hubiesen cumplido los datos e informaciones que nos han ido suministrando, a estas alturas de la esa época en el 2020 de la que yo le hablo tendríamos decenas de banderillas seguras y eficaces (no olvidéis que hablaban de 3, 6 o 12 meses máximo). También en estas fechas dispondríamos de múltiples y efectivos medicamentos. Los infectados gozarían de una inmunidad amplia y duradera y, por estas fechas, deberíamos estar casi celebrando la denominada “inmunidad de rebaño”. Incluso ya no estaríamos en crisis económica, sino en una extraordinaria recuperación en forma de V.
¿Y qué tenemos en realidad? ¿En qué situación estamos? Estamos en una situación similar o incluso peor que la inicial. No hemos mejorado en nada. Lo único cierto es que, después de casi 9 meses, necesitamos mascarilla para todo, tenemos limitada la libertad de movimiento, la economía en caída libre, aislamiento, tristeza y desesperanza.
Se ha vendido mucho “humo”, mucho dato, mucho informe, mucho experto, mucho científico, epidemiólogo, tertuliano resabiado, mucho político, mucho discurso, muchas medidas, mucho enfrentamiento y, en definitiva, “mucho de nada”, de absolutamente nada.
El bichito no es un montaje. Pero algunos lo están utilizando para montar su guión, un guión donde los ciudadanos somos meras comparsas al servicio del dato falso y la manipulación. En el gobierno de este país y en los demás gobiernos, en una CCAA y en las demás, de un signo político y del resto.
“Aislamiento, control, incertidumbre, repetición del mensaje y manipulación emocional son técnicas utilizadas para lavar el cerebro” (Eduardo Punset)
Pasad buen día.