España jugó la carta de la exposición masiva para conseguir inmunidad de grupo y ha fallado nuestra infraestructura sanitaria tercermundista, logro de administraciones tanto del PP como del PSOE. Sin embargo, estamos mejor que muchos otros países de nuestro entorno porque el número real de infectados debe rondar entre un tercio y la mitad de la población.
Auguro buen desarrollo antes de que acabe este mes que nos vamos a comer entero en casa. Por cierto que la cuarentena masiva el único sentido que tiene es reducir el impacto en nuestro tercermundista sistema sanitario. Cuando nos dejen ir saliendo poco a poco habrá otros picos potentes, por lo que no descarto nuevos confinamientos de cara al otoño.
Resulta paradójico que el Estado, porque esto va mucho más allá de gobiernos, no haya tenido en cuenta la DEBILIDAD de nuestra sanidad pública a la hora de atreverse a jugar la carta del contagio masivo. Ahora ya es tarde pero, insisto, por suerte el bichito no es demasiado letal y va a ser peor la hecatombe de pobreza y trastorno mental, y físico, por los confinamientos y el paro de la actividad económica que la enfermedad en sí.
Firmado: un abstencionista cada día más convencido.