Mateo77
Laico católico
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Dos fragmentos de mensajes antiguos:
Y otro del mensaje de hace unos días:
También que, dado que “a la Eucaristía cada vez se le da menos importancia”, y ya estáis en el proceso de la Abominación, hagáis fuerza para detenerlo, allá donde podáis. Para ello: quiero la Comunión en la boca y de rodillas. Quiero esto.
Díselo a vuestros obispos. Has de decirlo.
Esto es para frenar la Abominación de la Desolación en vuestros Templos.
Quiero menos folklore y más oración devota y recogida.
No quiero que vengáis a mis Templos a festejar cómo me estáis profanando.
Quiero que vengáis a reparar vuestra profanación primero, y luego la de otros.
Vuestras parroquias se llenan de los fornicarios e impuros que no renuncian a su fornicación y a su impureza.
¡No es eso lo que ha dicho mi Papa Francisco! No le acuséis de tal.
Sed valientes, y aplicad la Ley del Señor vosotros mis Ministros, vosotros mis sacerdotes.
Mirad a costa de qué se llenan vuestros Templos, si es a costa de la Profanación.
Mirad si es a costa del folklore, y de tolerar la fornicación y la impureza.
Y sed valientes, y aplicad la Ley del Señor.
Las ovejas vuelven porque es una época de Gracias del Cielo para la tierra, ¡en manera abundante y en manera extraordinaria!, pero no vuelven para esto. Necesitan sabios y buenos, ¡santos! Pastores que les indiquen correctamente el camino. Sed valientes, y hacedlo.
Y otro del mensaje de hace unos días:
Para ello Yo te suscito, “Juana de Arco”, y te doy, desde aquí, las órdenes para mi Ejército.
La primera ha venido por mi progenitora: Conversión y Esperanza. Preparaos a luchar y a laborar por mi Reino.
¡Hay mucho que hacer! No están entrenados y están abotargados.
Ésta es mi segunda instrucción para vosotros: sabed prescindir de televisión, lecturas, música e internet -cosas que os quitan
mucho tiempo-, y buscad en el día largos ratos para orar Conmigo.
Orad en vuestra casa. Orad en la calle, en el transporte, en el campo, paseando, y orad, sobre todo, en el Templo. Venid a
visitarme. Visitad el Santísimo y estaos largos ratos Conmigo. Si puede ser adorando en la Custodia, mejor.
Tened así “hambre eucarística”, deseos de estar Conmigo y uniros a Mí. En la Comunión y en todo vuestro día.
Pero esa unión en todas las cosas no puede venir si antes no ha sido una unión eucarística.