La dentición es un carácter importante en taxonomía, al ser piezas duras resisten bien en el registro fósil, su tamaño, el número de cúspides o el desgaste, nos dan cuenta de su alimentación y forma de vida.
Lo que usted está viendo, es una representación de la superficie oclusal de los molares superior e inferior de un mamífero primitivo, otra de la mayoría de los primates y las últimas que aparecen, corresponden con las de grandes personajes y primeros homínidos (izquierda) y la de los monos del viejo mundo (dercha).
El molar del mamífero primitivo presenta básicamente un patrón triangular. Los molares superiores son simples triángulos y los inferiores,
de forma similar, con 3 cúspides principales, pero en la parte distal (hacia la parte posterior de la mandíbula) presenta también un talón con 3 cúspides extra. Este patrón todavía es reconocible en los társidos modernos.
En otros primates sin embargo, se observa una tendencia a añadir una cuarta cúspide en la parte posterior del molar superior y a perder la primera cúspide en el triángulo principal del molar inferior, quedando 4 o 5 cúspides.
Esta adaptación se desarrolla de diferentes maneras según la alimentación del animal.
El cambio más notable lo encontramos en los monos del viejo mundo, ambos molares, superior e inferior, poseen 4 cúspides fusionadas en pareja por un surco transversal (una especie de engranaje entre las partes superior e inferior para la mejor trituración), lo que se conoce como patrón bilofodonte.
En contraste, los molares inferiores de los grandes personajes y primeros homínidos tiene 5 cúspides bien desarrolladas, la posterior ha ido migrando hacia el exterior, formándose un valle entre las 5 (3 en la parte exterior y 2 en la interior, próximas a la lengua), formando una "Y" lo que se conoce como patrón Y5. Conservan las 4 cúspides en el molar superior.
Le vuelvo a poner el "dibujito" para que lo repase ahora.