Pues igual si lees revistas del gremio verás que no fue "a demanda y según necesidades" en todos los servicios. De hecho impuso modelos y una marca muy muy concreta para la que no hay técnicos formados en sus maquinitas. Y puede que tu jefe de servicio sea un impresentable que acepta regalillos de quien haga falta y no se pregunte al resto del servicio qué opinan que se necesita mejorar. Ya te digo yo que no son los "equipamientos punteros" lo que hace falta en la CCAA de Madrid, que sólo hay que ver a qué horas sale la gente de ponerse la quimio y eso ninguna máquina del mundo lo reparará.
¿Motivos inconfesables políticamente? Maquinón que permita quedar guay a Amancio y que en realidad se aplique en una minoría de casos como mucho reduciendo la intervención pero no mejorando el diagnóstico o ... ¿un anestesista con contrato a tiempo completo y no por horas para adelantar miles de operaciones? Nooo, que se luzca Amancio ¬¬
El caso es que en Galicia ya se vio como iba la cosa con el SERGAS... que si te "regalan" una máquina no te regalan el técnico que la use ni el software actualizado ni lo que le vaya haciendo falta en mantenimiento. Eso ya que lo gestione la cosa pública...
"El empresario ya hizo un primer ensayo en Galicia cuando en 2015 donó al SERGAS (Servizo Galego de Saúde) 17 millones de euros. Como en esta ocasión, la donación era finalista, es decir iba destinada a la compra exclusiva de aparatos de alta tecnología. Luisa Lores, radióloga en el hospital de Pontevedra y portavoz de la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública (FADSP) explica, en conversación con este periódico, su oposición a este tipo de prácticas.
“La falta de equipos no es el problema del sistema público de salud, que está bastante bien dotado, el problema es que no tiene personal”, señala Luisa Lores. Según esta profesional, ya hubo problemas en la donación que Ortega hizo a la sanidad gallega, problemas relacionados con la
falta de transparencia en la gestión de estos recursos. Y es que, la donación se produjo después de que
Alberto Núñez Feijoó aprobara en 2015 una partida de 88 millones de euros para los siguientes 8 años (11 millones al año) para renovar el parque tecnológico privatizándolo, un monto importante teniendo en cuenta que un TAC de alta generación ronda los 300 o 400.000 euros. El contrato se adjudicó a dos empresas que le dijeron a la Xunta exactamente qué aparatos tenían que comprar sin haber consultado a los profesionales del SERGAS. Posteriormente, el dinero donado por el dueño de Inditex se destinó supuestamente a comprar los mismos equipos: “Se compraron los mismos mamógrafos, no otros, los mismos, y los mismos equipos de radioterapia, se pagaron dos veces, ahí hubo un problema de transparencia que nadie explicó”, denuncia la portavoz de FADSP.
“El marketing que hizo Amancio Ortega con eso fue enorme, consiguió prestigio, la RSC, con el apoyo unánime de la Asociación Española Contra el Cáncer, cuya vicepresidenta es Inés Entrecanales, la dueña de Acciona.
Él gana 1.100 millones de euros al año, solo en dividendos, si pagara como un médico, pagaría los 320 millones cada año en impuestos. Amancio Ortega tiene un fondo de capital riesgo con la Xunta a través del cual está influyendo en toda la investigación de la universidad. Ahora tiene a profesionales de la universidad trabajando para Inditex, tiene a profesionales de la sanidad trabajando para sus patentes, y ahora se quiere meter en la sanidad. ¿Qué hace Amancio Ortega en la sanidad gallega o que hace Carlos Slim en la sanidad catalana? Quieren mejorar su prestigio y dirigir la sanidad hacia diagnóstico y tratamiento, nada de promoción, nada de atención primaria, nada de hacer una medicina real”, critica.
Y es que según Luisa Lores, la tendencia va por aumentar el número de pruebas sin valorar los efectos perniciosos que las mismas puedan tener para la salud.
“No es cuestión únicamente de hacer mamografías, es cuestión de palpar esa mama, de ver los antecedentes, de ver a la mujer, hacerle la citología, en definitiva, hacer medicina, ellos solo quieren hacer pruebas porque es lo que da dinero”, señala.
Los equipos de alta gama que se compraron en Galicia son de altísima resolución, aprecian lesiones invisibles al ojo humano y pueden diagnosticar hasta el 42% más de lesiones en la mama. “Pero el problema que tenemos ahora es que hay un tremendo sobre diagnóstico, hasta el 20% se estima en las mamografías actuales. Es decir, se ven lesiones pequeñas que luego nunca serán cáncer y se acaba operando a la mujer. Con esos aparatos de alta gama que dicen que incrementan en un 42% se va a significar muchísimo más el sobre diagnóstico. Y además
conlleva más radiación”.
Para Luisa Lores, “las implicaciones que tiene mercantilizar la sanidad son enormes”. Actualmente, se considera que se hacen entre un 30 y un 50% más TAC de los necesarios y si se ponen más equipos aumentarán estas pruebas. Un TAC a las mamas radia lo mismo que 5 mamografías. “El I+D+i del sistema sanitario se lo están quedando. Deciden ellos, no nosotros, los profesionales, a quienes nadie pregunta”, afirma.
El aumento de este tipo de pruebas en el mundo occidental empieza a ser alarmante a juicio de muchos profesionales. En la sanidad privada en
EEUU los TAC se han convertido en una prueba muy habitual. Entre la década de los años 80-90 se hicieron 3 millones de TAC a toda la población y ahora
se hacen 70 millones, 4 millones solo a niños. “Eso se hace y la población no está más sana, el cáncer aumenta, entonces, no estamos haciendo bien las cosas, pero a nadie le importan los resultados en salud, solo interesa que se hagan miles y miles de TAC, solo se cuenta la actividad como cualquier fábrica de tornillos”.
Aunque esta profesional reconoce la alarma social que está provocando el aumento de casos de cáncer en la sociedad, también defiende la necesidad de inyectar recursos en la prevención. “El cáncer está disparándose por lo que respiramos, por lo que comemos, por los hábitos de vida.
Según la OMS, el 50% de los cánceres disminuiría con mejorar la calidad de vida. Nadie estudia la atención primaria, eso no lo importa a nadie. Y a los médicos nos usan como peones, metiendo datos y haciendo TAC”, lamenta.
A eso se une -a su juicio- la innecesaria inversión para adquirir nuevos aparatos. Según esta radióloga,
solo con cambiar el software de muchos de ellos se puede reducir la radiación a menos de la mitad: “En lugar de eso se ponen equipos nuevos que necesitan infraestructura, gasto y personal, ¿quién va a pagarlo el año que viene?, porque el problema del sistema no es que no tenga equipos, es que no tiene personal, dice y pone un ejemplo del hospital de Pontevedra: “Nosotros tenemos una resonancia parada el sábado y el domingo mientras que las privadas funcionan de mañana, tarde y noche de lunes a domingo, y nosotros derivamos a la privada, si hubiera personal y se pusieran a funcionar los quirófanos al 100 x 100 como les estamos pidiendo… no es una cuestión de equipos, es cuestión de personal”, insiste."
Y podemos ampliar:
" La primera donación de Amancio Ortega se realizó en Galicia en el año 2015, concretamente, al Servizo Galego de Saúde (SERGAS), con un montante de 17 millones de euros.
La falta de transparencia en esta operación ha sido denunciada por Asociaciones sanitarias de profesionales, como la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública (FADSP)[22].
Según se ha informado, los equipos habían sido previamente aprobados y comprados en el año 2015, con una partida de 88 millones de euros para los siguientes 8 años (11 millones/año).
El contrato se adjudicó a dos empresas, Philips y Varian Medical, sin haber consultado a los profesionales del SERGAS. Posteriormente, el dinero donado se destinó supuestamente a comprar los mismos equipos, sin que tan siquiera se redujera dicho alquiler. En definitiva, donación de dinero a acciones presupuestadas. Por todo ello, en diferentes foros, se viene repitiendo la pregunta: “¿
A dónde han ido a parar esos 17 millones de euros?”.
En Andalucía, la Plataforma ‘Granada por su salud’ ha pedido explicaciones a la Consejería de Salud por el aumento de la lista de espera de pacientes oncológicos para recibir tratamiento radioterápico.
[23]
Un Informe de profesionales de Oncología y Radiofísica enviado a la correspondiente Gerencia de los Hospitales de Granada en abril de este año, denuncia que sólo se haya hecho operativo un equipo nuevo en el Hospital del Campus y se cerrase el instalado en el antiguo Hospital Clínico San Cecilio: “
Debió ser actualizado antes del 30 de marzo de ese año para no perder su alto nivel de prestaciones”. A fecha de hoy parece que sigue en el mismo estado.
Por otro lado, se dispone de dos aceleradores donados a Andalucía por la Fundación Amancio Ortega esperando ser instalados en Granada desde hace meses.
Se ha cuestionado en esta ciudad que la Gerencia haya decido instalarlo en el Hospital Virgen de las Nieves, cuando
“esto requiere de unas grandes y costosas obras de adaptación de los bunkers que los tienen que acoger con un tiempo cercano al año”
Desde las Plataformas ciudadanas y profesionales correspondientes se ha reclamado la participación de los profesionales en la toma de decisiones “
para remediar este problema”, lo que parece que no se ha hecho hasta ahora.
Y luego tenemos la problemática que supone una donación de tecnología determinada a la Sanidad pública que el donante determina como pertinente. Esto es distinto a una donación económica genérica al espacio sanitario público y que se éste el que lo administre según sus estrategias y prioridades.
– La instalación, puesta en marcha y desarrollo de los equipos de radioterapia donados deberían estar integrados dentro de sendos planes estructurados que no han sido hechos público. La gestión del aparataje donado, sin embargo, presenta algunos problemas que han sido denunciados y entran en contradicción con la planificación sanitaria mantenida hasta la actualidad.
Tal y como se ha demandado desde colectivos profesionales y sociedades científicas, se hace necesario establecer una estrategia estatal que garantice unos mínimos de distribución, localización, equipamiento y personal. Además, no sólo debería hacerse en Oncología radioterápica, sino también en el resto de los ámbitos médicos en los que brilla por su ausencia.
– En la actualidad, los equipos instalados en los hospitales públicos, tanto en el campo de la radiomagen como en la oncología radioterápica, pudieran presentar una mayor rentabilidad, siempre y cuando se costeasen las renovaciones, los mantenimientos correspondientes y, sobre todo, se dispusiera de grupos humanos que los manejen (radiólogos, oncólogos y radioterapistas, entre otros, capaces de interpretar los resultados y de diseñar el abordaje terapéutico, técnicos, auxiliares, etc.).
La compra de un equipo tiene costes asociados, en este caso, para la sanidad pública, en instalaciones, personal, mantenimiento, materiales, etc. Sin embargo, en la donación planteada se recurre al
recurso-máquina, pero no al
recurso-profesional ni al
recurso-mantenimiento/renovación.
Sin profesionales, mantenimientos, actualizaciones y renovaciones, no es posible un rendimiento adecuado de los equipos. ¿Quién va a costear la nueva infraestructura, el personal, su mantenimiento, los materiales, etc., tanto el primer año como los siguientes?
Esto es extensivo al sistema sanitario en su estado actual, que se encuentra infradotado en personal profesional y cualificado, con ausencia de óptimos servicios de mantenimiento y un importante ‘apagón tecnológico’, con freno total en las inversiones en equipos tecnológicos desde hace años."