¿Cuál es la verdadera historia?
Cuando terminé con «American Graffiti» la proyectamos varias veces y en una de esas proyecciones 20th Century Fox me dijo que le había encantado y que quería apoyar mi siguiente producción. Ahí les conté que tenía esa idea de una especie de obra con naves espaciales conducidas por perros. Y me dieron luz verde. No entendían lo que estaba haciendo, pero pelearon por mí.
¿En qué punto de cocción estaba su idea en aquel entonces?
Pasé por diferentes versiones hasta que conseguí el producto final. La idea era hacer una aventura como las que me gustaban de niño, pero con temas psicológicos que tuvieran un significado. Es difícil que la gente entienda esto, y se supone que no debería decirlo, pero «Star Wars» está pensada para adolescentes de 12 años. Estaba diseñada alrededor de una mitología para alguien que está por entrar al mundo, independizándose de sus padres o que tenga miedo a ser el centro de atención. Yo le expongo ideas a las que debería atender. como la amistad, la honestidad, la confianza, hacer lo correcto, vivir en el lado de la luz, evitar el lado oscuro.
¿Es cierto que Chewbacca está inspirado en su perro?
Sí (risas). Yo tenía un Malamute de Alaska llamado Indiana. Cuando íbamos en coche, se sentaba de copiloto y parecía más grande que yo. Me pareció que podía ser un personaje divertido.