chimobayo
Madmaxista
Estoy un poquillo harto del típico planteamiento de que el empresario es el que asume el riesgo y que por tanto es como el héroe nacional que tiene derecho a hacer lo que le sale del nabo mientras los demás acatamos fielmente sus órdenes.
Seamos serios, cuando un empresario asume un riesgo no es por hacer un favor a los demás (salvo honrosas excepciones). Normalmente asume el riesgo por propio egoísmo, porque desea acaparar dinero y poder. ¿Quién cachopo le ha pedido que asuma riesgos? ¿Por qué entonces se cree con derecho a reclamar algo de los demás?
Es cierto que "gracias" al empresario podemos disfrutar de esos bienes y servicios tan estupendos de los que, por cierto, nos han ido haciendo dependientes, pero, ¿alguien se los ha pedido acaso? ¿he pedido yo, o cualquiera de vosotros, vivir en esta locura de sociedad de consumo a la que algún mastuerzo ha dado en llamar "sociedad del bienestar" y que acabará llevando a la degradación medioambiental del planeta?
¿Se ha planteado algún empresario en alguna ocasión, que tal vez unos cuantos de nosotros preferiríamos gozar de menos "bienes y servicios" y vivir en un mundo un poco más sensato?
A lo largo del devenir de la historia, los tan alabados emprendedores que han asumido el "riesgo empresarial", nos han metido en una vorágine de la que no tenemos escapatoria. Es imposible vivir al margen del juego cuyas reglas han ido perfilando.
¿Qué podemos hacer hoy en día para vivir al margen de "su juego", irnos al monte y ponernos a cazar y pescar y empezar de nuevo? No podemos, cualquier lugar que busquemos está sometido a las reglas del Estado. Estado que ellos mismos han creado. Si nos fuésemos de rositas a algún paraiso natural pronto toparíamos con el Estado, fuese el español o cualquier otro, y tendríamos tarde o temprano que pagarle sus tributos, y ¿cómo se consigue el dinero para pagarle? Oh, sorpresa, entramos de nuevo en el juego del flujo circular. Bueno, en realidad nunca habríamos llegado a salir de él.
Ni siquiera yéndonos al Amazonas estaríamos tranquilos. Demasiados intereses comerciales, pronto aparecería alguna multinacional arrasando la jungla, si no haciendo incluso cosas peores (que ya se han hecho, como sabéis).
¿Por qué no se nos ofrece la oportunidad de irnos a vivir a algún sitio donde no el dinero no sea un imperativo y se pueda volver al trueque y a tener una vida con menos bienes y servicios pero algo más de humanidad? La respuesta es sencilla: porque tal vez buena parte de la gente descubriría que le gusta vivir de ese modo.
Seamos serios, cuando un empresario asume un riesgo no es por hacer un favor a los demás (salvo honrosas excepciones). Normalmente asume el riesgo por propio egoísmo, porque desea acaparar dinero y poder. ¿Quién cachopo le ha pedido que asuma riesgos? ¿Por qué entonces se cree con derecho a reclamar algo de los demás?
Es cierto que "gracias" al empresario podemos disfrutar de esos bienes y servicios tan estupendos de los que, por cierto, nos han ido haciendo dependientes, pero, ¿alguien se los ha pedido acaso? ¿he pedido yo, o cualquiera de vosotros, vivir en esta locura de sociedad de consumo a la que algún mastuerzo ha dado en llamar "sociedad del bienestar" y que acabará llevando a la degradación medioambiental del planeta?
¿Se ha planteado algún empresario en alguna ocasión, que tal vez unos cuantos de nosotros preferiríamos gozar de menos "bienes y servicios" y vivir en un mundo un poco más sensato?
A lo largo del devenir de la historia, los tan alabados emprendedores que han asumido el "riesgo empresarial", nos han metido en una vorágine de la que no tenemos escapatoria. Es imposible vivir al margen del juego cuyas reglas han ido perfilando.
¿Qué podemos hacer hoy en día para vivir al margen de "su juego", irnos al monte y ponernos a cazar y pescar y empezar de nuevo? No podemos, cualquier lugar que busquemos está sometido a las reglas del Estado. Estado que ellos mismos han creado. Si nos fuésemos de rositas a algún paraiso natural pronto toparíamos con el Estado, fuese el español o cualquier otro, y tendríamos tarde o temprano que pagarle sus tributos, y ¿cómo se consigue el dinero para pagarle? Oh, sorpresa, entramos de nuevo en el juego del flujo circular. Bueno, en realidad nunca habríamos llegado a salir de él.
Ni siquiera yéndonos al Amazonas estaríamos tranquilos. Demasiados intereses comerciales, pronto aparecería alguna multinacional arrasando la jungla, si no haciendo incluso cosas peores (que ya se han hecho, como sabéis).
¿Por qué no se nos ofrece la oportunidad de irnos a vivir a algún sitio donde no el dinero no sea un imperativo y se pueda volver al trueque y a tener una vida con menos bienes y servicios pero algo más de humanidad? La respuesta es sencilla: porque tal vez buena parte de la gente descubriría que le gusta vivir de ese modo.