Barcelona: [Vídeo] La policía autonómica española desaloja con una violencia extrema

Que lleven los de las PYMES los balances de los ejercicios de los últimos años, con el dinero en b y las inversiones en tocho también..
Demagogos que no abren los ojos ni ante las más absolutas evidencias..

Pues eso, que los lleven también :D

Y los impuestos que han pagado. Esos mossos se ganan su (buen) sueldo, y de ese dinero en A es de donde sale. Por fin algo que me alegre un poco cuando me de el palo hacienda este año, para compensar los 20000 al mes de Pajín y los 40000 de Cayetana Guillén-Cuervo.
 
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No todas las manifestaciones serán festivas como la de los estudiantes esta noche por las calles de Barcelona o la de los autónomos ante las puertas del Congreso de Madrid.

Eso espero, la violencia estatal solo se puede combatir con violencia.
 
una mirada inteligente

Blog de Félix de Azúa

Fue-ra-po-li-cía delauni-ver-si-dá

El título que encabeza este artículo fue coreado por miles de estudiantes españoles, con el ritmo exacto de las sílabas propuestas, hace unos cuarenta años. Algunas cosas duran mucho, pero ninguna dura para siempre. Me asombró volver a oír la cantinela el otro día, en los mil reportajes sobre el desalojo de la Universidad de Barcelona.

Cuando esta canción sonó por primera vez, España era un país que se mantenía en el tercer mundo con el fin de que unas cuantas familias vivieran en el primero. Esas familias (madrileñas, sevillanas, vascas y catalanas), nunca lograron vivir en el primer mundo, pero les hacía ilusión creerlo. Y entonces se compraban un Dodge. Era patético. En cambio, la universidad española era, sin la menor duda, un centro educativo del tercer mundo. Es decir, un centro de adoctrinamiento y represión en el que nos enseñaban el sentimiento de pertenencia, la importancia de la lengua y el amor a la nación. En ese orden, la educación sigue teniendo un componente arcaico: nuestra confusa autoridad no cree que la enseñanza sirva para que la gente se entere de algo, sino para fabricar súbditos apasionados por el delirio de los jefes.

Sólo gracias a un conservadurismo pétreo puede seguir sonando la cantinela de la policía y de la universidad. ¿Qué es lo que impide la fraternidad de policías y estudiantes, cuando lo tienen todo en común? Son de la misma clase social, cobran poco, soportan jefes absurdos, los ciudadanos les hacen la pelota pero prefieren tenerlos lejos de casa, en fin, en un examen rápido constataríamos que policías y estudiantes piensan lo mismo sobre casi todo, son del mismo equipo de fútbol, ven los mismos programas de TV, juegan a lo mismo en la Playstation, compran ropa de la misma marca, ligan en el mismo establecimiento nocturno, en fin, que no sé en qué se distinguen una vez dejan la porra unos y el porro otros.

¿Alguien cree todavía en la rebeldía ontológica del estudiante? ¿Ese tópico francés? El universitario (he conocido sobre diez mil) es últimamente persona sosegada, de usos regulares, ideas adquiridas en los medios burgueses, atento con la jefatura patria, astuto para sortear a la familia, etcétera. Por supuesto, del Plan Bolonia no conoce ni el párrafo introductorio. Y aunque lo conociera da lo mismo, porque sin plan Bolonia los títulos españoles no servirían en Europa. Tal como van las cosas, ni en España: sólo en la Comunidad Autónoma. No me parece mal, francamente, pero creí que la idea era formar parte del continente.

Ahora bien, distingamos. Dentro de la masa estudiantil hay unos cuantos que sí han leído el plan Bolonia y no les gusta. A su vez, los del cuerpo de policía tienen unos jefes que no han leído nada. A partir de ahí se da un choque perfecto entre policías y estudiantes. Los universitarios que han estudiado el plan Bolonia constatan que se trata de hacer la universidad cada vez más empresarial y capitalista. En plata: se quiere acabar con la universidad humanista que ha durado mil años. Ya no sirve a los intereses de financieros y empresarios, que es como decir que no sirve a los intereses políticos. De ahí que unos pocos estudiantes (y excelentes profesores como Jordi Llovet, gran tipo y maestro) se pongan en contra.

En cuanto alguien protesta pacíficamente ya se sabe que hay dos mil sujetos que van a usarlo para divertirse. Cuando ven una manifestación en Barcelona, sea contra Bolonia, a favor del Barça, por la paz, contra España, o por los porteros de discoteca, de inmediato arman un sindiós. Las Ramblas son criminógenas. La Diagonal o la Gran Vía la cortan tres palurdos. Paralizan la ciudad cien fulanos. Si ustedes eran estudiantes en la España de Franco, recordarán el gusto que daba ver a los conductores cabreados como monas porque unos chavales les decían que de allí no pasaban. Era comprensible: los estudiantes no teníamos coche. Ahora es por tocar las narices. Y entonces adviene el choque perfecto de policías y estudiantes.

Los jefes políticos ignoran cómo se lleva una revuelta en una urbe como Barcelona. El consejero Saura es el menos adecuado para dirigir un asalto a la universidad porque jamás se ha puesto en la cabeza de un policía, sólo en la de un comisario. Y su director general, que quizás proceda del seminario o del escalafón de La Caixa (no sé ni cómo se llama), hace lo que puede. Y lo que puede es decirle a los policías que despejen el tráfico. En Barcelona un coche siempre es del Barça y tiene prioridad. Los policías cumplen y cargan. Quienes han sufrido una carga saben que es un lío y, según pude ver, los policías tenían dificultades para encontrar un estudiante detrás de tanto fotógrafo, de modo que éstos cayeron como moscas. Forma parte del sueldo.

Lo chocante es que Saura, su subordinado, y el jefe de ambos y de la Generalitat, digan que la culpa es de la policía. Señores de la autoridad: ni los estudiantes ni los policías tienen culpa alguna ni pueden tenerla. Ambos han cumplido con su obligación y han hecho lo que sabíamos que harían. Los unos tratar de cargarse la barrera, los otros romperle la cara a quien se les pusiera delante. Los culpables son ustedes que no tienen ni idea de cómo se lleva una ciudad. Y que se meten debajo de la cama en cuanto oyen la palabra "conflicto".

Fue-ra-po-li-cía delauni-ver-si-dá · El Boomeran(g)

Mueve tus berzas, Europia
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y se queda tan ancho el templario

Pues si, esperemos que las manifestaciones anti-bolonia sea el germen para una verdadera revolucion que tire a bajo esta pseudodemocracia, ya estamos hartos de estos mangantes llamados politicos, sin olvidar que la entrada en la Union Europea solo ha beneficiado a los de siempre mientras el trabajador ha visto como su nivel de vida ha bajado directamente al averno.
 
Pues si, esperemos que las manifestaciones anti-bolonia sea el germen para una verdadera revolucion que tire a bajo esta pseudodemocracia, ya estamos hartos de estos mangantes llamados politicos, sin olvidar que la entrada en la Union Europea solo ha beneficiado a los de siempre mientras el trabajador ha visto como su nivel de vida ha bajado directamente al averno.


Entonces por que sistema abogas tu?
 
Yo creo que habría que separar lo que es la actuación de la policía, con la actuación de los anti-Bolonia y el proceso de Bolonia en sí.

Por una parte me parece bien que unos estudiantes se manifiesten en contra de dicho proceso, siempre y cuando respeten las libertades de los demás. No sé si es el caso de esos a los que les dan palos, pero hay sitios en que montan piquetes y no dejan dar clase al resto de alumnos que no están de acuerdo con las reinvindicaciones anti-Bolonia.

En mi Universidad, en Castellón, están acampados en el hall de la facultad de Humanas. El seguimiento en las facultades de Jurídicas y de Tecnología el seguimiento yo diría que ha sido mínimo o nulo. Unos anti-Bolonia entraron en clase sin pedir permiso como elefante en una cacharrería y los echamos. De los que tenemos más faena y estudiamos más, no conozco a nadie que se haya manifestado. De los que conozco que se manifiesten, hay entre fiesteros-borrachos que todo les importa un comino, y lo que hacen es pasarselo pipa allí acampados. Y el sector estudiantil catalanista, izquierdista e ilustrado. En mi sincera opinión, muchos de los que están protestando son de los que menos estudian a lo largo del año.

En cuanto al proceso de Bolonia puedes estar de acuerdo o no. Todo depende de las formas en que lo expreses. En mi opinión no es tan malo como lo pintan. Lo que realmente deberían hacer los manifestantes es quejarse por el sistema universitario español, que deja bastante que desear. Empezar por los vicios generados dentro del sistema, tanto de profesores (funcionarios) como de los alumnos, la falta de medios técnicos, el desperdicio de dinero en conferencias inútiles, en viajes inútiles ...

Y en lo referente a la actuación policial, sin ser excesivamente brutal, pues no me parece correcta. Hay que evitar en la medida de lo posible la violencia en cualquiera de sus formas.

Es más o menos lo que me esperaba.

Una cosa que me hace gracia es que los que más se manifiesten son lo peor de lo peor: o sea, lo malo de España y Grecia :confused: . Si yo fuera un estudiante alemán o francés sí que saldría a la calle, porque me estarían equiparando el título con esos piojosos de la tele de España y Grecia que no valen ni para tomar por ojo ciego.

Mira, hay dos tipos de gente:

- Lo que compran libros.
- Los que leen libros.

Estos son de los que no leen, no compran, y ni siquiera se molestan en robarlos si no tienen comprador previamente :D
 
Vaya dos caras de borderline... debía ser el gen ése de que hablaban.

Concretamente son las caras de Tomas Zumalacarregui y de Buenaventura Durruti, como representantes de las dos mayores amenazas al estado español durante la existencia del mismo.
 
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