Demagogia es una estrategia política que consiste en apelar a emociones (sentimientos, amores, odios, miedos, deseos) para ganar el apoyo popular, frecuentemente mediante el uso de la retórica y la propaganda.
Casi todos los politicos caen en la demagogia. Pero unos mas que otros.
Esa es la definición de diccionario.
Ahora probemos a aplicarla.
En las últimas elecciones generales, el PP y el PSOE usaron esa estrategia. Seguramente en varias ocasiones y a propósito de varios temas. Ahora mismo me vienen a la mente dos casos que, a mí, me parecen los más significativos. A otras personas otros casos les parecerán más significativos. Estoy seguro que cualquier defecto que yo haya obviado será resaltado por alguien, y podrá ofrecer un punto de vista diferente.
El PP atizó, activamente, el miedo a la inmi gración. A sus efectos sobre la seguridad ciudadana, sobre la homogeneidad cultural del país, etc. Con 'activamente' quiero decir que promovió, animó, aventó, mediante declaraciones, mítines, propaganda por escrito, etc. ese miedo para que le votasen con la promesa de poner coto a los desmanes provocados, básicamente, por una oleada turística de pagapensiones fieles a la religión del amor misóginos que dudan básicamente entre robar indiscriminadamente o pasar directamente al terrorismo.
Por su parte, el PSOE apeló, de forma bastante activa, al miedo de una parte del electorado a que un triunfo del PP representase, básicamente, un retroceso en derechos sociales conseguidos y, en general, a un incremento del autoritarismo, del conservadurismo en aspectos de moral y costumbres y, en menor grado, de liberalismo en aspecto económicos. Dada la experiencia de anteriores gobiernos del PP, dichos miedos estaban exagerados. El PSOE no hizo nada por neutralizar estos miedos y algunas cosas por atizarlos, aunque ni mucho menos tanto como PP para atizar el miedo a la inmi gración, en parte, probablemente, porque no era necesario: el PP y sus presuntos satélites ya hacían la mayor parte de ese trabajo.
Si de lo que se trata es de hacer una competición a ver quien es más demagogo, yo le daría el premio al PP, pero de largo. Como ya he dicho, eso no significa absolver al PSOE. Es como dar un premio cualquiera: el hecho de que se lo des a un libro o una película no significa que el resto sea una cosa; solo que la premiada es mejor que las demás. En cuanto a demagogia, creo que el PP superó ampliamente al PSOE, lo que no implica no reconocer los méritos que el PSOE hizo para llevarse el premio. Solamente creo que el PP fue excelente en ese campo, y que lo hizo de forma más activa, intensa y deliberada.
Ahora es cuando empiezan los problemas. Seguro que hay mucha gente que opina que hablar del peligro que representa la inmi gración no es 'apelar a emociones (sentimientos, amores, odios, miedos, deseos) para ganar el apoyo popular', sino un reflejo fiel de la realidad. Seguramente tienen muchos argumentos que apoyan esta tesis, y estoy convencido de que, aunque probablemente yo no comparta ninguno, habrá bastantes que considere dignos de ser tenidos en cuenta. Yo también tengo argumentos que apoyan la idea de que es demagogia, y confío en que, aunque mucha gente no los compartirá, por lo menos los tendrá en cuenta como algo a considerar. Y otros habrá que tendrán mejores argumentos que los míos en apoyo de mi tesis.
Lo mismo pasará a la hora de demostrar que el PP es neofranquista o algo parecido. Para unos será demagogia, y para otros un reflejo de la realidad.
O la discusión irá sobre quien era más demagogo.
Creo que si iniciásemos un debate sobre cualquiera de estos temas podríamos considerarnos afortunados si logramos que los tres o cuatro primeros posts presenten argumentos. A partir de allí lo más probable es que derivemos a acusaciones mutuas de demagogia. Es decir, que discutiendo de demagogia nos acusaremos mutuamente de usar demagogia en el mismo debate sobre la demagogia. Y eso que no somos políticos. Al menos yo no lo soy, y estoy seguro de que el 99% de los que participan en este foro tampoco.
En mi opinión, lo único que demostraría un debate de este tipo es que:
1- no hace falta ser político para ser demagogo.
2- demagogia, por mucha definición que tenga en el diccionario, no es más que un recurso retórico que usamos para descalificar las opiniones que no compartimos.
3- existe una tendencia general a implicarse emocionalmente en cualquier discusión por lo que no debería sorprendernos que 'sentimientos, amores, odios, miedos, deseos' se mezclen en la discusión. Posiblemente no tenemos otra forma de discutir. Si no implicásemos emociones, nadie se tomaria la molestia de continuar una discusión. Creo que es preferible, y más racional, reconocer esta debilidad (que me parece una debilidad magnífica) y apechugar como podamos con nuestras limitaciones.
Por cierto, ¿no era a Luis IX de Francia al que apelaban 'La Araña'?