Todo esto da mucha alegría. Por las mañanas, al levantarme a las 7 en punto, lo primero que hago al encender el PC es mirar mis inversiones. Me da mucha alegría ver que los once fondos aumentan cada día un poquito más, algunos despuntan más que otros, y alguno se queda sin crecer, compitiendo entre sí para evitar el traspaso con el que penalizo al que crece menos. Es como una familia con muchos hijos, en la que se castiga o elimina directamente al más pequeñito, es algo parecido al cainismo biológico.
A media mañana, a cosa de las 12,30, los amigos de Suomen Panki (las dos únicas palabras que conozco de finlandés) me dan otra alegría cuando veo que su incremento casi infinitesimal hace que la rampita de ascenso del euribor sea cada vez más larga. Esto me alegra mucho también, porque es un claro indicio de que los tipos irán creciendo, el dinero escasea y los propietarios del ladrillo han dejado sus cartillas en números demasiado gente de izquierdas.
Por último, las noticias sobre lo mal que van a ir las cosas como consecuencia de las crisis energética, materias primas, déficit comercial, etc..me dan otra alegría. Es como cuando ves que el invierno será riguroso y tienes la leñera llena. Tu vecino, que pasó el verano tumbado al sol, nada más hace quejarse, pero tú estás feliz y contento. Ahora, lo impensable, me alegro cuando sube el gas-oil, no porque tenga nada contra esos sufridos camioneros o taxistas (bueno, algunos de estos se lo merecen), sino porque ahora sé, ahora sé que será necesario aumentar un poquito más los tipos para frenarlo.
Sé que esta alegría es algo cruel, por tantos pepitos que han creado esta situación y ahora lo sufren, pero en fin, cada día veo más absurdo todo esto de las inversiones inmobiliarias.
A media mañana, a cosa de las 12,30, los amigos de Suomen Panki (las dos únicas palabras que conozco de finlandés) me dan otra alegría cuando veo que su incremento casi infinitesimal hace que la rampita de ascenso del euribor sea cada vez más larga. Esto me alegra mucho también, porque es un claro indicio de que los tipos irán creciendo, el dinero escasea y los propietarios del ladrillo han dejado sus cartillas en números demasiado gente de izquierdas.
Por último, las noticias sobre lo mal que van a ir las cosas como consecuencia de las crisis energética, materias primas, déficit comercial, etc..me dan otra alegría. Es como cuando ves que el invierno será riguroso y tienes la leñera llena. Tu vecino, que pasó el verano tumbado al sol, nada más hace quejarse, pero tú estás feliz y contento. Ahora, lo impensable, me alegro cuando sube el gas-oil, no porque tenga nada contra esos sufridos camioneros o taxistas (bueno, algunos de estos se lo merecen), sino porque ahora sé, ahora sé que será necesario aumentar un poquito más los tipos para frenarlo.
Sé que esta alegría es algo cruel, por tantos pepitos que han creado esta situación y ahora lo sufren, pero en fin, cada día veo más absurdo todo esto de las inversiones inmobiliarias.