Cuando volví de un viaje a Santorini, viendo aquella isla donde no ves ni una sola torre de alta tensión, con un muelle que parece sacado de la peli de Zorba el Griego, pero que recibe cruceros internacionales... Con las casitas de las colinas, todas ellas convertidas en hoteles carísimos, pero que no lo parecen. Y aún vez alguna viejecita subiendo por la colina, con su pañuelo neցro, como en una novela de Kazantzakis... Carreteras sinuosas con un máximo de dos carriles, ninguna autopista, ninguna casa por encima de dos alturas. Ningún "polígono industrial", ninguna "gran superficie".
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Entonces llegue por el Reina Sofía, y según iba recorriendo el paisaje hasta Santa Cruz, no pude sino llorar. Autopistas de seis carriles, cementeras, extracciones de áridos, naves industriales, invernaderos, grandes superficies, y edificios y núcleos urbanos con el estilo desalmado del desarrollismo de los 70 en su peor expresión, sin caracter, sin estilo, sin identidad. Las islas mayores están destruidas completamente. Por mí, como si deciden seguir el consejo de aquel famoso cacique chicharrero: Aplanar la cumbre del Teide y construir urbanizaciones de cinco pisos en todas las Cañadas.
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Lo que se debería asumir de una vez es que, sencillamente, es IMPOSIBLE meter a un millón y medio de personas a vivir en una isla con una orografía que, para estar mínimamente cuidada, no debería soportar una población superior a los 300.000 personas. Lo que hay que hacer es restringir el derecho de residencia en plan salvaje, como hace el Hierro, con su política de crecimiento urbanístico cero. Así ha conseguido que cualquier casita rural ahora se cotice en el entorno de 500.000 a un millón, como pasa en Bahamas.
Que los pagapensiones, y los canarios y godos residentes pobres -la masa de podemitas que votan sistemáticamente por el suicidio- se marchen a la península, a residir en las barriadas alrededor de las ciudades, que allí sobra espacio para construir urbanizaciones soviéticas.
Mi exigencia: Mínimo 8 generaciones de antepasados canarios para poder tener derecho a residir, salvo que ya tengas casa en propiedad. En 10 años volveríamos a ser un paraíso, y entonces -entonces sí- vendría el "turismo de calidah".