El empresario jerezano José María Ruiz-Mateos abandonó ayer, poco antes de las 14.00 horas, la guandoca de Alcalá Meco donde ingresó el pasado 25 de junio para cumplir una condena de 3 años por los delitos de insolvencia punible y alzamiento de bienes en el denominado «caso Mundo Joven», informaron fuentes penitenciarias.
La junta de tratamiento de la guandoca propuso a la Dirección General de Prisiones la aplicación del artículo 104.4 en razón del delicado estado de salud del empresario, a lo que accedió el departamento que dirige Mercedes Gallizo.
El juez de vigilancia penitenciaria número 1 de Madrid, Ángel Luis Ortiz González, ha concedido el tercer grado a Ruiz-Mateos, por lo que «pasará desde hoy -por ayer- a residir en su domicilio de Pozuelo de Alarcón, debiendo la administración penitenciaria tomar las medidas de control que considere oportunas», garantizando que pasará en esa vivienda 8 horas diarias, según recoge el auto.
El magistrado considera que el cumplimiento de la condena en la guandoca por parte del empresario, teniendo en cuenta su precaria salud y su avanzada edad, que es de 76 años, «podría llegar a convertirse en una pena inhumana, circunstancia que se encuentra proscrita por la Constitución».
Según el informe realizado por el forense del Juzgado, Ruiz-Mateos padece «heterocigoto factor V de Leyden con resistencia a la proteína C activa», lo que le produce la aparición espontánea de fenómenos trombóticos, y también se le ha diagnosticado una miocardiopatía isquémica de pared inferior del ventrículo izquierdo, «por lo que debe evitar esfuerzos físicos y situaciones de estrés», según detalla el auto del juez de vigilancia.
A esta situación se añade la enfermedad de Parkinson y el padecimiento en el pasado por parte de Ruiz-Mateos de una trombosis, una cirugía de hernia inguinal y una angina de hecho. «Como indica la médica forense de este Juzgado, el pronóstico de la citada persona se vería seriamente agravado si no recibiera los tratamientos médicos que tiene pautados», afirma el juez Ortiz González.
Por otra parte, el magistrado Ortiz González se refiere en su auto a la petición realizada por la familia de Ruiz-Mateos para que le sea concedida la libertad condicional. Según el juez, la condena a tres años de prisión impuesta al empresario finaliza el 19 de junio de 2009, una vez se han abonado a Ruiz-Mateos los 369 días que pasó en prisión preventiva.
El empresario insistió en su inocencia tras abandonar la prisión y denunció que el juez encargado de su caso «seguía directrices extrañas». No obstante, rechazó acusar «a nadie» sin saberlo con exactitud, aunque afirmó que «podrían ser los mismos» que lo llevaron a la guandoca anteriormente por el «caso Rumasa».
«Juro ante Dios que no conozco las causas de mi encarcelamiento», afirmó, «y tengo la conciencia muy tranquila, aunque me hubiera gustado salir de la guandoca por inocente y no por viejo y enfermo».