¿Por qué diablos rojelios, liberales y cristianos odian la "eugenesia" y promueven siempre todo lo inferior?

Loignorito

Mirad que os avisé...
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Sobre esta materia no encuentro demasiadas diferencias en las opiniones mantenidas por las distinas confesiones cristianas.
¿Quiere decirme que hay o ha habido una parte del cristianismo favorable a la misma? En el texto con el que abro el hilo intento explicar la función devastadora que el concepto de "igualdad" generó en mundo clásico antiguo.

En noviembre de 1988, la Comisión Pontificia de Justicia y Paz del Vaticano publicaba un documento bajo el título "La iglesia y el racismo, hacia una sociedad más fraterna" (nótese el concepto masónico de "fraterno"), en el que se condenaba el racismo y la eugenesia.

Entre otras cosas señalaba lo siguiente:

"Es bien sabido que el partido totalitario nacionalsocialista hizo de una ideología racista la base de su demencial programa encaminado a la eliminación física de aquellos que consideraba pertenecientes a "razas inferiores". Este partido se convirtió en responsable de uno de los mayores genocidios de la historia. Esta locura asesina afectó en primer lugar al pueblo judío en proporciones inauditas, así como a otros pueblos, como los etnianos y los tziganes, y también a categorías de personas como los discapacitados y los enfermos mentales. Del racismo a la eugenesia sólo hubo un paso, y se dio rápidamente".

"La Iglesia no dudó en alzar la voz. El Papa Pío XI condenó claramente las doctrinas nazis en su encíclica Mit brennender Sorge, afirmando en particular: "Quien toma la raza, o el pueblo o el Estado... o cualquier otro valor básico de la comunidad humana para retirarlos de su forma (su) escala de valores... y divinizarlos mediante un culto idólatra, trastorna y falsifica el orden de las cosas creadas y establecidas por Dios".

"El 13 de abril de 1938, el Papa hizo que la Sagrada Congregación para los Seminarios y las Universidades dirigiera una carta a todos los rectores y decanos de las facultades, pidiendo a todos los profesores de teología que refutaran, utilizando el método propio de cada disciplina, las pseudoverdades científicas con las que el nazismo justificaba su ideologías racistas. Ya en 1937, Pío XI había comenzado a preparar otra importante encíclica sobre la unidad del género humano, que condenaría el racismo y el antisemitismo. La muerte lo alcanzó antes de que pudiera hacerlo público. Su sucesor, el Papa Pío XII, tomó ciertos elementos de ella para su primera encíclica, Summi Pontificatus, y especialmente para su Mensaje de Navidad de 1942, en el que afirmaba que entre los postulados erróneos de los positivismos jurídicos "debe incluirse una teoría que reivindique tal y tal nación, raza, clase, el "instinto jurídico", imperativo supremo y norma sin apelación".

"El Papa lanzó un vibrante llamamiento a favor de un nuevo y mejor orden social: "La humanidad debe tal compromiso a cientos de miles de personas que, sin la menor culpa por su parte, sino simplemente por pertenecer a una determinada raza o nacionalidad, están condenadas a la muerte o a la extinción gradual". En la propia Alemania hubo una valiente resistencia por parte de la Iglesia católica a la que se refirió el Papa Juan Pablo II el 30 de abril de 1987 durante su segunda visita a ese país".
No, es cierto. No atendí al sentido del tema adecuadamente anoche, solo reaccioné al volver a ver la típica asimilación del concepto 'cristianismo' a 'catolicismo'. Supongo que respecto a la eugenesia el frente es común en todo él.
 

laresial

Madmaxista
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Como ya sabréis todos, la «eugenesia» es un término proveniente del griego que significa «bien nacido». Dicha práctica, junto con la esterilización obligatoria de personas con enfermedades degenerativas o mentales, estuvieron consideradas en algunos círculos europeos del s. XIX y principios del XX como una obligación social y hasta una ciencia «progresista». El estigma y la connotación negativa que implícitamente viene asociada a esta palabra no es mas que fruto de la incesante campaña de repruebo y criminalización llevada a cabo por las democracias capitalistas triunfantes en la II Guerra Mundial.

Tras la derrota de Alemania, la mayor parte de las referencias a la eugenesia fueron eliminadas de los libros académicos y de las reediciones de obras clínicas anteriores a la guerra, si bien las esterilizaciones no se abolieron en los EE.UU. hasta los años 60 y Suecia las practicó hasta bien entrados los 90, aunque en estos casos fue obligatorio el consentimiento de los interesados. Un caso excepcional en la actualidad lo constituye Islandia, único país del mundo en erradicar al 100% un trastorno genético conocido como Síndrome de Dwon, lo que ha despertado la ira inconmensurable de los eternos destructores de la herencia genética de Occidente.

No obstante, lo que verdaderamente se pretende y se pretendía con el establecimiento de las leyes eugenésicas no era otra cosa que la aplicación de las leyes biológicas de la herencia al perfeccionamiento de la especie humana, o dicho de otro modo, el deseo de proporcionar una herencia genética sana y saludable para las generaciones futuras. Por el contrario, los medios demoliberales, católicos, marxistas y judíos se esforzaron mancomunadamente en potenciar de manera incesante la pseudociencia antirracista e igualitarista, empeñada en «elevar» dentro de la sociedad tradicional europea a los menos capaces contrariando las leyes naturales más elementales.

Dicha pseudociencia, que las primeras iglesias cristianas introdujeron en Europa, iba a suponer una quiebra total del antiguo orden pagano, pues era hasta entonces ajena al pensamiento clásico occidental al chocar con la antigua creencia europea establecida sobre la desigualdad de los hombres. Prácticamente idénticas eran en la base las concepciones de los pueblos indogermánicos antes del advenimiento del cristianismo. Según su concepción del mundo o "weltanschauung", los orígenes de las desigualdades se remontaban a antepasados divinos. Se creía que la sangre portaba en si los gérmenes esenciales del carácter del hombre, que las facultades físicas e intelectuales se transmitían hereditariamente y que la sangre noble transmitía cualidades nobles.

Ver archivo adjunto 1820795

Con esta operación de subversión el cristianismo rompió las bases mismas de la estructura aristocrática de la civilización antigua, con la doctrina, según la cual todos los hombres son iguales al ser hijos de un mismo Dios. Comienza entonces la bastardización y la mezcla de sangres foráneas, empiezan a proliferar los sacrificios de seres humanos, los cultos fálicos (lo mismo que acontece hoy en día), las divinidades exóticas y todo el espantoso aquelarre característico de los pueblos dravidios, semíticos, orientales y neցroides.

La posición de la Iglesia no ha cambiado desde entonces. No nos olvidemos que el rechazo más contumaz a las ciencias de la naturaleza humana proviene de los sectores religiosos coaligados, especialmente del integrismo cristiano. Los católicos conservadores y el protestantismo fundamentalista de Estados Unidos, por ejemplo, han odiado obstinadamente la eugenesia ―antónimo del término "disgenesia", que es lo que realmente promueve la élite globalista judeomasónica―, porque para ellos no es más que un intento de las élites intelectuales y científicas de jugar a ser Dios.

Al respecto, esto es lo que escribía una publicación de las SS sobre la eugenesia: "Desde el punto de vista de la IGLESIA, cualquier intervención razonable [es decir, la eugenesia] se considera una violación del orden mundial divino. Es una TONTERÍA simple afirmar que Dios quiere lo que llamamos inferior. De lo contrario, tampoco tendríamos el derecho de eliminar temporal o permanentemente a un asesino o un criminal de la comunidad. Las leyes de la naturaleza nos muestran exactamente que la vida de nuestra gente y el mantenimiento de su buena crianza están por encima del bienestar de una persona con deformaciones congénitas graves" (— SS Race Theory and Directrices para la selección de pareja pág. 22).

En 1973 el Papa rechazó recibir a Robert Graham, creador del banco de esperma de personas sobresalientes, porque —según dijo "L'Observatore Romano"—: «El infanticidio, el aborto eugenésico y los experimentos nazis son los antecedentes culturales e históricos del banco de esperma de Graham», al que algunos llaman "el Miguel Angel del ADN", que fue un científico de fama mundial. Por contra el Papa Juan Pablo II recibió en 1982 a un "intelectual" de la talla de Muhammed Alí (ex Cassius Clay) que, entre otras cosas, aconsejó al Papa retirar las estatuas del Vaticano, "por ir contra la Biblia". Y para poder justificar todos ellos su demagogia concedieron especialmente importancia a los postulados medioambientales a los que supersticiosamente atribuían un papel decisivo en el desarrollo de los caracteres individuales.

Una de las ciencias que más quebraderos de cabeza ha dado a los utópicos igualitaristas —al margen del denominado «determinismo biológico», que ha sido sustituido por el «determinismo medioambiental»―, ha sido la Sociobiología. Precisamente quienes más se han destacado durante décadas con los pretextos más risibles para rebatir esa rama de la ciencia, han sido, principalmente científicos de origen judío, encontrándose a la cabeza Stephen J. Gould, Richard Levins, León Kamin, Chuck Madansky, Steven Rose, Jerome Kagan y Richard Lewontin, autor de la obra que lleva el desafiante título No está en los genes, todos ellos firmantes en 1975 del manifiesto «Against Sociobiology» («Contra la Sociobiología»).

Estos científicos judíos, que son generalmente los que llevan la batuta de la orquesta antirracista, han sabido hábilmente situarse de manera peligrosa desde hace ya muchas décadas en la vanguardia del panorama intelectual y cultural, desde donde dejan oír su tremenda voz e imponen su dictadura del pensamiento sin réplica a disidencia alguna por parte de una cátedra gentil intoxicada por el liberalismo y acobardada ante la más mínima crítica que les pueda tachar de «nazis» o «racistas».

Esta obstinada violación de las leyes más básicas de los principios aristocráticos, genéticos y hereditarios, así como el desarrollo consecuente de las «sociedades multiculturales» diseñadas por los ideólogos de la "aldea global" según lo propuesto por el antropólogo judío Claude Lévi-Strauss (inventor de dicho concepto), ha condenado a que millones de seres humanos deambulen a lo largo de toda su atormentada y afligida existencia en un mar de dolor y sufrimiento.


Ver archivo adjunto 1820787
Ver archivo adjunto 1820788


@Medaigualtodo
@TylerDurden99
@Roswell
@Drumont
@Zbigniew
@succero
@Hyuga
Yo no soy cristiano, pero defiendo a Jesus.
La Eugenesia está mal por que mata a seres humanos, cuya vida, es un valor absoluto cualquiera que sea su situación y circunstancia por ser personas, es decir, espíritus vivos encarnados.
Ahora bien, una cosa es defender que no hay que dar de baja de la suscripción de la vida seres humanos, salvo caso de guerra o legítima defensa, y otra dar subvenciones antes a los discapacitados, neցros, jovenlandeses, latingking, chinos y extraterrestres por que hay muchos blancos.
Igualdad ante el Estado, y en todo caso, si hay que ayudar a alguien, que sea a las familias de los autóctonos, de los nacionales.
Son los españoles quienes hacen España, no España la que hace españoles.

Es decir, yo no soy partidario de dar de baja de la suscripción de la vida personas negras, chinas o personas con sindrome de Down por ser diferentes o con bajas capacidades intelectuales, pero tampoco en darles ayudas por serlo. Antes bien creo que hay que ayudar a las personas con altas capacidades, MERITOCRACIA y enlazado con el Führerprincip, liderazgo y responsabilidad absoluta del mando, para que la sociedad marche adecuadamente.
Si premias a los peores, tendrás la peor de las sociedades.
De ahí a dar de baja de la suscripción de la vida a los peores, hay un abismo que se llama crimen. Nunca está justificado dar de baja de la suscripción de la vida a un grupo de personas por el bien de la sociedad, salvo caso de guerra o legítima defensa.

Pongamos el caso de Dios en el cielo según el cristianismo, los ángeles rebeldes no se les exterminó, pero si se les dejó claro, que si su deseo es destruir la sociedad, serían expulsados, como así se hizo. Quien quiera vivir en Haití, allá ellos, pero no que Haití sea la norma mundial, y Haití, es fruto de una sociedad del 99% de personas negras.
No hay que dar de baja de la suscripción de la vida a los neցros, ni a los judíos, pero tampoco dejar que sean el 99% de la sociedad con discriminaciones positivas. La igualdad ante las leyes, es la justicia social entre las personas. Meritocracia.
 

Bogdanoff

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La eugenesia llevada al extremo me parece demasiado dictatorial, no me parece bien que se decida quien se puede reproducir en base a cosas como su altura, estado de salud, coeficiente intelectual (siempre que esté dentro de lo normal).
Otra cosa es que se deba facilitar el aborto de fetos con enfermedades discapacitantes como el síndrome de Down, incluso aunque estuvieramos en un contexto de prohibición del aborto, ahí si me parecería bien hacer una excepción.
Y el tema de las razas es una cuestión distinta para mi, estoy a favor del segregacionismo total. Si los neցros quieren parir como conejos por mi perfecto, pero que lo hagan en su tierra y que aquí no entre ni uno.
 

Cocoplato

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Como ya sabréis todos, la «eugenesia» es un término proveniente del griego que significa «bien nacido». Dicha práctica, junto con la esterilización obligatoria de personas con enfermedades degenerativas o mentales, estuvieron consideradas en algunos círculos europeos del s. XIX y principios del XX como una obligación social y hasta una ciencia «progresista». El estigma y la connotación negativa que implícitamente viene asociada a esta palabra no es mas que fruto de la incesante campaña de repruebo y criminalización llevada a cabo por las democracias capitalistas triunfantes en la II Guerra Mundial.

Tras la derrota de Alemania, la mayor parte de las referencias a la eugenesia fueron eliminadas de los libros académicos y de las reediciones de obras clínicas anteriores a la guerra, si bien las esterilizaciones no se abolieron en los EE.UU. hasta los años 60 y Suecia las practicó hasta bien entrados los 90, aunque en estos casos fue obligatorio el consentimiento de los interesados. Un caso excepcional en la actualidad lo constituye Islandia, único país del mundo en erradicar al 100% un trastorno genético conocido como Síndrome de Dwon, lo que ha despertado la ira inconmensurable de los eternos destructores de la herencia genética de Occidente.

No obstante, lo que verdaderamente se pretende y se pretendía con el establecimiento de las leyes eugenésicas no era otra cosa que la aplicación de las leyes biológicas de la herencia al perfeccionamiento de la especie humana, o dicho de otro modo, el deseo de proporcionar una herencia genética sana y saludable para las generaciones futuras. Por el contrario, los medios demoliberales, católicos, marxistas y judíos se esforzaron mancomunadamente en potenciar de manera incesante la pseudociencia antirracista e igualitarista, empeñada en «elevar» dentro de la sociedad tradicional europea a los menos capaces contrariando las leyes naturales más elementales.

Dicha pseudociencia, que las primeras iglesias cristianas introdujeron en Europa, iba a suponer una quiebra total del antiguo orden pagano, pues era hasta entonces ajena al pensamiento clásico occidental al chocar con la antigua creencia europea establecida sobre la desigualdad de los hombres. Prácticamente idénticas eran en la base las concepciones de los pueblos indogermánicos antes del advenimiento del cristianismo. Según su concepción del mundo o "weltanschauung", los orígenes de las desigualdades se remontaban a antepasados divinos. Se creía que la sangre portaba en si los gérmenes esenciales del carácter del hombre, que las facultades físicas e intelectuales se transmitían hereditariamente y que la sangre noble transmitía cualidades nobles.

Ver archivo adjunto 1820795

Con esta operación de subversión el cristianismo rompió las bases mismas de la estructura aristocrática de la civilización antigua, con la doctrina, según la cual todos los hombres son iguales al ser hijos de un mismo Dios. Comienza entonces la bastardización y la mezcla de sangres foráneas, empiezan a proliferar los sacrificios de seres humanos, los cultos fálicos (lo mismo que acontece hoy en día), las divinidades exóticas y todo el espantoso aquelarre característico de los pueblos dravidios, semíticos, orientales y neցroides.

La posición de la Iglesia no ha cambiado desde entonces. No nos olvidemos que el rechazo más contumaz a las ciencias de la naturaleza humana proviene de los sectores religiosos coaligados, especialmente del integrismo cristiano. Los católicos conservadores y el protestantismo fundamentalista de Estados Unidos, por ejemplo, han odiado obstinadamente la eugenesia ―antónimo del término "disgenesia", que es lo que realmente promueve la élite globalista judeomasónica―, porque para ellos no es más que un intento de las élites intelectuales y científicas de jugar a ser Dios.

Al respecto, esto es lo que escribía una publicación de las SS sobre la eugenesia: "Desde el punto de vista de la IGLESIA, cualquier intervención razonable [es decir, la eugenesia] se considera una violación del orden mundial divino. Es una TONTERÍA simple afirmar que Dios quiere lo que llamamos inferior. De lo contrario, tampoco tendríamos el derecho de eliminar temporal o permanentemente a un asesino o un criminal de la comunidad. Las leyes de la naturaleza nos muestran exactamente que la vida de nuestra gente y el mantenimiento de su buena crianza están por encima del bienestar de una persona con deformaciones congénitas graves" (— SS Race Theory and Directrices para la selección de pareja pág. 22).

En 1973 el Papa rechazó recibir a Robert Graham, creador del banco de esperma de personas sobresalientes, porque —según dijo "L'Observatore Romano"—: «El infanticidio, el aborto eugenésico y los experimentos nazis son los antecedentes culturales e históricos del banco de esperma de Graham», al que algunos llaman "el Miguel Angel del ADN", que fue un científico de fama mundial. Por contra el Papa Juan Pablo II recibió en 1982 a un "intelectual" de la talla de Muhammed Alí (ex Cassius Clay) que, entre otras cosas, aconsejó al Papa retirar las estatuas del Vaticano, "por ir contra la Biblia". Y para poder justificar todos ellos su demagogia concedieron especialmente importancia a los postulados medioambientales a los que supersticiosamente atribuían un papel decisivo en el desarrollo de los caracteres individuales.

Una de las ciencias que más quebraderos de cabeza ha dado a los utópicos igualitaristas —al margen del denominado «determinismo biológico», que ha sido sustituido por el «determinismo medioambiental»―, ha sido la Sociobiología. Precisamente quienes más se han destacado durante décadas con los pretextos más risibles para rebatir esa rama de la ciencia, han sido, principalmente científicos de origen judío, encontrándose a la cabeza Stephen J. Gould, Richard Levins, León Kamin, Chuck Madansky, Steven Rose, Jerome Kagan y Richard Lewontin, autor de la obra que lleva el desafiante título No está en los genes, todos ellos firmantes en 1975 del manifiesto «Against Sociobiology» («Contra la Sociobiología»).

Estos científicos judíos, que son generalmente los que llevan la batuta de la orquesta antirracista, han sabido hábilmente situarse de manera peligrosa desde hace ya muchas décadas en la vanguardia del panorama intelectual y cultural, desde donde dejan oír su tremenda voz e imponen su dictadura del pensamiento sin réplica a disidencia alguna por parte de una cátedra gentil intoxicada por el liberalismo y acobardada ante la más mínima crítica que les pueda tachar de «nazis» o «racistas».

Esta obstinada violación de las leyes más básicas de los principios aristocráticos, genéticos y hereditarios, así como el desarrollo consecuente de las «sociedades multiculturales» diseñadas por los ideólogos de la "aldea global" según lo propuesto por el antropólogo judío Claude Lévi-Strauss (inventor de dicho concepto), ha condenado a que millones de seres humanos deambulen a lo largo de toda su atormentada y afligida existencia en un mar de dolor y sufrimiento.


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@Medaigualtodo
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@Zbigniew
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@Hyuga
La obsesión del cristianismo con los pobres y los desgraciados tiende a convertirse en fetichismo. Me quedo con la compasión cristiana pero ese fetiche es malsano e impopular. A la mayoría de la población le parece bien que desaparezca el síndrome de down y a mí también.

Para prueba esto, coge a un cristiano que diga que se van a extinguir los niños con síndrome de down, dile que si durante un rato y luego dile que los europeos también se van a extinguir y ya verás como recula horrorizado. Que defienden entonces? Como ha dicho OP, defienden lo inferior y la auto aniquilación (cosa que ya predijo Nietzsche).
 

Cocoplato

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La eugenesia llevada al extremo me parece demasiado dictatorial, no me parece bien que se decida quien se puede reproducir en base a cosas como su altura, estado de salud, coeficiente intelectual (siempre que esté dentro de lo normal).
Otra cosa es que se deba facilitar el aborto de fetos con enfermedades discapacitantes como el síndrome de Down, incluso aunque estuvieramos en un contexto de prohibición del aborto, ahí si me parecería bien hacer una excepción.
Y el tema de las razas es una cuestión distinta para mi, estoy a favor del segregacionismo total. Si los neցros quieren parir como conejos por mi perfecto, pero que lo hagan en su tierra y que aquí no entre ni uno.
Tu posición es la sana y normal que tiene todo el mundo y la que suprimen las élites. Hasta el punto de que pensamos que son ideas radicales y nos da vergüenza articularlas en voz alta.
 

Marty.McFly

Pronto la cuarta entrega de Regreso al Futuro
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El problema, como han dicho, es que un ente oficial o estado decida quien es apto para reproducirse.

Ejemplo: Stephen Hawking tuvo 3 hijos. Según que criterios uses ¿Debería haberse permitido o no?
Eso que plantea es una verdad a medias pues hay que entender que los adelantos tecnológicos son los que han proporcionado parte del status a ese tipo de personas. La leyes de la naturaleza no perdonan.
 

Von Riné

Madmaxista
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Eso que plantea es una verdad a medias pues hay que entender que los adelantos tecnológicos son los que han proporcionado parte del status a ese tipo de personas. La leyes de la naturaleza no perdonan.
Pues si los adelantos tecnológicos permiten mayor potencial a ese tipo de personas, quizás la idea de la eugenesia pierda fuelle.
 

Ricohombre

Botifler
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Como ya sabréis todos, la «eugenesia» es un término proveniente del griego que significa «bien nacido». Dicha práctica, junto con la esterilización obligatoria de personas con enfermedades degenerativas o mentales, estuvieron consideradas en algunos círculos europeos del s. XIX y principios del XX como una obligación social y hasta una ciencia «progresista». El estigma y la connotación negativa que implícitamente viene asociada a esta palabra no es mas que fruto de la incesante campaña de repruebo y criminalización llevada a cabo por las democracias capitalistas triunfantes en la II Guerra Mundial.

Tras la derrota de Alemania, la mayor parte de las referencias a la eugenesia fueron eliminadas de los libros académicos y de las reediciones de obras clínicas anteriores a la guerra, si bien las esterilizaciones no se abolieron en los EE.UU. hasta los años 60 y Suecia las practicó hasta bien entrados los 90, aunque en estos casos fue obligatorio el consentimiento de los interesados. Un caso excepcional en la actualidad lo constituye Islandia, único país del mundo en erradicar al 100% un trastorno genético conocido como Síndrome de Dwon, lo que ha despertado la ira inconmensurable de los eternos destructores de la herencia genética de Occidente.

No obstante, lo que verdaderamente se pretende y se pretendía con el establecimiento de las leyes eugenésicas no era otra cosa que la aplicación de las leyes biológicas de la herencia al perfeccionamiento de la especie humana, o dicho de otro modo, el deseo de proporcionar una herencia genética sana y saludable para las generaciones futuras. Por el contrario, los medios demoliberales, católicos, marxistas y judíos se esforzaron mancomunadamente en potenciar de manera incesante la pseudociencia antirracista e igualitarista, empeñada en «elevar» dentro de la sociedad tradicional europea a los menos capaces contrariando las leyes naturales más elementales.

Dicha pseudociencia, que las primeras iglesias cristianas introdujeron en Europa, iba a suponer una quiebra total del antiguo orden pagano, pues era hasta entonces ajena al pensamiento clásico occidental al chocar con la antigua creencia europea establecida sobre la desigualdad de los hombres. Prácticamente idénticas eran en la base las concepciones de los pueblos indogermánicos antes del advenimiento del cristianismo. Según su concepción del mundo o "weltanschauung", los orígenes de las desigualdades se remontaban a antepasados divinos. Se creía que la sangre portaba en si los gérmenes esenciales del carácter del hombre, que las facultades físicas e intelectuales se transmitían hereditariamente y que la sangre noble transmitía cualidades nobles.

Ver archivo adjunto 1820795

Con esta operación de subversión el cristianismo rompió las bases mismas de la estructura aristocrática de la civilización antigua, con la doctrina, según la cual todos los hombres son iguales al ser hijos de un mismo Dios. Comienza entonces la bastardización y la mezcla de sangres foráneas, empiezan a proliferar los sacrificios de seres humanos, los cultos fálicos (lo mismo que acontece hoy en día), las divinidades exóticas y todo el espantoso aquelarre característico de los pueblos dravidios, semíticos, orientales y neցroides.

La posición de la Iglesia no ha cambiado desde entonces. No nos olvidemos que el rechazo más contumaz a las ciencias de la naturaleza humana proviene de los sectores religiosos coaligados, especialmente del integrismo cristiano. Los católicos conservadores y el protestantismo fundamentalista de Estados Unidos, por ejemplo, han odiado obstinadamente la eugenesia ―antónimo del término "disgenesia", que es lo que realmente promueve la élite globalista judeomasónica―, porque para ellos no es más que un intento de las élites intelectuales y científicas de jugar a ser Dios.

Al respecto, esto es lo que escribía una publicación de las SS sobre la eugenesia: "Desde el punto de vista de la IGLESIA, cualquier intervención razonable [es decir, la eugenesia] se considera una violación del orden mundial divino. Es una TONTERÍA simple afirmar que Dios quiere lo que llamamos inferior. De lo contrario, tampoco tendríamos el derecho de eliminar temporal o permanentemente a un asesino o un criminal de la comunidad. Las leyes de la naturaleza nos muestran exactamente que la vida de nuestra gente y el mantenimiento de su buena crianza están por encima del bienestar de una persona con deformaciones congénitas graves" (— SS Race Theory and Directrices para la selección de pareja pág. 22).

En 1973 el Papa rechazó recibir a Robert Graham, creador del banco de esperma de personas sobresalientes, porque —según dijo "L'Observatore Romano"—: «El infanticidio, el aborto eugenésico y los experimentos nazis son los antecedentes culturales e históricos del banco de esperma de Graham», al que algunos llaman "el Miguel Angel del ADN", que fue un científico de fama mundial. Por contra el Papa Juan Pablo II recibió en 1982 a un "intelectual" de la talla de Muhammed Alí (ex Cassius Clay) que, entre otras cosas, aconsejó al Papa retirar las estatuas del Vaticano, "por ir contra la Biblia". Y para poder justificar todos ellos su demagogia concedieron especialmente importancia a los postulados medioambientales a los que supersticiosamente atribuían un papel decisivo en el desarrollo de los caracteres individuales.

Una de las ciencias que más quebraderos de cabeza ha dado a los utópicos igualitaristas —al margen del denominado «determinismo biológico», que ha sido sustituido por el «determinismo medioambiental»―, ha sido la Sociobiología. Precisamente quienes más se han destacado durante décadas con los pretextos más risibles para rebatir esa rama de la ciencia, han sido, principalmente científicos de origen judío, encontrándose a la cabeza Stephen J. Gould, Richard Levins, León Kamin, Chuck Madansky, Steven Rose, Jerome Kagan y Richard Lewontin, autor de la obra que lleva el desafiante título No está en los genes, todos ellos firmantes en 1975 del manifiesto «Against Sociobiology» («Contra la Sociobiología»).

Estos científicos judíos, que son generalmente los que llevan la batuta de la orquesta antirracista, han sabido hábilmente situarse de manera peligrosa desde hace ya muchas décadas en la vanguardia del panorama intelectual y cultural, desde donde dejan oír su tremenda voz e imponen su dictadura del pensamiento sin réplica a disidencia alguna por parte de una cátedra gentil intoxicada por el liberalismo y acobardada ante la más mínima crítica que les pueda tachar de «nazis» o «racistas».

Esta obstinada violación de las leyes más básicas de los principios aristocráticos, genéticos y hereditarios, así como el desarrollo consecuente de las «sociedades multiculturales» diseñadas por los ideólogos de la "aldea global" según lo propuesto por el antropólogo judío Claude Lévi-Strauss (inventor de dicho concepto), ha condenado a que millones de seres humanos deambulen a lo largo de toda su atormentada y afligida existencia en un mar de dolor y sufrimiento.


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Ni idea tienes.

La eugenesia hoy es perseguida en todo el mundo, porque se asocia con el NS, la gente religiosa la rechaza por la misma razón que la rechazan los liberales, los socialistas e incluso muchos movimientos de extrema derecha.

La eugenesia era el movimiento dominante a finales del XIX y principios del XX, tanto que TODOS los movimientos y visiones del mundo la apoyaban, por ponerlos en el orden que tu pones:

Liberales partidarios de la eugenesia, uno de los filósofos mas importantes de le época liberal-libertario o anarquista libertario como es Herbert Spencer, también Francis Galton, o Julian Huxley.

gente de izquierdas partidarios de la eugenesia, Platón, Bernard Shaw, Margaret Sanger (feminista, partidaria de exterminar a los jovenlandeses en USA), Salvador Allende, Juan Negrín.

Conservadores y cristianos partidarios de la eugenesia, basicamente todos los políticos conservadores del mundo anglosajón (Churchill sin ir mas lejos) y escandinavo. En España también tienes ejemplos de pensadores cristiano-católicos como el del Vallejo Najera o Gregorio Marañón.

Vamos que tu hilo parte de una premisa completamente falsa.

Cuando termina la IIGM se asocia con los nazis (que nunca fueron capaces de llevar a cabo un programa eugenésico, cosa que si hicieron muchas democracias liberales o socialdemócratas como las escandinavas) porque estos fueron tan torpes de presentarla como algo odioso y totalitario, porque implica que el estado trate a la gente como si fueran objetos.

La eugenesia positiva la practican todos los seres humanos de modo innato. No es necesario aplicar ninguna política totalitaria como decís los NS, bastaría con que el estado no diera paguitas y promocionara buenos valores para lograr el mismo resultado sin mancharse las manos de sangre. Es un tema muy interesante, pero no se puede discutir con alguien que hierra de entrada en su planteamiento.

Otro motivo de que se persiga la eugenesia es que las élites la practican entre sí, y no tienen ninguna razón de que el "ganado humano" adquiera características destacables, por eso no solo atacan la eugenesia sino que fomentan la disgenesia (gustos de cosa, estereotipos culturales nocivos, androgenización, químicos para estrogenizar y castrar a los europeos, próximamente la prohibición de la carne, favorecimiento de dietas y habitos de salud abiertamente negativos como dormir poco o comer verdura...).

Un saludo.
 
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Aeneas2

Himbersor
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La obsesión del cristianismo con los pobres y los desgraciados tiende a convertirse en fetichismo. Me quedo con la compasión cristiana pero ese fetiche es malsano e impopular. A la mayoría de la población le parece bien que desaparezca el síndrome de down y a mí también.

Para prueba esto, coge a un cristiano que diga que se van a extinguir los niños con síndrome de down, dile que si durante un rato y luego dile que los europeos también se van a extinguir y ya verás como recula horrorizado. Que defienden entonces? Como ha dicho OP, defienden lo inferior y la auto aniquilación (cosa que ya predijo Nietzsche).
Hay un sector de cristianos que comparten las mismas taras psicológicas de la izquierda respecto a los débiles y marginados. Hay que tener compasión con ellos, pero su situación NO ES BUENA y hay que evitarla, a poder ser haciendo que mejore la gente por si misma a través de un cambio de mentalidad y valores, junto con esfuerzo y disciplina.

Hay que ELOGIAR y ADMIRAR a lo que es superior, para que todos ASPIREMOS A ELLO. Y no envidiar a los que destacan y hacer sindicato con los peores para dar martillazos al clavo que sobresale.
 

AryanFront

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Asgard
Sobre el tema de la Eugenesia y su exacta comprensión es necesaria la lectura de las siguientes obras. Dejo sus correspondientes enlaces en PDF:

1. Roger Pearson, "Heredity and Humanity: race, eugenics and modern science", Washington, 1996.

2. Dr. Hans Günther, "Pueblo, Estado, Herencia y Selección", 1933.

3. René Binet, "Contribución a una ética racista", publicado en francés en 1946 y vertido al español por ediciones WOTAN en 1980.

4. Gaston-Armand Amaudruz, "Nosotros los racistas".

5. Walter Darre, "La política racial nacionalsocialista", ediciones WOTAN, 1980.

@Dalmancio

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Marty.McFly

Pronto la cuarta entrega de Regreso al Futuro
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Pues si los adelantos tecnológicos permiten mayor potencial a ese tipo de personas, quizás la idea de la eugenesia pierda fuelle.
Los adelantos tecnológicos nunca deben primar ni sobrevalorar las leyes naturales, que son inmutables e inalterables.
Prolongar la existencia de seres humanos en tales condiciones sigue siendo algo grotesco. La tecnología materialista y racionalista solo nos está llevando al abismo.
 

Von Riné

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Los adelantos tecnológicos nunca deben primar ni sobrevalorar las leyes naturales, que son inmutables e inalterables.
Prolongar la existencia de seres humanos en tales condiciones sigue siendo algo grotesco. La tecnología materialista y racionalista solo nos está llevando al abismo.
Precisamente ese es el objetio de la medicina.

Por esa regla no habria transplantes de organos, ni transfusiones de sangre, ni sillas de ruedas...Total, si alguien esta mal es a ley de la naturaleza.

No se que tiene que ver el "materialismo" cuando cuidar a otro ser humano en determinadas condiciones incluso va en contra de ese materialismo.