La gran película que la mayoría de la gente asocia a la cumbre del género de ciencia-ficción es 2001 Odisea en el espacio (1968) de Stanley Kubrick. Ciertamente es una película magnífica y que a mi modo de ver merece más de un visionado.
Se basa en una novela de Arthur C. Clarkle, uno de los más agudos y reconocidos autores de ciencia-ficción.
Pero aquí quiero llamar la atención más sobre otra obra de Clarkle menos conocida, pero no menos interesante: El fin de la infancia (1953). Recientemente, en 2015, se ha hecho una serie de tres episodios basada en ella.
En la novela se plantea un posible contacto con una especie alienígena jovenlandesal, intelectual y tecnológicamente más desarrollada que nosotros, venida de otro planeta que despierta a los humanos hacia una identidad cósmica, universal.
Los alien se preocupan benévolamente por los niños humanos para que puedan a desarrollar facultades que hoy nos parecen paranormales, como la telepatía o la telekinesis. Ayudándoles a abandonar las conciencias parciales, raciales, sensuales, clasistas o nacionales para ser simplemente conciencia, sin fronteras. Despertando así a una realidad, una identidad más amplia, a lo que los alienígenas más evolucionados que los humanos llaman la supermente.
Una perspectiva que tal como la plantea Clarkle significaría un salto evolutivo positivo.
Se basa en una novela de Arthur C. Clarkle, uno de los más agudos y reconocidos autores de ciencia-ficción.
Pero aquí quiero llamar la atención más sobre otra obra de Clarkle menos conocida, pero no menos interesante: El fin de la infancia (1953). Recientemente, en 2015, se ha hecho una serie de tres episodios basada en ella.
En la novela se plantea un posible contacto con una especie alienígena jovenlandesal, intelectual y tecnológicamente más desarrollada que nosotros, venida de otro planeta que despierta a los humanos hacia una identidad cósmica, universal.
Los alien se preocupan benévolamente por los niños humanos para que puedan a desarrollar facultades que hoy nos parecen paranormales, como la telepatía o la telekinesis. Ayudándoles a abandonar las conciencias parciales, raciales, sensuales, clasistas o nacionales para ser simplemente conciencia, sin fronteras. Despertando así a una realidad, una identidad más amplia, a lo que los alienígenas más evolucionados que los humanos llaman la supermente.
Una perspectiva que tal como la plantea Clarkle significaría un salto evolutivo positivo.
El fin de la infancia - Wikipedia, la enciclopedia libre
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