«Este impuesto me ha trastocado mucho los planes. No podemos más, no sé cómo voy a salir de esta. Ya he quitado tres neveras del supermercado para pod...
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El tope al gas genera un nuevo cargo que encarece la luz
Indignación y sorpresa en clientes que ven cómo la excepción ibérica dispara sus facturas por una tasa que compensa a las gasistas
15 septiembre 2022 20:30 | Actualizado a 16 septiembre 2022 14:00
Baja el precio de la luz hasta los 237,1 euros/MWh
El precio de la luz sube un 9% este viernes 12 de agosto, hasta 301 euros/MWh
«Este impuesto me ha trastocado mucho los planes.
No podemos más, no sé cómo voy a salir de esta. Ya he quitado tres neveras del supermercado para poder ahorrar y me voy a cambiar de compañía», reconoce Joan Poch, responsable de un supermercado Coviran en Tarragona que ha sido
víctima de la letra pequeña del Real Decreto del Gobierno que limita el tope del gas y, en teoría, debe abaratar las facturas. No está sucediendo así en algunos casos. La diferencia es bien palpable en las tres últimas facturas de este negocio. En junio pagó 1.355 euros de luz. En julio la factura se elevó a 4.830 euros y en buena parte por un nuevo cargo que aparecía claramente detallado:
‘Ajust RDL 10/2022’.
Esto es, ajuste por el Real Derecho 10/2022,
un concepto que antes no pagaba y que ahora asciende a 1.392 euros. En agosto la cantidad fue aún más elevada: 1.723 euros por ese cargo añadido que ha aparecido por sorpresa y un dispendio total que se ha encaramado a los 4.800 euros. Entre el 35 y el 40% de la factura procede de este nuevo importe.
«He preguntado y no hay nada que hacer, es un impuesto para todos que ya me han dicho que tengo que pagar o, si no, me cortan la luz», lamenta Poch, sumido en la confusión por lo que es un contrasentido: una medida para pagar menos está provocando que algunos clientes reciban
facturas desorbitadas justo cuando la iniciativa ha echado a andar.
Empresas agrícolas, hornos o discotecas denuncian incrementos por el nuevo ajuste
El origen se encuentra en el mes de junio, cuando la Comisión Europea autoriza a España y a Portugal a aplicar lo que se conoce como
excepción ibérica. Ambos países pasaban a
limitar el precio del gas que se emplea para producir electricidad con el objetivo de contener el impacto de la escalada de precios en el mercado mayorista desde la guerra de Ucrania. «Es
una medida para parar el impacto que el aumento del precio del gas tenía en la electricidad, puesto que es la tecnología más cara y la que determina el coste cuando es la última que entra a generar para cubrir la demanda», explica Roger Medina, economista e investigador del Institut Ostrom.