Inditex es uno de los grandes ganadores en el sector textil de los últimos años. Así, la firma ha
más que duplicado su valor en bolsa desde el 2022, gracias a los buenos resultados cosechados trimestre a trimestre. Además, en un momento muy difícil debido a la elevada inflación en las cadenas de suministros. No obstante, ese triunfo esconde un secreto. Y es que la estrategia de
Marta Ortega, presidenta, y Oscar Maceiras, consejero delegado, se ha basado en deslocalizar la producción de la firma. De hecho, ha reducido
a la mitad el número de proveedores españoles, mientras los ha disparado en regiones con mano de obra barata.
Especialmente, en el caso de jovenlandia.
La realidad es que una parte importante del éxito de Inditex siempre ha estado
en la deslocalización de su producción. En especial, en lugares donde la mano de obra es muy barata. De hecho, no es casualidad que su increíble escalada bursátil arrancase
en 2005. El mismo año en el que
la Unión Europea y Estados Unidos empezaron a eliminar las prohibiciones sobre la importación de prendas desde Asia. Tampoco que, a medida que la importación de esos productos fue mayor, la valoración bursátil de Inditex también lo era. Y, por supuesto, que durante décadas,
su principal proveedor sea China.
A pesar de que el imperio de Amancio Ortega basó su expansión en la mano de obra barata, principalmente en Asia, en realidad
nunca fue tan lejos. Al menos, como lo está haciendo su hija. De hecho, eso se puede apreciar al comparar los datos entre los últimos años del fundador al mando (2016 y 2021) y los dos años que lleva su sucesora al mando de la firma.
ORTEGA LLEVA A INDITEX DE ESPAÑA Y PORTUGAL
Así, bajo el final del mandato de Amancio, el número de proveedores españoles
se redujo un 23%. Una cifra que supone
una reducción media del 4,6% cada año. No obstante, desde que ha asumido la presidencia Marta y la dirección Maceiras, 2022 y 2023,
la eliminación de proveedores nacionales ha crecido más rápidamente: en concreto, la disminución ha sido casi
del 15%, es decir, una media de
un 7,5% al año. Esa cifra supone eliminar proveedores españoles
al doble de velocidad que en años anteriores.
Ese efecto en Portugal es todavía más visible. Y es que en los cinco años anteriores a la llegada de Marta y Maceiras, el grupo
apenas redujo sus proveedores lusos en un 11,7%. Sin embargo, en los dos últimos años, Inditex ha eliminado
hasta un 24,5% de los proveedores portugueses. Eso implica un ritmo casi cinco veces más alto que el que presentaba la firma en el último lustro y muestra el viraje radical que ha ejecutado el equipo directivo.
Si en lugar de fijarnos en el número de proveedores ponemos
la lupa sobre las fábricas, las cifras también son concluyentes. En España, el número de fábricas de confección asociadas a proveedores de Inditex
alcanzó en 2023 un mínimo histórico de apenas 76, frente a las 117 del 2021 y las 172 de 2015. En otras palabras, se han eliminado hasta 100 fábricas en España dónde se confeccionaban productos de la firma textil. En el caso de Portugal, de nuevo, la caída es mucho más fuerte y se ha pasado
de las 887 en 2015 a 348 en 2023. En total, son
casi dos tercios menos al eliminar 539.
jovenlandia, LA GRAN BENEFICIADA POR LA POLÍTICA DE INDITEX
La eliminación de proveedores en España y Portugal ha tenido un gran beneficiado:
jovenlandia. De hecho, el país norteafricano ha asumido gran parte del trabajo que se hacía en ambas regiones, de tal manera que
Inditex ha podido mantener su equilibrio de producción de cercanía. Uno de sus puntos fuertes durante muchos años. La propia compañía textil explica que “la proximidad es
uno de los criterios clave de nuestra cadena de suministro, lo que posibilita responder de manera ágil al mercado. Una parte muy significativa de las fábricas de corte, confección, tintado, lavado, estampación o acabado que confeccionaron nuestras prendas en 2023 están situadas en España o países cercanos como Portugal, jovenlandia o Turquía”.
No obstante, como hemos podido ver, tanto España como Portugal han sufrido un fuerte retroceso en número de proveedores. Por su parte,
Turquía se ha mantenido estable, aunque con cierto retroceso desde la llegada de Marta y Maceiras: en concreto, en 2015 Inditex tenía 183 proveedores turcos, en 2021 alcanzó la cifra de 194 y en 2023 tuvo 186. Por ello, parece más que evidente que
solo ha podido ser industria jovenlandés la gran beneficiada de la deslocalización de la producción en España de Inditex.
Ver archivo adjunto 1875978
Marta Ortega, presidenta de Inditex.
Y, obviamente, así lo corroboran los números.
Desde 2015, jovenlandia ha duplicado el número de proveedores que le sirven a Inditex, al pasar de 106 a 216. Además, con un crecimiento mucho más rápido también con Marta y Maceiras: en este caso, entre 2015 y 2021, se añadieron un total de 67, mientras que
solo en los dos últimos años se han sumado 43 nuevos. Ese crecimiento también se aprecia en el número de fábricas de confección asociadas a proveedores marroquíes, que desde el 2015
han pasado de 211 a 348, lo que supone
un aumento de casi el 65%.
BANGLADESH Y PAKISTÁN TAMBIÉN AUMENTAN SU PESO
En el caso de la producción más alejada, esto es, Asia, el incremento se ha centrado en regiones como
Bangladesh y Pakistán. Así, el año pasado, Inditex llegó a tener relación con 150 proveedores de Bangladesh, mientras que en 2015 apenas la tenía con 81. En el caso de Pakistán, el aumento es de 42 a 69. Las características que unen a ambas regiones son un sistema político autoritario, mano de obra barata y una economía inestable. Además de una fuerte inversión en infraestructuras.
Bangladesh es una dictadura gobernada por
Sheikh Hasina, que lleva desde el 2009 asegurándose de que solo pueda ganar ella las elecciones. La industria textil ha sido uno de los argumentos económicos de la mejora del país, que tiene su centro en Dhaka. También se ha apoyado en las muchas exenciones arancelarias con las que cuenta, gracias a que es un país pobre. Ese es el mismo caso que Pakistán, aunque su economía está mucho peor. Un país gobernado prácticamente por un ejército déspota que además vive en una continua crisis económica. De hecho, actualmente está inmerso en una enorme crisis en la balanza de pagos y una
inflación cercana al 40%, lo que ha mermado notablemente su moneda.
En definitiva, Marta Ortega y Óscar Maceiras parecen tener una
idea clara: profundizar en la deslocalización de la producción. Aunque eso suponga hacer negocios en algunas de las
dictaduras más terribles del mundo. Eso sí, a cambio de unos costes mucho menores:
en jovenlandia el salario es de unos 290 euros al mes, en Pakistán apenas sobrepasa los 100 euros y en Bangladesh no llega a 70 euros. Al final, «la magia» de Inditex a la que alguna vez
se ha referido Ortega tenía truco, solo había que mirar más allá.
