No hubiera sido mejor razonar con el amigo culturista. Este hombre es médico no un simple cualquiera, seguro que tratándole con respeto y empatía se habría resuelto el asunto. Este es el talante de la policaca española, más que agentes de la autoridad parecen perros guardianes.
Seguro que le dirían: o te largas de aquí o te metemos dos porrazos. Las amenazas y la coacción que es el recurso estrellas de los policíacas españoles a la hora de resolver conflictos ciudadanos, puede funcionar con personas con la misma cantidad de neuronas que la mayoría de los policacas, pero cualquier persona con algun mueble en la cabeza, le resulta ofensivo ese trato, si además uno está cabreado lo único que van a conseguír es increparlo aún más convirtiendo una simple discusión en un delito.
Los cuerpos policacas deberían ser disueltos y sus miembros enviados a trabajar allá donde sus capacidades se lo permitan, por ejemplo pastoreando ovejas o ladrando tras los muros de algún chalet.
