Ni Estudian Ni Espabilan. La Generación de los “NeNes” (no pronunciar NiNis) se ha dado de bruces con la realidad del mercado laboral español, a mitad de camino entre la casa familiar y la oficina. Hijos de la Reforma Laboral de los años 90 y del boom económico de la última década, aspiraban a heredar pronto y sin esfuerzo los privilegios jerárquicos y los emolumentos de los progenitores. Con tanto cinismo como desparpajo han bautizado como “tapón” a todos aquellos que se interponen o retrasan el disfrute de tan legítimo patrimonio. Criados entre algodones, ni estudian ni se esfuerzan. Las encuestas sociológicas realizadas dibujan un perfil bastante desolador de este grupo de edad: una abrumadora mayoría de sus integrantes carece por completo de cualquier espíritu empresarial.
Aspiran a “vivir bien”, concepto tan elástico como vacuo e inquietante. Cuando la “felicidad” forma parte del programa electoral, la cosa suele acabar como el Rosario de la Aurora. En efecto, las “crisis” brindan magníficas coartadas políticas y jovenlandesales. Varios estudios universitarios recientes, recopilados por el economista Kenneth Rogoff en su libro “Esta vez es diferente”, revelan que los periodos de recesión prolongados tienen un gran impacto psicológico sobre la población laboral: los trabajadores tienden a volverse “vagos”, “oportunistas” y “cínicos”. Algo bastante evidente a tenor de lo que ocurrido siempre con el mundo del trabajo en las llamadas economías planificadas.
Más curiosas son las conclusiones de otro estudio de la OCDE sobre los jóvenes trabajadores en España. Dependiendo de cuando se incorporaron al mercado laboral, gozaron o del pleno empleo o de una tasa de paro que roza el 50%. Nada nuevo en España, solo cosas que se habían olvidado. Como el alto porcentaje de jóvenes universitarios (44%) con empleos que poco o nada tienen que ver con su formación. Hace tan sólo 4 años, cualquier NENE aspiraba a dejar de ser mileurista. Su referente laboral, figuras públicas de éxito como Leire Pajín , Carme Chacón o Bibi Aído. Ahora sospechan que su horizonte laboral no es otro que convertirse en “tapón” para la siguiente Generación.
¿Crees que la actual generación de jóvenes es prescindible desde un punto de vista económico histórico? ¿Sería la primera generación que se "pierde"? ¿La generación NENEs de Leire Pajín y Carme Chacón, condenada a ser un “puente” entre dos generaciones mejor preparadas? ¿Puede calificarse de Generación Oportunista, Cínica y Vaga? ¿El espíritu empresarial se puede y debe inculcar desde niño? ¿A quíen le corresponde esa misión: a los padres o a los poderes públicos? ¿Se ha desincentivado la cultura del esfuerzo en nuestro país, al margen del signo ideológico? ¿Han fallado los padres, criando niños consentidos, o los poderes públicos, formando sectarios y seguidores?