"Acuérdate de estas dos verdades: la una, que todo exteriormente es de idéntico aspecto, que pasa por los mismos ciclos y que es indiferente ver el mismo espectáculo durante un siglo o dos que por toda la eternidad; la otra, que el que muere muy joven pierde igual que otro que ha vivido muchos años. Ambos pierden solo el instante presente, que es el único que poseen, puesto que no podrían perder lo que no tienen."
"No olvides tampoco que la vida se limita para cada uno de nosotros al tiempo presente, que sólo es un fugaz intervalo; el resto de la existencia no existe, o es incierto. Por consiguiente, la vida de todo ser no representa casi nada; el lugar donde transcurre no es más que un rincón insignificante de la Tierra, y la reputación más duradera que uno deja tras de sí apenas si vale algo, pues se transmite mediante una sucesión a individuos insignificantes que, a su vez deben morir también, que no se conocen a ellos mismos y que, como es natural, conocen mucho menos todavía al que murió hace mucho tiempo."
Marco Aurelio