A ver: esto ya ocurría cuando servidor iba a la Universidad, y estoy hablando de los años 90. Pero con una diferencia: las que ahora vuelven "solteras" del Erasmus o de "la ciudad", en aquél entonces cuando volvían a España o al pueblo seguían "con el novio". Sí: se comportaban cuando estaban fuera como "la alegre divorciada" y, cuando regresaban a España o al pueblo (de fin de semana, de vacaciones o definitivamente) seguían con el cornudo que habían dejado esperando, como si nada hubiera ocurrido. Es más: cuando se llamaban por teléfono con el novio de España o el pueblo (estando ellas "estudiando fuera"), actuaban con total normalidad, como si esa misma noche al colgar no les esperase otro maromo, o como si la semana anterior no se hubiesen liado con el guiri de turno.
Una doble vida acojonante la que llevaban las que se iban de Erasmus o a estudiar "a la ciudad", oiga. Pero lo dicho: nada nuevo bajo el sol.