A ver, pienso que se está enfocando el debate de forma equivocada.
En primer lugar, muchos foreros estarán de acuerdo conmigo que ciertos puestos, por su incomodidad a los políticos, merecen estar blindados, ya que si no la corrupción sería el pan nuestro de cada día. Me refiero a policías, jueces, inspectores de hacienda y demás. Porque si no fuese así, ¿qué sucedería si un juez no es indespedible, está investigando un escandalazo de corrupción de un partido, y ese partido llega al poder? Os lo podéis imaginar. Sin embargo, lo que muchos cuestionan, entre ellos yo, es que ciertos puestos, como auxiliar administrativo en ayuntamientos, bedeles o incluso auxiliares de enfermería, enfermeros y médicos, y profesores, que no tienen nada que ver con la política, sean también vitalicios y con una renta superior a sus homólogos en la privada. ¿Vocación de servicio público? ¿Qué es eso? La vocación para los sacerdotes, como me ha dicho algún que otro forero. ¿Que sus sueldos son más elevados que en la privada para así atraer a los mejores? Pensemos en los casos de la sanidad y la educación, tan mejores hay que cualquiera con un poco de cash contrata los servicios de la sanidad privada y lleva sus hijos a colegios privados. ¿Son sencillas esas personas, no habíamos dicho que en los públicos estaban los mejores?
Otro asunto del que se ha hablado es que por culpa del sector público tan abultado y tan bien remunerado en España sufrimos una presión fiscal demencial con respecto al IVA, al Impuesto de Sociedades, a impuestos varios, etc. Mi pregunta, y con esto no quiero demagogias, es: si redujésemos los sueldos a todos esos empleados públicos y nos deshiciésemos de los mismos dejando tan sólo aquellos realmente imprescindibles para el buen funcionamiento de una democracia, ¿los impuestos bajarían hasta aliviar la presión fiscal?