La Patria es una Empresa común, una Historia común (de todos los Pueblos que conforman las Españas, su diversidad y unidad, todos y cada uno de ellos, sin excepción,). Una cadena donde todas las piezas son igual de valiosas y necesarias y no se entiende sin la ausencia de uno de ellos, así la forjaron nuestros antepasados (también de vascos y catalanes, el nacionalismo y la segregación es una afrenta a ellos), y así nos la entregaron.
La Tradición es pre-liberal (como lo es la Patria), su antítesis, la contra-revolución, el patriotismo difiere del nacionalismo (de todo nacionalismo, tanto español, como catalán y vasco, por citar los dos ejemplos más reseñables), La Patria no solo define a un territorio, ni nacer y vivir en él, y defenderlo, nos convierte en patriotas, no es un concepto político/nacional sin más, La Patria es el vínculo espiritual que nos une con nuestro pasado, con nuestros antepasados, todos los hombres y mujeres que han contribuido a forjarla y se sacrificaron por ella, debemos respetarlo y defenderlo.
Un humanismo, unos Principios, espiritualidad, que deben tener tiene continuidad en el presente y en el futuro. La Patria como la Tradición es un ente vivo que se hereda y transmite, cada generación posee el deber de mantener este legado y mejorarla con nuevas aportaciones. Esto posee un nombre, Tradición; nuestros antepasados han creado nuestra Patria, la han forjado desde el pilar de la Fe y Tradición católica y perfeccionado durante siglos, nosotros la recibimos nos toca aportar y entregársela a nuestros hijos, porque es lo verdadero.
Progreso sí, pero verdadero progreso, éste es el
quid; no a cualquier precio, no sin raíces, las plantas sin raíces mueren, se las lleva el viento, lo mismo sucede con la Sociedad.
El Sr. Vazquez de Mella se lo diría así:
"El pueblo decae y muere cuando su unidad interna, moral, se rompe, y aparece una generación entera, descreída, que se considera anillo roto en la cadena de los siglos, ignorando que sin la comunidad de tradición no hay Patria; que la Patria no la forma el suelo que pisamos, ni la atmósfera que respiramos, ni el sol que nos alumbra, sino aquel patrimonio espiritual que han fabricado para nosotros las generaciones anteriores durante siglos, y que tenemos el derecho de perfeccionar, de dilatar, de engrandecer; pero no de malbaratar, no de destruir, no de hacer que llegue mermado o que no llegue a las generaciones venideras ;que la tradición, en último análisis, se identifica con el progreso, y no hay progreso sin tradición, ni tradición verdadera sin progreso."
Juan Vázquez de Mella (Discurso pronunciado en Santander, en septiembre de 1916)