Aparatos Conocí a un chino, que ponía el pescado en la ventana.

Lo mataría con mis propias manos, pero ya se murió.

Era rico, y vivió como un perversos.

La peña lo saqueo de lo lindo mientras boqueaba en la uci.

Pero el pescao seco en la ventana hizo que el pipol tomara la justicia por su mano.
 
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