Clases sociales

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No sé quién ni en qué hilo, pero alguien puso esta tablita en el principal. Me llamó la atención, pues no es la primera vez que sale por aquí el tema y nadie se pone de acuerdo.

Social class - Wikipedia, the free encyclopedia

¿Qué clasificación creéis más acertada? Curioso que sólo coincidan en el porcentaje de la super-rich class, ¿no? Que por cierto, no citan a los grandes empresarios (porque high executives a mí me suena a asalariados, de oro pero asalariados), aunque supongo que van incluidos en heirs.

Y curioso también que las tres nombren a la Ivy League como denominador común: el equivalente francés son las grandes écoles, y dudo muchísimo que ni siquiera la mitad de sus ricos más ricos hayan pasado por alguna de ellas.

¿Dónde creéis que se mete esa gente? Porque un 1% de la población no es tan tan poco, y yo diría que no me he cruzado con ninguno de ellos en mi vida. ¿A qué colegios llevarán a sus hijos en España? ¿O todos irán a los mismos internados suizos, no sea que la plebe llegue a juntar cuatro cortesanas y manden a sus niños al colegio bilingüe de la zona? Misterios de la vida... si alguien ha estudiado en colegios privados de verdad le agradecería un poco de luz sobre el tema.


¿Creéis que los porcentajes/clasificación serían parecidos en todo Occidente, o que precisamente por ser América están más acentuados de lo normal? No sé, pero yo por ejemplo no encuentro gran diferencia entre los dos últimos eslabones, y si me apuras entre los tres últimos. Entre impuestos a los de arriba y ayudas sociales a los de abajo (en Occidente ya poca gente pasa hambre), creo que su nivel de vida está bastante igualado.


¿Y pensáis que estos porcentajes no se han movido en toda la Historia, como se suele decir? A ver, pongamos de ejemplo la Edad Media. Cogiendo la clasificación de en medio, en 5 eslabones, yo pondría:

1- Rey y nobleza
2- Clero
3- Artesanos gremiales, mercaderes, galenos, caballeros
4- Campesinos
5- ¿P.utas, siervos y otros trabajos poco dignos?

Pues si fuese así creo que los porcentajes no coinciden ni de lejos, vamos.


(completamente offtopic, me ha "sobrevenido" una duda escribiendo esto: ¿por qué los ejércitos desaparecieron en la Edad Media? El romano era pa cagarse, en la Edad Moderna todos los estados tenían el suyo... ¿y por qué en la Edad Media sólo eran caballeros desorganizados, que se entrenaban por su cuenta y ayudaban al rey cuando les requería? Corríjanme si me equivoco, pero ésa es la idea que tengo).
 

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Mantener un ejercito no es facil ... y menos en la Edad Media donde desaparecieron tencicas de cultivo rentables y se perdio gran cantidad de riqueza en Europa ... esa es una de las muchas causas que propiciaron la desaparicion de Ejercitos permanentes en Europa durante casi toda la edad media .
 
Mantener un ejercito no es facil ... y menos en la Edad Media donde desaparecieron tencicas de cultivo rentables y se perdio gran cantidad de riqueza en Europa ... esa es una de las muchas causas que propiciaron la desaparicion de Ejercitos permanentes en Europa durante casi toda la edad media .

¿Puedes explayarte un poco sobre las técnicas de cultivo que se perdieron, por favor? Es curioso, porque ambientalmente fue la mejor época: Período cálido medieval - Wikipedia, la enciclopedia libre.
 
¿Puedes explayarte un poco sobre las técnicas de cultivo que se perdieron, por favor? Es curioso, porque ambientalmente fue la mejor época: Período cálido medieval - Wikipedia, la enciclopedia libre.

Pues hombre se perdieron muchas tecnicas basadas en herramientas que dejaron de utilizarse/conocerse pro la perdida de por ejemplo los artesanos que las hacian , si es cierto que poco a poco se fueron recuperando produccion y mediso superando incluso a lso romanos con cosas como los molinos hidraulicos o nuevos modelos de arado ...

Aunque se dbee reseñar que muchos de estos nuevos inventos y tecnicas no aparecieron precisamente dentro de la cultura europea medieval , sino dentro de la Islamica , innnovaciones que al principio no eran bienvenidas en la casta y cristiana Europa al provenir del perfido moruno .

En todo caso la produccion Agricola en general bajo en Europa durante mucho tiempo comparada con otras epocas y se produjeron varias hambrunas a pesar del cojonudo clima que hcia (como tu indicas) y de que poco a poco se fueron haciendo adelantos dentro de la agricultura , adelantos que hiceron que hubiera mas produccion agricola , que aumentara la demogracia ... pero que tambien hicieron que se alcanzara el tope de lo que se podia producir habiendo mas poblacion de la que se podia alimentar .

Recordemos tambien que por la mala alimentacion y condiciones de vida del pueblo parece que incluso la esperanza de vida bajo con respecto a la epoca romana .


Un ejemplo de esas hambrunas de la Edad Media :

cabovolo: La Gran Hambruna del 1315-1317, la más terrible de la Edad Media


Entre 1315 y 1317 Europa sufrió una de sus mayores crisis que provocaría millones de muertos. Un tiempo inusualmente húmedo y frío trajo consigo unos años de cosechas escasas y cultivos podridos. La escasez de alimento produjo una hambruna generalizada que parecía no acabarse nunca mientras la criminalidad ascendía y las oraciones parecían no surtir efecto. Fue tal el nivel de desesperación que muchos cronistas citan casos de canibalismo.

Durante la Edad Media, las hambrunas y las mortandades que estas causaban eran bastante habituales. Así durante el siglo XIV Francia sufrió cinco e Inglaterra al menos cuatro. La mayoría de gente no disponía de alimento suficiente y la vida era una lucha por sobrevivir. La esperanza de vida del pueblo llano era de unos 30 años, en el caso de la familia real inglesa esta ascendía hasta poco más de los 35, aunque la Gran Hambruna la reduciría hasta los 30.

Vale la pena aclarar que la esperanza de vida consiste en el cálculo de la media de la población al morir, así en la Edad Media la alta mortandad infantil rebajaba de manera considerable esta cifra. La esperanza de vida de los hijos de la aristocracia inglesa descontando los que morían antes de llegar a los 21 años que se situaría en torno a los 45-50 años, nos da una imagen más real de la Edad Media.

Esta Gran Hambruna afectó a todo el continente europeo desde las llanuras rusas hasta el mediterráneo, aunque se cebó especialmente con Francia, Flandes e Inglaterra.

Durante el periodo de bonanza del Óptimo Climático Medieval (ver post) Europa había sufrido una explosión demográfica, que había situado su población en máximos históricos llegando al límite de población que la producción agrícola podía mantener incluso en un año normal.

Paralelamente los ratios de producción de grano por semilla plantada habían ido reduciéndose progresivamente desde el 1280 y el precio de la comida subiendo. Con buen tiempo estos ratios podían llegar a situarse en 7 a 1, pero durante los años de mal tiempo este podía llegar a bajar hasta 2 a 1. Este ratio de 2 a 1 era un auténtico drama, pues quería decir que de los 2 granos recogidos, al tener guardarse uno para replantarlo al año siguiente, sólo quedaba uno para comer. Estos ratios contrastan con los que se pueden alcanzar en las granjas modernas que superan el 200 a 1.

Fue durante la primavera del 1315, cuando una inusual lluvia empezó a caer en gran parte de Europa. Durante el verano siguiente esta lluvia continuó y las temperaturas se mantuvieron bajas. En estas condiciones el grano no podía madurar y se metía en las casas en urnas y macetas. La paja y el heno para los animales no se podía curar y no había pienso para el ganado. Así el precio de la comida empezó a subir, llegándose a doblar entre primavera y mediados de verano.

Con un tiempo tan húmedo la sal, la única manera de conservar la carne, era difícil de obtener pues el agua no se podía evaporar y su precio subió un 33%. En Francia el trigo subió un 320% y los campesinos no podían permitirse comprar pan. Los almacenes de grano para emergencias eran sólo para señores y nobles. Los campesinos empezaron a recoger raíces comestibles, plantas, hierbas, nueces y cortezas en los bosques.

La situación aún empeoró más en la primavera del 1316, mientras la lluvia no cesaba. A los campesinos cada vez les quedaban menos fuerzas y las reservas de cosechas pasadas escaseaban. Ante esta situación se comieron los animales domésticos y en algunas situaciones hasta el grano que tenía que servir de semillas para el año siguiente.

Algunos padres tuvieron que abandonar a sus hijos, y muchos ancianos optaron por rechazar la comida, con la esperanza que los más jóvenes pudieran sobrevivir. Como ya hemos dicho según algunos cronistas se llegó a recurrir hasta al canibalismo, pese a que otros estudiosos lo consideran improbable y lo atribuyen a simples rumores de la época.

El punto álgido de esta hambruna se alcanzó en el 1317, aunque finalmente el verano de ese año el tiempo volvió a lo que era habitual. Sin embargo la recuperación no sería rápida, ya que la población se encontraba debilitada por las enfermedades como neumonía, bronquitis, tuberculosis entre otras, y había escasez de semillas para plantar, pues como hemos mencionado antes, muchas de ellas habían sido comidas por la gente.

Así la producción de alimento no volvería a ser normal hasta el 1325 que sería el año en que la población volvería a crecer. Según algunos expertos en algunas ciudades entre el 10% y el 25% de la población murió.

La Gran Hambruna no fue sólo grande por el número de personas que murieron, el número de años que duró o la gran área geográfica a la que afectó. Sino también por las consecuencias que trajo consigo.

La primera en verse resentida fue la autoridad de la Iglesia Católica. En una sociedad como la medieval el último recurso para todo los males era la religión. Sin embargo esta vez no importaba la cantidad de oración o plegarias, nada aportaba el menor alivio. Esta crisis de autoridad pudo ser la que permitió el surgimiento de movimientos heréticos posteriores. La misma degradación sufrió la autoridad de gobiernos al haber sido igual de incapaces de solucionar la situación.

Otra consecuencia fue el incremento de los niveles de criminalidad, en una de por sí ya violenta sociedad (el ratio de violaciones y asesinatos en el siglo XIII eran más altos que los de los tiempos actuales).

Si bien la Peste Negra mataba más, muchos consideran que la Gran Hambruna fue mucho peor. Ya que la peste barría una zona en cuestión de meses, pero la gran hambruna duró años, eternizando el sufrimiento de la gente que se moría poco a poco de hambre mientras tenía que afrontar el canibalismo o el abandono y asesinato de niños.
 
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En t odo caso esta no es la unica causa para la desaparcion de grandes ejercitos permanentes , tambien se deben buscar causas politcas y observar como el podr se fragmento y paso de haber un estado centralizado y fuerte a un poder fragmentado , muy muy fragmentado sobre todo en la baja edad media donde la los "reinos" y "reyes" todavia estaban tomando forma y eran muchas veces poco mas que un cabecilla tribal que conseguia que los de zonas cercanas les apoyaran ...

Tambien claro esta el tema de la descomposicion social que se produjo al desaparecer el pdoer central de roma y la desaparicion en muchas zonas de las grandes zonas de cultivo latifundistas ... recordemos que durante la descomposicion del Imperio Romano y los primeros iglos de la Ead media ciudades enteras y pueblos furon abandonados y despoblados por diversas causas .
 
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En t odo caso esta no es la unica causa para la desaparcion de grandes ejercitos permanentes , tambien se deben buscar causas politcas y observar como el podr se fragmento y paso de haber un estado centralizado y fuerte a un poder fragmentado , muy muy fragmentado sobre todo en la baja edad media donde la los "reinos" y "reyes" todavia estaban tomando forma y eran muchas veces poco mas que un cabecilla tribal que conseguia que los de zonas cercanas les apoyaran ...

Creo que tiene que ser en parte una herencia de las tribus germánicas, sí...

Estaba viendo en tu link que los hijos de los nobles ingleses, llegados a los 21 años, tenían una esperanza de vida de 60... me gustaría conocer la del campesinado

A ver si alguien reconduce el hilo, que para esto de las divagaciones varias soy única :D
 
Creo que tiene que ser en parte una herencia de las tribus germánicas, sí...

Es lógico que no hubiera grandes ejercitos permanentes, primero como consecuencia de la aparición de los feudos y baronias hereditarios. Eso fue consecuencia de la costumbre de los primeros reyes de otorgar estas tierras en plan permanente, lo que al principio les iba muy bien teniendo en cuenta que estos reinos tenían una organizacion muy primitiva e ineficiente tanto en cuanto a burocracia como en logística.

A mas hay que sumar la perdida de derechos de los campesinos libres, la abolición de sus jefes y asambleas.
A los señores y la iglesia les interesaba mas una masa sometida, por ejemplo los campesinos francos y sajones en un principio se parecían mucho a los vikingos.

Eran campesinos pero en caso de guerra tenían armas y una tradicion guerrera, con el tiempo los señores les quitaron todos sus antiguos derechos como el de cazar en los bosques y los sometieron.
No eran un ejercito pero en los primeros tiempos de la alta edad media eran una fuerza muy valida.
Luego hay que sumar que los ejercitos medievales no peleaban casi nunca en invierno sino en primavera, cuenta también el descuido de los caminos , nadie sabia como organizar la logistica y los suministros como los romanos (excepto los bizantinos).

Y si la tradición germanica del rey el primero entre señores iguales y además los señores preferian tener buen grupo de jinetes juramentados vinculados a ellos personalmente, una tradición que venia de tiempos barbaros.

Suma la construccion de castillos por parte de los pequeños señores a raíz de las invasiones vikingas algo que anteriormente los reyes no toleraban pero que no tuvieron mas remedio que permitir.

En cuanto a la perdida de tecnicas agrícolas hay que recordar que el arado de doble vertedera se invento en tiempos de Roma pero no se exploto en condiciones hasta la alta edad media aumentando las cosechas, y la población pero claro a mas gente mas peligrosa es una mala cosecha y peor es la hambruna.

Por lo demás los grandes ejercitos profesionales fuera de la etapa imperial romana no eran la norma en ninguna parte si no mas bien la excepción.
 
Por lo demás los grandes ejercitos profesionales fuera de la etapa imperial romana no eran la norma en ninguna parte si no mas bien la excepción.

Muy interesante todo tu mensaje. Pero no deja de ser curioso que durante la Edad Moderna sí que fueron la norma, y el feudalismo aún no había terminado. Será una suma de todos los factores.

Me voy al sobre que no puedo más :D Maldita semana... el del tag se nota que no me siguió demasiado en mi anterior vida, por cierto. En fins... bonne nuit !!
 
Interesantísimo esto que he encontrado (en un foro de rol, curiosamente) sobre los ejércitos medievales. Largo pero merece la pena, y no me lo he terminado. Que los moderadores cambien el título del hilo, que ya se ha ido totalmente de progenitora :D

Crónicas Roleras - [MATERIAL PARA PARTIDAS] Los ejércitos en la Edad Media - .: Base de Datos para Masters y Jugadores


Los ejércitos en la Edad Media

(por Astaroth)


Este documento quiere ser una guía orientativa para cualquier juego de rol ambientado en la Edad Media. Está orientado sobre todo a las grandes batallas, así como los sitios.
¿A qué máster no le ha asaltado la duda acerca de si las cosas suceden así realmente, o las acciones que toma se las está inventando? Puede que consultando aquí consiga despejar alguna de sus dudas.


Los Ejércitos en la Edad Media


Los primeros ejércitos medievales fueron grupos de tribus guerreras cuyo origen se remonta a la antigüedad. De éstos surgieron los ejércitos feudales, formados por vasallos de un señor feudal con sus respectivos siervos. A los vasallos se les exigía cumplir cada año un período de servicio militar. Al principio, éste consistía en semanas o meses de servicio que el vasallo realizaba junto con soldados profesionales contratados por él mismo. Más tarde, los ejércitos de reyes y de nobles ricos incluyeron una proporción mayor de profesionales y de mercenarios. A finales del periodo, el vasallo enviaba dinero en lugar de servir personalmente en el ejército, y este "impuesto marcial" ayudaba a los reyes a mantener ejércitos durante todo el año.

Para los caballeros, servir en los ejércitos feudales era una cuestión de honor y de deber. Al tratarse de una sociedad guerrera, los caballeros vivían para el combate. El éxito en la batalla era el mejor camino para obtener riqueza y reconocimiento. Para los soldados profesionales, a menudo hijos de la aristocracia a los que les quedaba poco una vez que el primogénito empezó a heredarlo todo, luchar era una ocupación. También era un deber para los campesinos cuando se les requería aunque, desde luego, no una cuestión de honor.

Hacia los siglos XIV y XV, muchos plebeyos se unieron al ejército para ganar sumas que a menudo superaban ampliamente a las obtenidas con empleos más pacíficos. La perspectiva del botín era un fuerte aliciente para que un plebeyo se alistara. Los guerreros tribales eran fieles a sus jefes y luchaban junto a ellos siempre y cuando recibieran a cambio la manutención y algo de botín. Los ideales de las tribus guerreras pasaron a la época feudal. Los caballeros de bajo rango y los soldados de infantería esperaban ansiosamente la oportunidad de participar en el asalto a una rica ciudad o castillo porque, tradicionalmente, los bastiones que se resistían eran saqueados. Saqueando una ciudad, un soldado podía acumular una riqueza varias veces superior a su paga anual. Las batallas a caballo ofrecían también sus oportunidades. Podían venderse la armadura y las armas de los muertos, y obtenerse el pago de un rescate por los caballeros capturados.


La organización de los ejércitos

En comparación con los grandes ejércitos nacionales de épocas más modernas, la
organización de los ejércitos feudales era sencilla. Hasta finales de la Edad Media no hubo regimientos, divisiones o cuerpos permanentes. Cuando se convocaba a un ejército feudal, cada vasallo viajaba hasta el lugar de encuentro con los caballeros, arqueros e infantería que le habían solicitado. Una vez en el punto de encuentro, los contingentes eran reagrupados según su papel. Los caballeros y sus escuderos marchaban juntos, al igual que los arqueros y la infantería.
Las unidades especiales, como los ingenieros y la artillería de asedio, solían ser
profesionales contratados para la campaña. Por ejemplo, la artillería empleada por los turcos contra Constantinopla fue manejada por mercenarios cristianos.
A finales de la Edad Media, ser soldado mercenario era una profesión respetable. Los guerreros emprendedores formaban compañías de mercenarios que permitían a un señor rico o a una ciudad la contratación de tropas ya listas y formadas para combatir. Algunas de estas compañías estaban especializadas en un solo tipo de lucha. Por ejemplo, en el año 1346, 2000 ballesteros genoveses lucharon al servicio del ejército francés en la batalla de Crécy. Otras compañías de mercenarios aunaban contingentes de todas las clases. A menudo se les describía en términos del número de lanzas del que disponían.

Cada lanza equivalía a un caballero armado más las correspondientes tropas de
caballería, infantería y artillería. Una compañía de 100 lanzas representaba varios cientos de hombres armados. Este sistema dio origen al término "freelance".
En el ejército medieval, la jerarquía de mando era mínima. Pocas maniobras se
planeaban de antemano, por lo que había escasa provisión de personal para apoyar a los mandos y transmitir órdenes.
En 1439, Carlos VII de Francia creó las Compañías Reales de Ordenanza. Estas
compañías estaban formadas por caballeros o por soldados de infantería, y eran pagadas con el dinero de los impuestos. Cada compañía tenía una dotación establecida de hombres. Normalmente, era el propio rey quien escogía su armadura y las correspondientes armas. Esto fue el inicio de los modernos ejércitos permanentes de Occidente.


El suministro

Las provisiones de medicinas y alimento eran escasas. Los ejércitos medievales vivían directamente de las tierras que ocupaban o que atravesaban, en detrimento de sus pobladores. La llegada de un ejército aliado no era mejor que la de uno enemigo. Los ejércitos medievales no solían permanecer por demasiado tiempo en una misma zona, al agotarse pronto el suministro local de alimento y forraje. Esto suponía un problema especialmente en los asedios. Si el ejército sitiador no se organizaba para recibir comida y suministros durante el sitio, podía verse obligado a levantar la plaza para no morir de hambruna mucho antes de que los sitiados se vieran impelidos a la rendición.
La salubridad también era un problema cuando el ejército permanecía afincado en una misma zona. Un ejército medieval transportaba muchos animales además de las monturas de los caballeros, y los problemas de aguas residuales producían disentería.
Los ejércitos feudales tendían a acabar consumidos por la enfermedad y por las
deserciones. Durante su campaña en Francia, Enrique V de Inglaterra perdió en el asedio de Harfleur alrededor del 15 por ciento de su ejército debido a enfermedades, y las bajas aumentaron en su marcha hasta Aquisgrán. En la batalla en sí, sólo perdió el 5 por ciento de sus hombres. Enrique V murió de enfermedad en otro asedio a causa de las malas condiciones sanitarias.


El despliegue para la batalla

La mayoría de las batallas tenían una estructura fija en la que las dos facciones se
organizaban en el campo de batalla antes de empezar la lucha. Las campañas de
maniobras y los acuerdos para el encuentro eran poco frecuentes.
Antes de la batalla, los mandos dividían sus tropas en contingentes con tareas
específicas. La primera separación podía ser en infantería, arqueros y caballería. Estos grupos podían subdividirse en otros a los que se encomendaban misiones individuales o que debían permanecer en la reserva. Un comandante podía, por ejemplo, organizar varios "batallones" o "divisiones" de caballería para que cargasen individualmente si lo precisaba o tenerlos de reserva. Los arqueros podían desplegarse a la cabeza del ejército con el apoyo de bloques de infantería. Una vez organizado el ejército, las únicas decisiones importantes a tomar eran cuándo ordenar el ataque a las distintos divisiones.

Comenzada la batalla, había pocas previsiones para retirarse, reagruparse o
reorganizarse. Por ejemplo, un batallón de caballeros raramente podía usarse en más de una ocasión. Una vez utilizados en determinado cometido, normalmente se los retiraba o se los reforzaba. Una carga de toda la caballería pesada causaba tal confusión, pérdida de equipamiento y de caballerías, que las tropas se quedaba prácticamente sin fuerzas. En la batalla de Hastings, los caballeros normandos fueron reagrupados para nuevas cargas, pero no cargaron simultáneamente porque no fueron capaces de romper el muro de escudos sajones.
Los mandos superiores disponían del terreno para su ventaja y realizaban misiones de reconocimiento para evaluar los puntos débiles y fuertes de ejército enemigo.


El pago de los rescates

La recompensa última al triunfo en la batalla era la concesión de honores y de feudos. La más común consistía en el botín obtenido en el saqueo de los cuerpos, las ciudades y castillos, con la venta de armas y armaduras de los muertos, y mediante el cobro del rescate de prisioneros de rango. Se esperaba que los caballeros pagaran un rescate a cambio de su vida. Uno de los rescates más importantes de los que haya quedado constancia fue el de la suma equivalente a más de 20 millones de dólares modernos pagada a un príncipe alemán a cambio de la libertad de Ricardo I de Inglaterra, capturado durante su regreso de las Cruzadas.

En Aquisgrán, los ingleses tenían presos en la retaguardia a un nutrido grupo de
caballeros franceses con el fin de pedir su rescate. Durante la batalla, un contingente francés asaltó la retaguardia inglesa provocando brevemente el pánico de Enrique V. Este ordenó la ejecución de los prisioneros para así evitar su liberación, perdiendo de ese modo una fortuna en rescates.
La captura de los caballeros era registrada por los heraldos, que apuntaban qué soldados eran responsables de su captura y por lo tanto debían recibir el rescate. Luego lo notificaban a los familiares de los prisioneros, disponiendo el pago del rescate y finalmente su liberación.
La popularidad que cobraron los rescates puede parecer una costumbre muy civilizada, pero encubre el aspecto más siniestro de la historia. Los prisioneros de bajo rango podían ser directamente asesinados para evitar las molestias derivadas de su vigilancia y alimentación.


La estrategia militar

La estrategia militar medieval se centraba en el control de las fuentes de riqueza y, en consecuencia, en su capacidad para la ocupación de tierras. Al principio del periodo, esto equivalía básicamente a destruir o defender los campos, ya que toda la riqueza tenía origen en las tierras de labranza y en los pastos. Con el paso de los años, las ciudades se convirtieron en importantes puntos de control como centros de riqueza derivados del comercio y la manufactura.
Conquistar y mantener el control de los castillos era parte esencial de las guerras, ya que éstos defendían las tierras de labranza y pasto. Los ocupantes del castillo controlaban a la población de los alrededores. A medida que iban creciendo, las ciudades también se fortificaron. La defensa y la conquista de ciudades fue adquiriendo gradualmente mayor importancia que el control de los castillos.

Los ejércitos de tierra maniobraban para conquistar las fortificaciones clave y devastar los campos, o para evitar que el enemigo llevara a cabo esas mismas acciones. Las batallas campales se producían para poner fin a la destrucción provocada por las invasiones enemigas. Por ejemplo, los anglosajones se batieron en Hastings, en el año 1066, para poner fin a una oleada turística de los normandos. Los anglosajones fueron derrotados y los normandos, bajo Guillermo el Conquistador, pasaron los siguientes años estableciendo su control sobre Inglaterra mediante una campaña de conquistas. La batalla de Lechfield, librada en el 955, enfrentó a los germanos y a invasores magiares provenientes del Este.
La victoria decisiva de los germanos, bajo el mandato de Otón I, puso fin a posteriores invasiones de los magiares. La derrota de los jovenlandeses en el 732 por parte de Carlos Martel acabó con las invasiones fiel a la religión del amoras y con su expansión fuera de España.

Las batallas de Crécy, Poitiers y Aquisgrán, libradas durante la Guerra de los Cien Años entre Francia e Inglaterra, fueron tres intentos por parte de los franceses de frenar las incursiones inglesas. Los franceses fueron derrotados en las tres batallas, por lo que las invasiones inglesas siguieron su curso. En este caso, sin embargo, los ingleses no lograron un control permanente de los territorios y, con el tiempo, los franceses acabaron por ganar la guerra.
Las Cruzadas fueron intentos de conquistar y controlar puntos estratégicos en Tierra Santa que permitiesen obtener el control de la zona. Las batallas en las Cruzadas tenían lugar para acabar con el control de uno de los bandos. La victoria de los Sarracenos bajo Saladino, en la batalla de Hattin en 1187, permitió a éstos la reconquista de Jerusalén.


Las tácticas militares

Las batallas medievales fueron evolucionando desde desordenados enfrentamientos entre bandas armadas a batallas en las que se usaban tácticas y maniobras. Parte de esta evolución se debió al desarrollo de distintos tipos de soldados y armas, y al aprendizaje de su manejo. Los primeros ejércitos de la Alta Edad Media consistían en grupos de infantería. Al desarrollarse la caballería pesada, los mejores ejércitos pasaron a ser hordas de caballeros. Los soldados de infantería quedaron destinados a devastar las tierras de labranza y a realizar el trabajo pesado durante los asedios. Sin embargo, en el campo de batalla este tipo de soldado corría riesgos respecto a ambos bandos, al buscar los caballeros el enfrentamiento con sus enemigos en combates individuales. Esto era así principalmente a principios del periodo, cuando la infantería se constituía de siervos y de campesinos sin preparación. Los arqueros eran también útiles en los asedios, pero corrían igualmente el riesgo de ser arrollados en el campo de batalla.

A finales del siglo XV, los comandantes estaban haciendo progresos en disciplinar a sus caballeros y en lograr que sus tropas funcionasen en equipo. En el ejército inglés, los caballeros acabaron otorgando a regañadientes su respeto a los arqueros después de que éstos demostraran su valor en numerosos campos de batalla. La disciplina también mejoró al haber más caballeros que luchaban por dinero y menos que lo hicieran por el honor y la gloria. En Italia, los soldados mercenarios adquirieron fama por largas campañas en las que apenas se derramó sangre. Para entonces, los soldados de todos los rangos eran activos de valor que no debían desaprovecharse a la ligera. Los ejércitos feudales en busca de gloria se convirtieron en ejércitos profesionales más interesados en seguir viviendo para disfrutar la paga.


Las tácticas de la caballería

La caballería normalmente se organizaba en tres grupos, o divisiones, que eran lanzadas al combate una detrás de otra. La primera oleada debía abrirse paso entre el ejército enemigo o desbaratar sus filas para que la segunda o la tercera pudiesen hacerlo. Una vez que el enemigo se ponía a correr, comenzaban la matanza y la captura propiamente dichas.
En la práctica, los caballeros actuaban individualmente en detrimento de lo planeado por el comandante. El honor y la gloria eran los principales intereses de los caballeros, por lo que maniobraban para obtener posiciones de primera fila en la primera división. La victoria del ejército en el campo de batalla era un objetivo secundario al de su propia gloria. Batalla tras batalla, los caballeros cargaban tan pronto como veían al enemigo, desbaratando todo plan previsto.
En ocasiones, los comandantes desmontaban a sus caballeros para poder controlarlos mejor. Esta opción era bien acogida por las tropas menores, cuyas esperanzas en las luchas de embestida eran realmente pocas, por lo que aumentaba el vigor en el combate y la jovenlandesal del soldado común. En este caso los caballeros, junto con soldados de infantería, luchaban tras estacas u otras construcciones defensivas que se diseñaban para minimizar el impacto de las cargas de la caballería.

Un ejemplo de conducta indisciplinada por parte de los caballeros fue la batalla de Crécy en 1346. El ejército francés superaba en mucho en número al inglés (40.000 contra 10.000), y tenía una cantidad mucho mayor de caballeros. Los ingleses se dividieron en tres grupos de arqueros protegidos por estacas. Entre los tres grupos había dos de caballeros desmontados. Un tercer grupo de caballeros sin montura permanecía en la reserva. El rey francés envió a los ballesteros mercenarios genoveses a contener al ejército enemigo mientras él trataba de organizar en tres grupos a sus propios caballeros. Sin embargo, las ballestas estaban mojadas y resultaron ineficaces. Por su parte, los caballeros franceses ignoraron los esfuerzos de su rey nada más divisar al enemigo, prorrumpiendo en frenéticos gritos de "¡Mueran! ¡Mueran! ¡Mueran!". Impacientándose con los ballesteros genoveses, el rey francés mandó cargar a sus caballeros, que arrollaron a su paso a los genoveses. Aunque la lucha se prolongó durante todo el día, los caballeros y arqueros ingleses, cuyas cuerdas de los arcos permanecían secas, derrotaron a la caballería francesa por la indisciplina con que combatió.

A finales de la Edad Media, el valor de la caballería pesada en el campo de batalla había descendido al nivel de los tiradores y la infantería. Para entonces, ya se había aprendido la inutilidad de cargar contra una infantería bien disciplinada y situada. Las reglas habían cambiado. Las estacas, trampas para caballos, y trincheras se empleaban con asiduidad para protegerse de las cargas de caballería. Las cargas contra filas masivas de piqueros y arqueros/artilleros dejaban como único resultado una pila de caballos y hombres destrozados. Los caballeros se vieron obligados a luchar a pie o a esperar una oportunidad propicia para cargar. Las cargas devastadoras eran aún posibles, pero sólo cuando el enemigo estaba en desbandada, desorganizado o fuera de sus temporales
construcciones defensivas.


Las tácticas de la artillería

Durante la mayor parte de la Edad Media, las tropas de artillería estaban integradas por arqueros que manejaban alguno de los distintos tipos de arco. Al principio era el arco corto, después la ballesta y finalmente el arco largo. Los arqueros tenían la ventaja de poder dar de baja de la suscripción de la vida y herir a enemigos a distancia sin participar en el combate cuerpo a cuerpo. El valor de este tipo de tropas era bien conocido en la antigüedad, pero las lecciones aprendidas se olvidaron temporalmente durante la Alta Edad Media. Los caballeros guerreros que tenían la tierra bajo su control detentaban el rango más alto, y su código exigía el combate cuerpo a cuerpo contra un enemigo importante. dar de baja de la suscripción de la vida a distancia con flechas era un deshonor para los caballeros, por lo que las clases dominantes se ocuparon poco de desarrollar este arma y de utilizarla eficazmente.
Sin embargo, con el tiempo se fue poniendo de manifiesto que los arqueros eran útiles y eficaces tanto para los asedios como para las batallas. Más y más ejércitos, aunque fuera a regañadientes, les hicieron sitio. La victoria decisiva de Guillermo I en Hastings en el año 1066 pudo deberse a sus arqueros, aunque los caballeros, como era tradición, se llevaron la mayor parte del crédito. Los anglosajones ocupaban una ladera, y estaban tan apiñados tras su barrera de escudos, que los caballeros normandos tenían grandes problemas para penetrarla. La lucha transcurrió durante todo el día. Finalmente los anglosajones se aventuraron a dejar su barrera de escudos, en parte para dar alcance a los arqueros normandos. Una vez fuera, los anglosajones abatidos con facilidad.

Durante un tiempo, pareció que los normandos iban a perder, pero muchos piensan que los arqueros normandos estaban ganando la batalla. Un flechazo afortunado hirió de fin a Harold, el rey anglosajón y, a partir de ese momento, la batalla concluyó rápidamente. Los arqueros de infantería combatían en formaciones masivas de cientos e incluso miles de hombres. Dentro de un radio de acción de cien yardas, tanto los disparos con arco como los de las ballestas podían penetrar las armaduras. A esa distancia, los arqueros disparaban a objetivos individuales. Las consecuencias para el enemigo eran devastadoras, especialmente si no podían responder al ataque. En una situación ideal, los arqueros desbarataban la formación enemiga disparando durante algún tiempo. El
enemigo podía estar a salvo de la caballería tras las estacas, pero no podía parar todas las flechas o saetas que le disparaban. Si el enemigo abandonaba sus defensas y cargaba contra los arqueros, la caballería pesada entraba en acción, a poder ser a tiempo de salvar a los arqueros. Si la formación enemiga no se movía de su sitio, podía acabar debilitándose hasta el punto de que la caballería pudiese cargar con eficacia.

A los arqueros se les animaba y subvencionaba activamente en Inglaterra ya que los ingleses, al librar batallas en el continente, estaban en desventaja en cuanto a número. Cuando los ingleses aprendieron a usar los grandes contingentes de arqueros, empezaron a ganar batallas a pesar de su inferioridad numérica. Los ingleses desarrollaron la táctica del aluvión de flechas aprovechando el arco de largo alcance. En lugar de disparar sobre objetivos individuales, lo hacían sobre el área ocupada por el enemigo. Disparando hasta seis flechas por minuto, tres mil arqueros podían arrojar 18.000 flechas contra una formación enemiga. Los efectos de tamaño aluvión en los hombres y caballos eran devastadores. Los caballeros franceses que luchaban en la guerra de los Cien Años, hablaban de que el cielo se teñía de neցro y del ruido de los proyectiles en su trayectoria.
Los ballesteros adquirieron importancia en los ejércitos del continente, sobre todo en las milicias y ejércitos profesionales mantenidos por ciudades. Con un mínimo de entrenamiento, un ballestero se convertía un soldado eficaz.

En el siglo XIV, las primeras pistolas primitivas hacían su aparición en el campo de
batalla. Cuando funcionaban, eran incluso más poderosas que los arcos.
El problema de emplear arqueros era protegerlos mientras disparaban. Para ser eficaces, tenían que estar relativamente cerca del frente enemigo. Los arqueros ingleses transportaban estacas que clavaban con mazos en el campo de batalla frente al objetivo de sus proyectiles. Estas estacas les prestaban cierta protección frente a la caballería enemiga. Ellos confiaban en el poder de su arsenal para rechazar a los arqueros enemigos. Si eran atacados por la infantería enemiga, se hallaban sin embargo en desventaja. Los arqueros llevaban un gran escudo apaisado al campo de batalla. Este escudo llevaba soportes y podía instalarse en forma de barrera tras la que parapetarse y poder disparar.
A finales del periodo, ballesteros y piqueros luchaban en equipo en formaciones
combinadas. Los piqueros mantenían a raya a las tropas enemigas que luchaban cuerpo a cuerpo, mientras que los artilleros disparaban contra la formación enemiga. Estas formaciones mixtas aprendieron a moverse y de hecho a atacar. La caballería enemiga tenía que retirarse ante una fuerza combinada de piqueros y de ballesteros/pistoleros. Si el enemigo no podía responder con sus propias picas y proyectiles, probablemente tenía la batalla perdida.


Las tácticas de la infantería

En la Edad Media, la táctica de los soldados de infantería consistía sencillamente en acercarse al enemigo y descargar hachazos. Los francos arrojaban sus hachas justo antes de lanzarse sobre el enemigo. Los guerreros contaban con la fuerza y la ferocidad para vencer. El ascenso de los caballeros colocó temporalmente a la infantería en un segundo plano, principalmente porque no existía una infantería bien disciplinada e instruida. En los primeros ejércitos medievales, los soldados que luchaban de infantería eran campesinos mal armados e instruidos en su mayor parte.
Los sajones y los vikingos desarrollaron una postura defensiva llamada el muro de
escudos. Los hombres se colocaban de forma contigua y juntaban sus largos escudos para así formar una barrera. Esto servía para protegerlos de los arqueros y de la caballería, de los cuales carecía su ejército.
La infantería experimentó un resurgimiento en aquellas áreas que carecían de
condiciones para formar tropas de caballería pesada, por ejemplo en los países de relieve accidentado como Suiza y Escocia, y en las ciudades en pendiente. Debido a la necesidad, estas dos partes encontraron formas de organizar ejércitos eficaces que incluían muy poca o ninguna caballería. Ambos grupos descubrieron que los caballos no cargarían contra una barrera de estacas afiladas o de puntiagudas lanzas. Una formación disciplinada de lanceros podía detener a la elite de la caballería pesada de los nobles y
naciones de mayor poder, y todo ello por una mínima parte del coste que suponía una fuerza de caballería pesada.

Una formación schiltron era un círculo de lanceros que los escoceses comenzaron a emplear durante las guerras de independencia que se produjeron hacia finales del siglo XIII (las que se recreaban en la película “Braveheart”). Ellos descubrieron que el schiltron era una formación defensiva eficaz. Robert Bruce sólo presentaba batalla a los caballeros ingleses en terreno pantanoso, lo que dificultaba notablemente la carga de la caballería pesada.
Los suizos adquirieron renombre en la lucha de picas. Básicamente revivieron la falange griega y llegaron a adquirir una gran pericia en el combate con largas armas de palo. Lo que hacían era formar un escuadrón de piqueros. Las cuatro filas exteriores sujetaban las picas a una altura similar, apuntando algo hacia abajo. Esto creaba una barrera eficaz contra la caballería. Las filas de la retaguardia usaban armas de palo acuchillado para hacer frente a los enemigos que se acercaban a la formación. Los suizos estaban entrenados hasta tal punto que eran capaces moverse en formación con relativa rapidez.
Ellos convirtieron una formación defensiva en una fuerza de ataque de igual eficacia. La respuesta frente a los compactos grupos de piqueros era la artillería, que rompía las filas de estas densas formaciones. Los españoles parecen haber sido los primeros en lograrlo de forma eficaz. Los españoles combatían también con pericia a los piqueros mediante espadachines con escudos. Se trataba de hombres ligeramente armados que podían penetrar entre las picas y luchar eficazmente con sus cortas armas. Su defensa era un pequeño y manejable escudo. Al final de la Edad Media, los españoles fueron también los primeros en experimentar combinando, en una misma formación, a piqueros, espadachines y pistoleros. El resultado fue una eficaz formación capaz de enfrentarse a las distintas armas en varios terrenos, tanto en la defensa como en el ataque. A finales del periodo medieval, los españoles eran la fuerza militar más eficaz de Europa.


Castillos

Las fortificaciones y los trabajos de preparación del terreno se habían empleado para la defensa desde la Edad de Piedra. Sin embargo, los verdaderos castillos no aparecieron en Europa hasta el siglo IX, por una parte como respuesta a los asaltos de los vikingos y por otra como manifestación de la descentralización del poder político feudal. Desde el siglo IX hasta el XV se construyeron por toda Europa miles de castillos. Un censo realizado en Francia en 1905 contabilizó, sólo en ese país, más de 10.000 restos de castillos.
Durante el período feudal los nobles del lugar proporcionaron la ley y el orden, además de protección contra asaltantes, como los vikingos. Los castillos eran construidos por los nobles para dar protección o para proporcionar una base segura desde la que pudieran operar las fuerzas militares del lugar. El evidente valor defensivo de un castillo oscurece el hecho de que principalmente era un instrumento ofensivo. Funcionaba como base de operaciones para soldados profesionales, sobre todo de la caballería, que controlaba el campo circundante. En una época en la que por diversas razones la autoridad centralizada de los reyes era débil, una red de castillos y las fuerzas militares a las que brindaban apoyo proporcionaban una relativa estabilidad política.


Defensas de los castillos

El principio básico de la defensa de los castillos era elevar al máximo el peligro y el ángulo de exposición de los atacantes, reduciendo los de los defensores. Un castillo bien diseñado podía ser defendido eficazmente por una fuerza reducida y resistir durante un largo período. Una defensa resistente permitía mantenerse a los defensores, si contaban con un buen suministro de provisiones, hasta que una fuerza de auxilio expulsara a los sitiadores o hasta que los atacantes se vieran forzados a replegarse por falta de suministros, bajas o enfermedades.


Torre del homenaje

La torre del homenaje era un pequeño castillo situado a menudo dentro del grande. Era un edificio fortificado que a menudo servía como residencia para el señor del castillo. Si los muros exteriores caían, los defensores podían retirarse a la torre del homenaje para la defensa final. En el caso de muchos castillos, el complejo empezaba con la torre del homenaje, que era la fortificación original. Con el tiempo, el complejo se ampliaba para incluir una muralla exterior y torres, que servían de primera línea de defensa de la torre del homenaje.


Murallas

Las murallas de piedra estaban hechas a prueba de fuego y protegidas contra las flechas y otros proyectiles. Un enemigo no podía trepar por las paredes verticales sin el equipo apropiado, como escaleras o torres de asalto. Los defensores ubicados encima de las murallas podían derribarlos o arrojarles objetos. Los atacantes estaban totalmente al descubierto y debían disparar hacia arriba, lo que era una gran desventaja respecto de los defensores, que estaban muy protegidos y disparaban hacia abajo. La fortaleza y el valor de protección ofrecido por las murallas de los castillos se aumentaba, cuando era posible, construyéndolas sobre riscos u otras elevaciones. Las puertas y ventanas en las murallas eran mínimas y muy protegidas.


Torres

En las esquinas, y quizá a intervalos a lo largo de una gran muralla, las torres se ubicaban como puntos fuertes. Los torres se extendían más allá del plano vertical de la superficie de la muralla, permitiendo disparar a los defensores desde ellas. Desde una esquina de la torre, los defensores podían disparar a lo largo de dos diferentes superficies de la muralla. Una puerta podía protegerse situando una torre a cada lado. Algunos castillos empezaron como simples torres y acabaron convirtiéndose en un complejo mucho más grande formado por las murallas, una torre del homenaje interior y las torres adicionales.


Almenas

A menudo se mejoraban las murallas y las torres para que proporcionaran mayor
protección a los defensores. Una plataforma situada tras la parte superior de la muralla permitía a los defensores luchar y mantenerse en pie. Se construían rendijas en la muralla superior para que los defensores pudieran disparar o luchar, quedando parcialmente cubiertos. Estas rendijas podían tener postigos de madera para dar más protección. En las murallas superiores se ponían rendijas para disparar, llamadas troneras, desde las que los arqueros podían tirar mientras estaban casi totalmente protegidos. Durante un asalto, se extendían hacia fuera plataformas cubiertas de madera desde la parte superior de las murallas o desde las torres. Éstas permitían a los defensores abatir directamente a los enemigos que estaban bajo las murallas, o arrojar sobre ellos piedras o líquidos hirviendo, mientras estaban protegidos. En la parte superior de las plataformas colocaban pieles humedecidas para que los atacantes no las pudieran incendiar. Las
versiones de piedra (llamadas merlones) de las plataformas de madera se podían
construir sobre puertas u otros puntos clave.


Fosos, zanjas y puentes levadizos

Para acentuar la ventaja proporcionada por la altura de las murallas, se podía excavar en la base una zanja alrededor de todo el castillo. Donde era posible, esta zanja se llenaba de agua para crear un foso. Tanto las zanjas como los fosos dificultaban los asaltos directos contra las murallas. Los hombres con armaduras se arriesgaban a ahogarse si caían al agua, aun cuando fueran relativamente poco profundas. Los fosos impedían que se socavaran las murallas del castillo, debido al riesgo de que las excavaciones se hundieran durante la construcción y sepultaran a los excavadores. En algunos casos, los atacantes tenían que vaciar el foso antes de iniciar un asalto. Después rellenaban la zanja en varios sitios, para poder levantar junto a las murallas las torres de asalto y las
escaleras. Los puentes levadizos ubicados a lo largo de un foso o de una zanja permitían a los ocupantes del castillo entrar y salir cuando fuera necesario. Cuando había peligro, se elevaba el puente levadizo restableciendo la zanja y cerrando las murallas. Los puentes se elevaban mediante un mecanismo que estaba dentro del castillo, protegido de los atacantes.


Rejilla

Era una verja fuerte que se deslizaba hasta el suelo de la puerta del castillo, para
bloquear la entrada. La puerta de un castillo estaba dentro de la torre de entrada. El túnel estaba bloqueado por una o más rejillas, en el centro o en sus extremos. El mecanismo que levantaba la rejilla estaba en la parte superior de la torre de entrada, fuertemente custodiado. La rejilla era una verja de madera resistente o de hierro. Tanto los defensores como los atacantes podían disparar o clavar sus armas a través de la rejilla.


Barbacana

Un castillo poderoso tenía una puerta interior y otra exterior. Entre los dos había un área abierta, llamada barbacana. Ésta estaba rodeada por murallas y diseñada para que se convirtiera en una trampa para cualquier atacante que traspasara la puerta exterior. Una vez dentro de la barbacana, los atacantes sólo podían regresar por la puerta exterior o luchar para abrirse paso por la interior. Mientras tanto, eran objetivos al descubierto para las flechas y otros proyectiles.
Defensores Un número relativamente pequeño de hombres podía proteger un castillo en tiempos de paz. Por la noche se levantaba el puente levadizo y se bajaban las rejillas, cerrando la puerta de forma eficaz. Bajo la amenaza de un asalto, se necesitaba una fuerza mucho mayor para defender el castillo.
Se necesitaban arqueros y ballesteros hábiles, para disparar desde las murallas y las torres a los atacantes cuando realizaban el asalto o cuando lo preparaban, intentando vaciar de agua el foso o llenar la zanja. Cada baja en los atacantes minaba su jovenlandesal y capacidad de lucha. Un número importante de bajas podía detener el ataque. Si los atacantes conseguían acercarse para entablar la lucha cuerpo a cuerpo, se precisaba un importante contingente de espadachines para rechazar el ataque. Se necesitaban hombres que arrojaran piedras o derramaran líquido hirviendo desde las plataformas. También se necesitaban hombres para reparar las secciones dañadas de las murallas o para apagar los fuegos iniciados por los proyectiles. Una defensa agresiva buscaba oportunidades para salir del castillo y atacar al ejército asaltante. Una incursión rápida que quemara una torre de asalto o un lanzapiedras en construcción retrasaba el asalto y bajaba la jovenlandesal de los atacantes.
En épocas de emergencia, se alistaba a los campesinos del lugar para ayudar en la defensa. Aunque no estaban instruidos como soldados y no dominaban el manejo del arco o la espada, podían ayudar en muchas otras tareas.


Ocupación de los castillos

La ocupación o la defensa de los castillos era una práctica militar habitual a finales de la Edad Media, debido a la proliferación de los castillos y de las ciudades fortificadas y a su importancia estratégica. Aunque una pequeña fuerza podía defender un castillo, hacía falta un importante contingente para ocuparlo. El atacante tenía que tener un ejército lo suficientemente grande como para poder controlar el campo que rodeaba el castillo, rechazar a cualquier tropa de auxilio y asaltar directamente la fortaleza, o al menos mantener un cerco estrecho. Esto era muy costoso.

Al acercarse un ejército al castillo, los lugareños normalmente se refugiaban en el interior llevando con ellos cualquier objeto de valor, sobre todo comida y armas. Sin embargo, si se esperaba que el asedio fuera muy largo, se podía rehusar la entrada a los campesinos que no pudieran luchar para así conservar los alimentos. Hay muchos ejemplos registrados de personas que fueron expulsadas de ciudades asediadas para preservar la comida. Cuando el rey inglés Enrique VIII asedió la ciudad de Rouen, los defensores expulsaron a los débiles y a los pobres para conservar la comida. Los ingleses impidieron el paso por sus líneas de estos desafortunados. Viejos, mujeres y niños se apiñaron entre la ciudad y el ejército inglés durante meses escarbando en busca de sobras y muriendo
de inanición hasta que se negoció la rendición.

Al llegar un ejército, se podía negociar inmediatamente la posibilidad de rendición y los términos de ésta, sobre todo si había pocos hombres en el castillo o en la ciudad. En caso de que las negociaciones fracasaran, los atacantes sopesaban cuidadosamente la posibilidad de asaltar la fortaleza. Si se repelía un asalto rápido o se consideraba demasiado arriesgado, los atacantes impedían la salida del castillo y comenzaban el asedio. Una vez que la artillería del asedio había disparado a la ciudad se consideraba que el asedio había comenzado oficialmente. En la mayoría de los casos, retirarse sin un buen motivo era inaceptable y estaba considerado como un deshonor.
Un asedio largo era algo parecido a un evento social. El asedio de Neussn en el siglo XV, sólo duró unos meses, pero los atacantes construyeron un largo campo que incluía tabernas y pistas de tenis. Los nobles que tomaban parte en un asedio se acomodaban y, a menudo traían con ellos a sus esposas y familias. Los mercaderes y los artesanos de los pueblos vecinos acudían con rapidez para instalar tiendas y ofrecer sus servicios.


Formalidades del asedio

La realidad de la guerra durante este período era que los castillos y las ciudades casi nunca eran capturados realmente al asalto. Los asaltos, normalmente, eran un acto de desesperación, estaban facilitados por actos de traición o se hacían amparados en el sigilo. Un asalto costaba demasiadas vidas a menos que la plaza asediada contara con muy pocas fuerzas. Era mucho más frecuente orquestar un asedio según las leyes predominantes de la guerra y del honor, y ocupar el castillo con relativamente pocas bajas. Para los defensores sería una traición rendirse sin lucha, por lo que el asedio se mantenía y se destrozaban las murallas del castillo. Si el señor del castillo no estaba dentro, su segundo al mando, llamado castellano o alguacil, podía rendir al castillo con honor después de muchos días si no había aparecido una fuerza de auxilio. Los castellanos a menudo solicitaban un contrato que especificara claramente cuales eran sus obligaciones y bajo que circunstancias no serían penalizados por rendirse.

En los raros casos en los que la posibilidad de rendición no existía o era rechazada, la política aceptada era que tras un asalto victorioso había poco lugar para la compasión. Los soldados corrientes e incluso los civiles presentes en el interior podían ser masacrados y el castillo o la ciudad podían ser saqueados. A los caballeros capturados normalmente se les mantenía con vida y se les retenía para conseguir el rescate. Todos los atacantes recibían una parte del botín. La aplicación práctica de esta política era otro aliciente para que los defensores negociaran la rendición tras un período razonable de asedio. El rey Enrique V de Inglaterra tomó la ciudad de Caen en 1417 tras un largo asedio. Después permitió a su ejército saquear la ciudad de un extremo a otro en respuesta a la obstinada resistencia de los defensores. Todos los hombres de la ciudad que no eran sacerdotes fueron asesinados. En su siguiente parada, el castillo de Bonneville, los defensores aceptaron la rendición y entregarles las llaves tras siete días
sin recibir ayuda, aunque ambas partes sabían que no había perspectiva de ninguna tropa de auxilio.

El Krak de Chevaliers era el más famoso de los castillos de los cruzados en Oriente Medio y todavía se levanta imponente en la moderna Siria. Durante la era de las Cruzadas fue defendido por los caballeros Hospitalarios y resistió más de una docena de asaltos y ataques durante cerca de 130 años, hasta que finalmente cayó en manos de los egipcios en 1271. La historia de su captura fue inusual, pero típica, en el sentido de que sus defensores no lucharon hasta morir.
Los árabes desestimaron un ataque contra la puerta principal del Krak des Chevaliers porque al penetrar allí llegaban hasta una serie de pasadizos mortalmente estrechos y hasta una segunda puerta, que era incluso más poderosa. En su lugar atacaron la muralla sur socavando la gran torre en la esquina sudoeste. Esto les permitió entrar más allá del muro exterior. Sin embargo, antes de atacar la torre del homenaje central, que era incluso
más poderosa, intentaron una estratagema. Enviaron una paloma mensajera al castillo con un mensaje del jefe supremo de los Hospitalarios ordenando la rendición de la plaza. Inferiores en número y sin esperanzas de recibir ayuda, los defensores aceptaron la orden del mensaje, aunque sabían que era falso, y rindieron el gran castillo con honor.


Excavaciones

El principal problema para ocupar un castillo o una ciudad fortificada era el superar las murallas que impedían la entrada y protegían a los defensores. Una solución a este problema el socavar una parte de la muralla, para derrumbarla. Esto sólo era posible antes de que los castillos tuvieran fosos, o antes de que el foso estuviera vacío de agua. Era imposible excavar cuando la muralla estaba construida en piedra sólida. Los excavadores primero abrían un túnel hasta la muralla y después continuaban hasta llegar a sus cimientos. El túnel se sostenía mediante apoyos de madera que gradualmente iban soportando la carga de la muralla que había sobre la tierra que estaba siendo excavada. En un momento convenido de antemano, se prendía fuego a las maderas del túnel. Al arder las maderas desaparecía gradualmente la sujeción de la estructura de la muralla y, si todo salía como había sido planeado, una parte de la muralla se venía abajo. El muro hundido creaba una entrada para un asalto directo de los soldados al castillo.
Las excavaciones eran laboriosas y llevaban mucho tiempo. Los defensores que se daban cuenta de la excavación del túnel reforzaban el muro amenazado con un muro auxiliar para que el derrumbamiento no abriera totalmente las defensas. Los defensores también sabían hacer contraexcavaciones, excavando sus propios túneles debajo de las murallas, para intentar interceptar el túnel del enemigo. Cuando se encontraban los dos túneles se producían verdaderas batallas bajo tierra.


El asedio

El ejército atacante instalaba posiciones alrededor del castillo para evitar fugas o misiones de combate de los soldados asediados. Los atacantes tomaban las granjas y villas cercanas. Se creaban patrullas para informar del acercamiento de cualquier ejército de auxilio y para buscar comida. Los jefes atacantes examinaban la situación y decidían si simplemente sometían a asedio el castillo o si se preparaban activamente para atacarlo.
Si simplemente iban a dejar que los habitantes del castillo pasaran hambre hasta llegar a la rendición, los atacantes se concentraban en mantener a los defensores encerrados y en evitar que cualquier fuerza de auxilio obligara a levantar el asedio. La elección de la mejor forma de atacar un castillo podría incluir cualquiera de las siguientes opciones:

- Excavar una parte de la muralla.

- Seleccionar una división de la muralla para abrir brecha mediante el lanzamiento
de piedras (o con cañones, aunque éstos no fueron eficaces hasta el año 1450,
cerca del final de este período).

- Seleccionar una parte de la zanja (y del foso, en caso de que lo hubiera) para
rellenarla.

- Construir torres de asalto y escaleras para subir por las murallas.

- Seleccionar una puerta u otra parte para destrozarla con un ariete.

La velocidad de trabajo en los preparativos del asalto era proporcional a la urgencia que había en tomar el castillo, las perspectivas de rendición y los hombres disponibles. Si los atacantes tenían grandes suministros de comida, no se esperaban auxilios, y los defensores parecían dispuestos a rendirse una vez que su honor estuviera a salvo, entonces los trabajos para preparar el asalto eran poco más que un espectáculo. Si los suministros del atacante eran escasos, la llegada de auxilio era inminente y los defensores eran obstinados, entonces los preparativos podían llevarse a cabo día y noche.
Cuando se terminaban los preparativos, se les daba a los defensores una última
oportunidad de rendirse antes de que comenzara el asalto.


El equipo del asedio

El equipo del asedio se usaba para superar las murallas y otras defensas del castillo, para que la fuerza superior del ejército atacante pudiera enfrentarse a los defensores con una desventaja mínima. La mayor parte del equipo estaba diseñado para tirar abajo las murallas o abrir una brecha. A demás de la escalera simple para subir, el equipo de asedio usado más frecuentemente durante la Edad Media incluía el lanzapiedras, la catapulta de trayectoria plana, la torre de asedio, el ariete, y el pavise.

Una vez que se había abierto una brecha o que se había colocado una torre de asedio, una fuerza voluntaria de soldados encabezaba el asalto. A esta fuerza se le acabó dando el nombre de la "vana esperanza", por las bajas que se esperaba que tuvieran. Pero los componentes de esta fuerza que sobrevivían, en la victoria eran generalmente los más recompensados con ascensos, títulos y botines.

El lanzapiedras era una gran catapulta potenciada por un contrapeso pesado,
normalmente una gran caja de rocas. Se ponía el brazo largo de lanzar debajo, contra la masa del contrapeso y se cargaba una piedra de gran tamaño. Cuando se liberaba el brazo el fuerte peso caía, levantando el brazo de lanzamiento y disparando el proyectil de piedra de gran tamaño en una trayectoria elevada arqueada. Los proyectiles arrojados por este arma caían hacia abajo y su uso estaba sobre todo indicado para destruir la parte superior de las torres y las almenas. Era difícil dañar muros totalmente verticales con el lanzapiedras, a menos que los proyectiles cayeran justo en la parte superior del muro. Se
montaba fuera del radio del alcance de los arcos y se le defendía de una posible misión de los defensores para quemar el arma. La catapulta era útil para destrozar tejados de madera y a continuación prender fuego a los escombros con proyectiles incendiarios.

La catapulta de trayectoria plana era un tipo distinto de catapulta que estaba potenciado por cuerdas o tiras de piel enrolladas. Un trinquete enrollaba a las cuerdas, tensándolas. Al aflojarse, las cuerdas giraban tirando del brazo lanzador hacia delante. Cuando el brazo golpeaba una barra pesada que estuviera en estado de contención, se disparaba cualquier proyectil que estuviera en el canasto al final del brazo. La barra de contención se podía ajustar para cambiar la trayectoria del proyectil. Estas catapultas tenían una trayectoria recta, a diferencia de la de trayectoria plana, pero podían causar el mismo daño. Solían hacer falta muchos disparos para causar un daño apreciable en una muralla.

Sin embargo, los proyectiles disparados y los fragmentos rotos de la muralla ayudaban a rellenar la zanja, creando una pila de escombros desde la que los atacantes podían escalar los muros.

Las torres de asedio se acercaban a las murallas y a continuación arrojaban desde ella una plancha hasta la parte superior de la muralla. Los soldados de la torre podían avanzar entonces por la plancha y entablar la lucha cuerpo a cuerpo con los defensores. Dicha torre solía ser enorme. Tenía que ser protegida con pieles húmedas para evitar que la quemaran. Se movía con lentitud y dificultad, a causa de su peso. Había que empujarla o arrastrarla hacia delante con poleas que habían sido montadas previamente con estacas cerca de la base de la muralla del castillo. Había que preparar la tierra con anticipación, normalmente con una calzada de tablas planas de madera encima de tierra fuertemente comprimida, para facilitar el movimiento de la torre. Un área para la lucha, situada en la
parte superior de la torre, permitía disparar a los arqueros al castillo mientras se acercaba la torre. Los soldados montaban las escaleras dentro de la torre una vez que estaban cerca. Los asaltos desde una torre de asedio nunca cogían por sorpresa a los defensores, a causa de toda la preparación previa. Los defensores cogían escaleras para fortalecer la parte amenazada de la muralla o para evitar que tiraran la plancha. Ellos intentaban luchar contra la torre según se iba acercando. Hasta el último momento del asalto, las máquinas de guerra disparaban contra su objetivo en la muralla para dificultar los preparativos de los defensores y su respuesta al asalto. Si el primer grupo de atacantes provenientes de la torre lograba pasar, una corriente continua de hombres les seguía por
la plancha para finalizar la ocupación del castillo.

El ariete era un gran tronco con una cabeza de hierro que estaba introducida dentro de una abertura móvil y se hacía rodar hasta una parte de la muralla o una puerta. Una vez en la muralla se balanceaba el tronco adelante y hacia atrás contra el muro. La fuerza de los golpes abría brecha en la placa de madera de la puerta o el muro de piedra, creando una abertura para el ataque. La parte de arriba del ariete estaba cubierta con pieles húmedas para evitar que ardiera. El manejo del ariete era un trabajo peligroso. Los enemigos situados arriba arrojaban rocas de gran tamaño, agua hirviendo o aceite ardiendo sobre el ariete, con la intención de destrozarlo o de dar de baja de la suscripción de la vida a los hombres que lo manejaban. Incluso cuando se destruía un portal o un puente levadizo, había normalmente varios rastrillos y, además, tenían que abrirse paso por la puerta. En el
asedio de Tiro, durante el invierno de 1111-1112, los defensores árabes idearon una defensa ingeniosa contra el ariete. Tiraban ganchos con los que sujetaban el ariete y lo alejaban de la muralla. Así dificultaban continuamente su utilización.

Los arqueros atacantes y los ballesteros se refugiaban cuerpo a tierra detrás de grandes escudos de madera llamado pavises. Una estrecha rendija para disparar, situada en la parte superior, permitía disparar a los defensores. El rey de Inglaterra, Ricardo Corazón de León, recibió una herida mortal en el hombro por una flecha corta lanzada por una ballesta mientras miraba desde el lateral de un pavise.
 
hilo interesantisimo sin poleeeeeeeeeeeee
 
hilo interesantisimo sin poleeeeeeeeeeeee

Hombre, gracias :D Una se lo curra y aquí nadie ha hablado aún de las clases sociales. ¿Tiene usted algo que decir sobre el tema, y así lo reconducimos?

Y al taguero: yo me ajunto con todo el que me caiga bien y me quiera ajuntar... pero no, no he tenido roces con dicha forera.
 
Mis disculpas señorita, reconduzca el hilo a pesar de mi pole
:o
 
Mis disculpas señorita, reconduzca el hilo a pesar de mi pole
:o

No, no, me he expresado mal. Que se agradece que le haya parecido interesante, eso es todo. Y que si tiene algo que decir sobre las clases sociales pues se agradecerá, porque a mí ya no se me ocurre nada.
 
Si observamos la historia de la "clases sociales" creo que se puede sacar una conclusion, cuando una civilizacion es avanzada incluye una "clase media"

Me explico, siempre existe la clase social dominante, vinculada a la elite guerrera que es al mismo tiempo la poseedora de las tierras, como los nobles feudales. Tambien existe siempre una "elite espiritual" que al mismo tiempo suele ser la que atesora los conocimientos cientificos de la epoca, vease los monasterios mediavales o los sacerdotes egipcios. Pero conforme una sociedad aumenta su sofisticacion y nivel de vida, y con ello se hace compleja, aparecen nuevas clases sociales, principalmente mercaderes y artesanos especializados, sin los cuales no puede mantenerse el nivel de vida de las elites y tambien altos funcionarios, como los libertos romanos.

El sentido de mi reflexion es este, estamos en un momento en que los trabajadores especializados, desde ingenieros a medicos, etc. estan viendo desaparecer su capacidad economica y asimilandose a la "plebe". ¿Significara esto que nuestra sociedad esta involucionando? Yo pienso que si, y creo que en un tiempo las elites quizas se den cuenta de que el cuencoarrocismo y la desaparicion de la educacion generalizada les afectara, pese a tener una sociedad mas manejable.

Y añado un offtopic, ya que se ha tratado el tema del mantenimiento de ejercitos profesionales, es de destacar que muchos de los avances en el tema alimentario son consecuencia de la necesidad de manutencion de ejercitos numerosos durante un dilatado lapso de tiempo. Ejemplo, la comida enlatada fue un avance motivado por las guerras napoleonicas.

Pd. No le hagas caso a los insultos en los tags, vienen de gente tan poco apreciable que ni siquiera se atreve a tener un enfrentamiento directo en el mundo virtual. ¿Merece la pena tener en cuenta la opinion de alguien asi?
 
Si observamos la historia de la "clases sociales" creo que se puede sacar una conclusion, cuando una civilizacion es avanzada incluye una "clase media"

Me explico, siempre existe la clase social dominante, vinculada a la elite guerrera que es al mismo tiempo la poseedora de las tierras, como los nobles feudales. Tambien existe siempre una "elite espiritual" que al mismo tiempo suele ser la que atesora los conocimientos cientificos de la epoca, vease los monasterios mediavales o los sacerdotes egipcios. Pero conforme una sociedad aumenta su sofisticacion y nivel de vida, y con ello se hace compleja, aparecen nuevas clases sociales, principalmente mercaderes y artesanos especializados, sin los cuales no puede mantenerse el nivel de vida de las elites y tambien altos funcionarios, como los libertos romanos.

El sentido de mi reflexion es este, estamos en un momento en que los trabajadores especializados, desde ingenieros a medicos, etc. estan viendo desaparecer su capacidad economica y asimilandose a la "plebe". ¿Significara esto que nuestra sociedad esta involucionando? Yo pienso que si, y creo que en un tiempo las elites quizas se den cuenta de que el cuencoarrocismo y la desaparicion de la educacion generalizada les afectara, pese a tener una sociedad mas manejable.

Y añado un offtopic, ya que se ha tratado el tema del mantenimiento de ejercitos profesionales, es de destacar que muchos de los avances en el tema alimentario son consecuencia de la necesidad de manutencion de ejercitos numerosos durante un dilatado lapso de tiempo. Ejemplo, la comida enlatada fue un avance motivado por las guerras napoleonicas.

Pd. No le hagas caso a los insultos en los tags, vienen de gente tan poco apreciable que ni siquiera se atreve a tener un enfrentamiento directo en el mundo virtual. ¿Merece la pena tener en cuenta la opinion de alguien asi?

Interesantísimo punto de vista. Creo que el mayor logro de la actual "élite" ha sido que ya apenas seamos conscientes de que existe. Que nos gobiernan en la sombra, vaya, y no abiertamente como antes. Y que creemos que el enemigo es aquel que, un millar de € más o menos al mes, sigue siendo un asalariado, pues las cifras que maneja esta élite ya escapa al común entendimiento.

Otro tema curioso son las celebridades. Un famoso futbolista o cantante puede ganar mucho más al año que un directivo de multinacional (en la tabla hablan de 300k: Beckam ganaba 2M... al mes), pero sin poseer ni un solo medio de producción. ¿No podrían adquirir poder si les diese la gana? ¿Por qué no compran acciones a saco de cualquier multinacional? ¿No les permitirían entrar en el mundillo por no ser de la casta? Misterios de la vida...
 
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