M. Priede
Será en Octubre
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*****Robert Brenner es un economista e historiador marxista. Las soluciones que propone se resumen en una línea: "los trabajadores deben unirse para defender sus intereses". Y no tiene más que aportar. Sin embargo, solo a un simple se le ocurrirá pensar que el no disponer de una solución incapacita a alguien para entender el problema. Nuestras vidas están llenas de ejemplos similares: cuántas veces entendemos y sin embargo no podemos actuar, no solo por desconocer la solución sino con frecuencia por saber que es peor el remedio que la enfermedad; ello no quiere decir que estemos incapacitados para explicar el problema correctamente.
La reflexión de Brenner gira alrededor de una idea básica del marxismo, cual es la ley de caída tendencial de la tasa de ganancia (LCTTG), de la cual se ha escrito mucho, incluidos marxistas, demostrando que la fórmula propuesta por Marx no es científica. (Que alguien me explique la fórmula de la teoría de la evolución. ¿La inexistencia de esa formulación niega la evolución de las especies?).
Esta tendencia, o ley, aunque no se pueda formular, se entiende muy fácil con un ejemplo: todos habrán visto cómo infinidad de tiendas de su barrio se han ido cerrando al dejar de ser competitivas, al no poder hacer frente a los precios de los productos que ofertan las grandes superficies comerciales. Estos supermercados trabajan con márgenes de ganancia muy reducidos imposibles de asumir por un pequeño negocio (desde esta última crisis hay empresas que lo han rebajado a menos de un 2% de la facturación).
A pesar de esa competencia feroz, las grandes superficies se mantienen a flote gracias a que la distribución y sobre todo la venta al consumidor no se pueden transferir a un país cuyas tasas de ganancia sean más rentables para la empresa, puesto que difícilmente podríamos comprar en un supermercado ubicado en China. Sin embargo, en el campo de la producción todo ha cambiado, aunque también es verdad que hay economistas que sostienen que debido a la crisis energética la producción iniciará un ciclo contrario, es decir: acercar la producción al consumidor final, dado que los costes de transporte se van a disparar.
De momento, lo ocurrido hasta la fecha es que esa ley de Marx, si bien no es científica, parece inexorable, y el que no se pueda formular correctamente no signifca que ese hecho no exista. De la misma manera que, como decía antes, tampoco se puede formular la ley de la evolución de las especies y sin embargo ahí está, salvo para los creacionistas irredentos (curiosamente coinciden con los que sostienen que la Ley Natural crea y bendice la propiedad privada, y no contentos con eso se burlan de Darwin, de los ateos, y hasta de la ciencia) los cuales alegan que la biología y las diferentes ciencias de la vida no pueden explicar esos pasos evolutivos, dado que cualquier mutación provoca tales trastornos en el conjunto del organismo que hace tal mutación inviable a la descendencia. Bobadas, porque eso si algo demuestra es la incapacidad de la biología para demostrar la evidencia que otras ciencias, entre ellas la paleontología y la antropología, ponen delante de nosotros.
A lo que estamos: Brenner sostiene que esa caída en la tasa de ganancia es la ley que rige la inversión y por tanto la producción y la distribución internacional del trabajo. Volviendo a los supermercados ¿cuántos nuevos empresarios estarían dispuestos a introducirse en ese sector, arriesgando un capital enorme para recibir unos beneficios que en el mejor de los casos serán muy reducidos en comparación con el capital inicial? Digámoslo pronto: nadie. Pues imagínense en una gran empresa que tenga que competir no con Eroski, DIA o Mercadona, sino con empresas de la China o India; no digamos los trabajadores, ya que por sesenta euros al mes a un europeo le trae más a cuenta quedarse en la cama que ir a trabajar, ya que ese salario no cubre el coste de las calorías que consumirá trabajando; mejor el letargo, como los osos.
Es lo que decían Lino Camprubí y Javier Delgado Palomar en el vídeo que les vinculé ayer y que hasta los más viejos saben: una guerra es económicamente viable desde el momento en que destruye capital para volver a crearlo partiendo otra vez con unas altas tasas de ganancia, hasta entonces muy limitadas, tan limitadas que hacían imposible la inversión.
******Aquí tienen la entrevista realizada a Brenner, interesantísima, por supuesto. Abajo reproduzco el texto y hago algún comentario que nos acerque sus reflexiones a lo que día tras día vemos con nuestros propios ojos. Comento en azul.
Es una explicación coherente de la economía que funcionaba no solo a partir el 11 de septiembre de 2001 sino también anteriormente. Brenner no habla del 11-s ni de ninguna otra cosa que no sea de un proceso económico que desde luego conocían en la FED y en el Pentágono (hombre, simples no son). Por cierto: ¿dónde está esa culebra llamada Rodrigo Rato, que fue premiada con la presidencia del FMI y salió por pies justo antes de que todo estallara? Sí, destruyendo la segunda caja de ahorros más importante para convertirla en no se sabe qué. Bankia, le llaman.
Verán que hay muchos temas que no toca Brenner: la FED como banco central mundial, o casi; la financiación del Imperio, la crisis energética. Pero su análisis resulta desde luego muy interesante, lejos de los conocimientos puramente formalistas de los economistas al suos y de las soluciones mágicas que tanto se prodigan por ahí.
Robert Brenner, economista. Un análisis histórico-económico clásico de la actual crisis
Martes, 24 de Febrero de 2009
Seongjin Jeong
Hankyoreh
Traducción: Daniel Escribano
Un análisis histórico-económico clásico de la actual crisis. Entrevista. Robert Brenner · · · · ·
La reflexión de Brenner gira alrededor de una idea básica del marxismo, cual es la ley de caída tendencial de la tasa de ganancia (LCTTG), de la cual se ha escrito mucho, incluidos marxistas, demostrando que la fórmula propuesta por Marx no es científica. (Que alguien me explique la fórmula de la teoría de la evolución. ¿La inexistencia de esa formulación niega la evolución de las especies?).
Esta tendencia, o ley, aunque no se pueda formular, se entiende muy fácil con un ejemplo: todos habrán visto cómo infinidad de tiendas de su barrio se han ido cerrando al dejar de ser competitivas, al no poder hacer frente a los precios de los productos que ofertan las grandes superficies comerciales. Estos supermercados trabajan con márgenes de ganancia muy reducidos imposibles de asumir por un pequeño negocio (desde esta última crisis hay empresas que lo han rebajado a menos de un 2% de la facturación).
A pesar de esa competencia feroz, las grandes superficies se mantienen a flote gracias a que la distribución y sobre todo la venta al consumidor no se pueden transferir a un país cuyas tasas de ganancia sean más rentables para la empresa, puesto que difícilmente podríamos comprar en un supermercado ubicado en China. Sin embargo, en el campo de la producción todo ha cambiado, aunque también es verdad que hay economistas que sostienen que debido a la crisis energética la producción iniciará un ciclo contrario, es decir: acercar la producción al consumidor final, dado que los costes de transporte se van a disparar.
De momento, lo ocurrido hasta la fecha es que esa ley de Marx, si bien no es científica, parece inexorable, y el que no se pueda formular correctamente no signifca que ese hecho no exista. De la misma manera que, como decía antes, tampoco se puede formular la ley de la evolución de las especies y sin embargo ahí está, salvo para los creacionistas irredentos (curiosamente coinciden con los que sostienen que la Ley Natural crea y bendice la propiedad privada, y no contentos con eso se burlan de Darwin, de los ateos, y hasta de la ciencia) los cuales alegan que la biología y las diferentes ciencias de la vida no pueden explicar esos pasos evolutivos, dado que cualquier mutación provoca tales trastornos en el conjunto del organismo que hace tal mutación inviable a la descendencia. Bobadas, porque eso si algo demuestra es la incapacidad de la biología para demostrar la evidencia que otras ciencias, entre ellas la paleontología y la antropología, ponen delante de nosotros.
A lo que estamos: Brenner sostiene que esa caída en la tasa de ganancia es la ley que rige la inversión y por tanto la producción y la distribución internacional del trabajo. Volviendo a los supermercados ¿cuántos nuevos empresarios estarían dispuestos a introducirse en ese sector, arriesgando un capital enorme para recibir unos beneficios que en el mejor de los casos serán muy reducidos en comparación con el capital inicial? Digámoslo pronto: nadie. Pues imagínense en una gran empresa que tenga que competir no con Eroski, DIA o Mercadona, sino con empresas de la China o India; no digamos los trabajadores, ya que por sesenta euros al mes a un europeo le trae más a cuenta quedarse en la cama que ir a trabajar, ya que ese salario no cubre el coste de las calorías que consumirá trabajando; mejor el letargo, como los osos.
Es lo que decían Lino Camprubí y Javier Delgado Palomar en el vídeo que les vinculé ayer y que hasta los más viejos saben: una guerra es económicamente viable desde el momento en que destruye capital para volver a crearlo partiendo otra vez con unas altas tasas de ganancia, hasta entonces muy limitadas, tan limitadas que hacían imposible la inversión.
******Aquí tienen la entrevista realizada a Brenner, interesantísima, por supuesto. Abajo reproduzco el texto y hago algún comentario que nos acerque sus reflexiones a lo que día tras día vemos con nuestros propios ojos. Comento en azul.
Es una explicación coherente de la economía que funcionaba no solo a partir el 11 de septiembre de 2001 sino también anteriormente. Brenner no habla del 11-s ni de ninguna otra cosa que no sea de un proceso económico que desde luego conocían en la FED y en el Pentágono (hombre, simples no son). Por cierto: ¿dónde está esa culebra llamada Rodrigo Rato, que fue premiada con la presidencia del FMI y salió por pies justo antes de que todo estallara? Sí, destruyendo la segunda caja de ahorros más importante para convertirla en no se sabe qué. Bankia, le llaman.
Verán que hay muchos temas que no toca Brenner: la FED como banco central mundial, o casi; la financiación del Imperio, la crisis energética. Pero su análisis resulta desde luego muy interesante, lejos de los conocimientos puramente formalistas de los economistas al suos y de las soluciones mágicas que tanto se prodigan por ahí.
Robert Brenner, economista. Un análisis histórico-económico clásico de la actual crisis
Martes, 24 de Febrero de 2009
Seongjin Jeong
Hankyoreh
Traducción: Daniel Escribano
Un análisis histórico-económico clásico de la actual crisis. Entrevista. Robert Brenner · · · · ·