binissaida
Madmaxista
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Yo creo que el clásico método de la guerra total ya no es posible. Si sólo existiera la crisis económica, la estrategia de destruir para eliminar competidores y reactivar la tasa de ganancia sin duda sería la acertada (ya lo decía Marx), y por lo tanto, no sé si 4k pero, la eliminación de mucha gente sería la salida a la crisis (la 1a y 2a guerra mundial son buenos ejemplos).A mí me parece más clave el cuándo. Hay muchas maneras de llevar a cabo salvajadas.
Pero existen otras crisis que nunca en la historia del capitalismo y la insdustrialización se habían dado. El cénit del petroleo no lo puedes combatir eliminando población pobre porque es poco efectivo (el 80% del consumo de energía primaria lo hace el 20% de la población, esa población que dices que no queire que rusos, chinos o árabes controlen los recursos). Te cargarías 4k y sólo habríamos retrocedido 10 o 15 años en el consumo de energía. Pero lo peor es que así como en economía destruir tejido industrial sanea y revitaliza, en lo que se refiere a uso de recursos energéticos destruir tejido industrial, infraestructuras y medios de transporte no ayuda en nada. Imagina: Los países ricos se cargan medio mundo que les daba los recursos imprescindibles para su subsistencia, y encima tienen que reconstruir y gastar aún más recursos de la cuenta para reactivar la producción.
La guerra total no es la solución a una crisis energética global. Lo había sido hasta ahora porqué no había crisis energética global, y la reconstrucción era un balsamo para la economía que no cesaba en devorar más y más recursos.
El decrecimiento económico del 20% de la población que consume el 80% de los recursos será la salida a la crisis (se quiera o no, con o sin planificació). Los protocolos para reducir las emisiones de CO2 ayudaran a consentirlo, pero el encarecimiento y posterior escasedad del crudo será el verdadero motor del decrecimiento económico. Y aquí es donde las economías socialistas se tiene que imponer, simplemente por ser más eficientes en el uso (sín parásitos llamados empresarios que se llevan la plusvalía y la queman o la mal invierten en lujos) y planificación de los recursos (sín un mercado libre acéfalo que no es capaz de priorizar con inteligencia, sín propiedad privada que obstaculiza el trabajo y el uso de los recursos), y por ser más resolutivas con los problemas sociales que se van a desencadenar (paro, estanflación, pérdida de poder adquisitivo, pluripartidismo corrupto, hambre, miseria, etc.). Las economías capitalistas por muy keynesianas que sean no le pueden a la planificación y organización que se realiza en países socialistas cuando las cosas van mal dadas como por ejemplo durante la 2a guerra en la URSS en el 39, o recientemente Cuba durante el periodo especial que comenzó en el 89. Más allá de valorar estas experiencias si fueron o no satisfactorias para la población (que puede generar una discusión bizantina entre comunistas y anticomunistas que lleva un siglo y medio dandose), lo que sin duda se puede afirmar es que fueron más efectivas que otras experiencias capitalistas paralelas (sin el empuje de la economía de guerra socialista que alimentaba sin parar al ejercito rojo los alemanes se abrían adueñado de Europa y de sus recursos orientales, claves para ganar la guerra y dominar el mundo).