No es un problema de números absolutos. Sobre el papel Ucrania tenía un ejército de 400.000 hombres y sólo han podido desplegar en campaña el 10% de esa cifra.
Que la gente no tiene el más mínimo entusiasmo por la guerra lo evidencia el que tengan que recurrir a mercenarios extranjeros, que últimamente no se dejan ver, supongo que porque salen muy caros y ya han cobrado lo suyo tanto real en dinero como figurativamente en sangre, y medidas draconianas como alistar a presidiarios o coaccionar a los estudiantes universitarios a que se alisten o si no, no les dan el título, o reclutar a la fuerza a los habitantes de las ciudades "liberadas" por la junta.
Les falta infantería, y con las bajas todavía más. A los soldados de reemplazo que estaban en filas y que deberían haber sido licenciados, porque era la última quinta pues el servicio militar se eliminaba este añao, los siguen reteniendo. Los últimos en entrar se licencian en septiembre, ya os podéis imaginar la jovenlandesal que tienen.
El problema de las bajas no es la cantidad de pérdidas, si no la calidad de éstas. Al utilizar a los maidaneros y matones del Sector Derecho como carne de cañón, se desperdician las tropas mejor motivadas y más agresivas. Con las pérdidas de soldados de reemplazo instruidos y de tropa profesional del ejército regular, se pierden los cuadros para reconstruir las unidades y levar nuevas unidades. Por eso es tan importante la destrucción de las fuerzas aisladas en las bolsas. Una unidad que sufre muchas bajas puede reconstruirse si permanece un núcleo de cuadros de mandos, especialistas técnicos y veteranos para emplearlo como base. Una unidad cercada y forzada a rendirse, se pierde completamente.
En las guerras, la calidad de los ejércitos suele degradarse progresivamente si las bajas son muy elevadas. Las unidades fogueadas acaban convirtiéndose en veteranos y mejoran de calidad. Pero si las bajas son muy elevadas en vez de endurecerse y mejorar por experiencia, la calidad de la tropa empeora. Bajas elevadas requieren más reemplazos, que se instruyen apresuradamente, lo que lleva a un círculo vicioso de que las tropas mal adiestradas sufren todavía más bajas, lo que aumenta la demanda para acelerar el ciclo de instrucción.
Lo que es peor, la junta no se fía de la mitad del ejército, un tercio son rusos étnicos del este, el otro tercio ucranianos rusófonos del centro no especialmente motivados, lo que fuerza a Kiev a cargar el peso de la lucha sobre las tropas ucranianas de las regiones del oeste, el problema es que las tropas con fervor nacionalista de esas regiones ya se alistaron en la Guardia Nacional. El ucraniano medio del oeste será nacionalista y rusófobo, pero no se le ha perdido nada por el Este. Las bajas proporcionalmente más elevadas sufridas por estas tropas ya han causado protestas y conatos de motín. Si los ucranianos del oeste no tienen ganas de ir a la guerra, imagina cómo se sienten los húngaros de Transcarpatia que también han sido movilizados. Supongo que lo mismo pasará con los rumanos.
A largo plazo la junta de Kiev está quemando sus mejores unidades y la base para encuadrar una leva en masa. Se necesitan de media seis meses para formar un soldado competente, que se puede reducir a tres meses en una emergencia. Creo que Novorrusia no ha movilizado su potencial humano y está recurriendo a voluntarios, mientras encuadra e instruye a nuevas formaciones que se acaban de alistar después de la caída de Slavyansk. Si aguantan hasta el otoño, en tres meses, contando a partir de junio, pueden poner en pie nuevas unidades medianamente competentes con una amalgama de reservistas maduros y jóvenes bisoños, cubriendo bajas y recortando la diferencia en número mientras que Ucrania, puede que consiga mantener un ejército numeroso y del mismo tamaño, pero constituido con masas de reclutas mal adiestrados y peor motivados. Es más, el reclutar a la fuerza rusos étnicos del este es una receta, si no para motines, por lo menos para rendiciones y deserciones en masa.
Eso si no colapsa el estado ucraniano y se queda sin dinero para proseguir la guerra.
Claro que para eso hay que llegar a agosto y luego a septiembre.