Tras la heroína siempre ha estado la OTAN.
Lo de usar el opio para intentar controlar un país no es un invento nuevo, solo hay que ir a las guerras del opio.
La heroína fue introducido por la OTAN en occidente tras ver como la cosa se les empezaban a ir de las manos tras el mayo del 69, los numerosisimos movimientos juveniles y universitarios muy inclinados al comunismo, la lucha de los neցros en EEUU con martin luther king a la cabeza y los panteras negras, etc.
A finales de los sesenta el mundo estuvo apunto de cambiar, sobre todo por la fuerza de los jóvenes y ese fue el objetivo a atacar.
El sistema principalmente fue el de inundar las calles con drojas, asesinar a líderes estudiantiles o de otros tipos como Martin Luther King, provocar atentados de falsa bandera como los ocurridos en Italia perpetrados por una banda terrorista de la OTAN, etc.
En definitiva las drojas siempre han sido controlado por los estados y siempre han sido tanto una forma de financiar determinadas cosas sin que se pudiese saber de donde salía el dinero.
Por supuesto en esta estrategia han participado desde la policía, CNI, OTAN, CIA y bueno cualquier miembro de la OTAN o países aliados de la misma.
Durante los 60s empezaron a aparecer lo que se llaman movimientos contraculturales cuyo objetivo era el de dividir a los jóvenes entre punkis, hippies, Rockers VS Mods, etc, con el único objetivo de fomentar la división de clases entre jóvenes para que no se uniesen contra un frente común, es decir, se aplicaba el divide y vencerás.
En España la droja entró cuando interesó, ya que durante el franquismo el propio régimen era el que controlaba cualquier tipo de disidencia con extrema dureza, con lo que no hacía falta inundar las calles con drojas.
Hoy gracias a las modas, el consumismo y el adoctrinamiento impuesto por los medios de comunicación y los creadores de opinión pueden controlar a los jóvenes mejor incluso que con las drojas.
Por supuesto las drojas siguen circulando y el estado es el que pone en circulación dichas drojas, pero las drojas que circulan no generan tantos problemas sociales o al menos no tan visibles como ocurrió con la heroína.
También recuerdo que en los 70-80 se produjo una explosión en la aparición de sectas, sectas que usaban técnicas de controla coercitivo muy sofisticados que no podían provenir de un iluminado yo más bien creo que venían de profundos estudios militares del comportamiento y del control del individuo y las masas, que buscaban sacar el máximo de dinero y destruir a los jóvenes más idealistas, que son en el fondo los más peligrosos para el sistema.
También empezaron a aparecer grupos de ideología sking, que eran protegidos por el estado y las fuerzas policiales y que eran los matones que tenían que hacer el trabajo sucio de acallar la voz de los periodistas molestos, intentar explotar manifestaciones, amenazar o asesinar a determinadas personas y en definitiva provocar el miedo entre cualquiera que fuese contra el sistema. A día de hoy estos grupos están perfectamente organizados y financiados por la OTAN a través del dinero de como no, la droja, fondos reservados, donaciones de agentes de la OTAN, etc.
La única forma de luchar contra el sistema es precisamente lo contrario de lo que les interesa es que que los ciudadanos se unan, que no caigamos en las estrategias de división entre partidos políticos, modas, clases o lo que sea. Sin unión no hay nada que hacer ya que nos pelearemos nosotros mismo. En definitiva hay que crear un frente común y apagar el televisor que está lleno de manipulación, una manipulación que dicho sea de paso es altamente efectiva y sofisticada, donde los menores y adolescentes son los más receptivos a determinados mensajes contraculturales. Solo hay que ver la MTV o el canal Disney para darse cuenta de que muy sutil mente siempre hay como una especie de jovenlandesaleja contra revolucionaria, donde se presenta siempre al crítico contra el sistema como un personaje ridículo o un loco, aunque esto también pasa con la programación de los adultos, pero usando otro tipo de mecanismos más adaptados a un individuo más maduro.