Reconozco que no tengo una posición muy fuerte respecto a cosas como los costes del despido o los salarios mínimos... Un despido muy barato facilita tanto los despidos como las contrataciones, pero eso no es ni bueno ni malo, es un "los que entran por los que salen". En todo caso es cargar sobre el trabajador un mayor coste justo cuando es más vulnerable, en las crisis económicas (si la economía va mal son los que sufren las consecuencias de los despidos).
Es cierto que encarecer el despido puede suponer que muchos empresarios no puedan flexibilizar sus plantillas y quiebren, pero el problema yo creo que va más allá y es bastante fundamental, un asunto que los liberales suele callarse por puro marketing político: si no tienes pasta no puedes ser empresario ¡chorprecha!
Sinceramente no sé de donde viene la obsesión que de la izquierda moderna por las micro-pymes y los autónomos... Yo prefiero mucho antes grandes empresas, junto con leyes que protejan al trabajador y pongan coto a la ingeniería fiscal, no un entorno ultraliberal de sálvese quien pueda, que en teoría funciona muy bien, pero en la práctica o cada pocos años tiene que reflotarse con subvenciones y ayudas públicas o genera un entorno social horriblemente dual como el de EEUU, el país más rico del mundo pero con unas tasas de pobreza espantosas.
O sea, unas leyes muy laxas producen un entorno rico en empresas, pero muchas de ellas endebles y quebradizas, empresas que cuando vienen mal dadas desaparecerán, dejando paro y descubriendo un obvio desperdicio de recursos. Un exceso de flexibilidad burbujea la economía, vaya.
Esas leyes laxas solo tienen sentido en un entorno sin dinero fiducidiario. El único capitalismo que creo que pueda funcionar bien a largo plazo sin problemas es de la escuela austriaca, pero para eso hay que volver al patrón oro y olvidarse de imprimir dinero cada vez que a los políticos les apetezca comprar unos cuantos votos o rescatar una empresa.