No importa. 7.800 opciones de compra a 320 han acabado “At the money”. Eso son 780.000 acciones, si se ejecutan todas, que tienen que pasar del vendedor (Citadel y amigos, presumiblemente) a los compradores (retarded apes, presumiblemente).
Han aguantado como jabatos. Y eso a pesar de que Robinhood ha seguido puteándoles, restringiendo las compras y cerrando opciones antes de tiempo.
Lo normal sería que hubiera alguna triquiñuela de la SEC o incluso el gobierno el fin de semana, pero sus vínculos públicos con Citadel (Yellen, Bernanke) se lo ponen difícil. Lo de que la portavoz de la Casa Blanca sea hermana de un gestor de cartera de Citadel es maravilloso, la guinda del pastel.
El lunes, más.