Es que me encantaría pasar toda la conversación para que me dieran un punto de vista objetivo tío, para que se viera mi actitud y la suya desde el principio del día y desde ayer, que fue la misma pero que al hablar se fue calentando la cosa y todo se desmadró. Para que me dijeran en qué he fallado, qué ha sido culpa mía y qué no. Yo reconozco que soy una paranoica, que me rallo más de la cuenta, que me adelanto a los acontecimientos, que soy insegura y miedosa, pero jorobar, si se me habla razonada y pausadamente me calmo, no es tan difícil, hay gente que me calma. Y más si le he contado lo del trastorno y que hay que ser paciente conmigo. También tengo mucho que dar, no todo son defectos. Se supone que debe pesar más lo bueno que lo malo. ¿En este mes de relación y otro mes de conocernos todo ha sido malo? ¿Cómo puede ser tan hipócrita y hacer ese balance por 3 pilinguis riñas, 2 para mi gusto? Decirle lo del trastorno ha sido la gota que ha colmado el vaso creo. Esperaba algo de comprensión por parte de la persona que tanto dice que te ama, no que fuera un motivo más para dejarlo tras una discusión y que encima, viniendo de buenas y conciliadora, se siga diciendo cosas hirientes, viéndolo todo neցro e inflamando la discusión.
Otra lección que saco de todo esto es que a los hombres no os gusta que las mujeres os hablen, no os gusta que os calienten la cabeza. Queréis cosas simples, una tía que te dé cariño y polvos y listo. Qué fácil es estar en los buenos momentos. Mientras que cuando él ha estado decaído o estresado yo he estado ahí dándole ánimos y apoyo jovenlandesal para que estuviera mejor. Siempre, siempre, siempre soy la que da más en la relación, y cuando ya me he implicado demasiado es cuando me dan el palo. Por mi le pueden meter fuego al amor, no quiero saber nada del amor. Prefiero la tranquilidad y paz interior.
, es de las que en una discusion tienes que acercarte y decirle: " No le pegues mas, que ya esta muerta"
