Zhukov
Mariscal
A lo que añadiría:
Aunque todas las facciones comparten un mismo objetivo, quitar al PP del poder, cada una tenía sus propias intenciones y planes y el grado de conocimiento de los planes y objetivos de los otros es variable.
D y C no podían dar un golpe de estado sin la complicidad de los beneficiados, pero todo indica a que ni los traidores socialistas ni la ETA sabía que iba a pasar. Por ello el desconcierto inicial, los etarras tramaban un atentado pero no podían decir que no fueron ellos sin descubrirse. Rubalcaba y los demás policías y espías sabían que algo iba a pasar y seguramente no se esperaban tantos muertos. Si quedaba alguien leal a España, que no al PP, entre los mandos policiales y del espionaje y de las fuerzas armadas, se doblegaron todos ante lo inevitable. Muchos, con el Rey a la cabeza, pensarían de buena fe en caliente que fue un atentado islamista y que los politicastros del PP eran o unos temerarios que habían jugado con fuego y nos habían quemado a todos, o unos cobardes que habían querido aprovechar el atentado en su beneficio. Por eso las palabras de Rajoy en las que proclamaba su lealtad al rey. Seguramente fueron al monarca a pedir que se suspendieran las elecciones para tener tiempo de investigar y que se enfriaran los ánimos y Juan Carlos I les dijo que se fueran al cuerno, que él no iba a jugarse el trono salvando de la ira de media España a unos políticos que nunca le cayeron bien y que eran un estorbo para sus corruptelas. Los militares también se la tenían jurada al gobierno de Aznar por el accidente del Yak.
Entre la cúpula militar y policial, los que no eran partícipes de la conjura y sospecharon de la participación de jovenlandia o Francia callaron por razón de estado, no podían ir a la guerra con jovenlandia ni mucho menos con Francia. Menos todavía con media España movilizada en contra de la participación en la guerra de Irak.
Aunque todas las facciones comparten un mismo objetivo, quitar al PP del poder, cada una tenía sus propias intenciones y planes y el grado de conocimiento de los planes y objetivos de los otros es variable.
D y C no podían dar un golpe de estado sin la complicidad de los beneficiados, pero todo indica a que ni los traidores socialistas ni la ETA sabía que iba a pasar. Por ello el desconcierto inicial, los etarras tramaban un atentado pero no podían decir que no fueron ellos sin descubrirse. Rubalcaba y los demás policías y espías sabían que algo iba a pasar y seguramente no se esperaban tantos muertos. Si quedaba alguien leal a España, que no al PP, entre los mandos policiales y del espionaje y de las fuerzas armadas, se doblegaron todos ante lo inevitable. Muchos, con el Rey a la cabeza, pensarían de buena fe en caliente que fue un atentado islamista y que los politicastros del PP eran o unos temerarios que habían jugado con fuego y nos habían quemado a todos, o unos cobardes que habían querido aprovechar el atentado en su beneficio. Por eso las palabras de Rajoy en las que proclamaba su lealtad al rey. Seguramente fueron al monarca a pedir que se suspendieran las elecciones para tener tiempo de investigar y que se enfriaran los ánimos y Juan Carlos I les dijo que se fueran al cuerno, que él no iba a jugarse el trono salvando de la ira de media España a unos políticos que nunca le cayeron bien y que eran un estorbo para sus corruptelas. Los militares también se la tenían jurada al gobierno de Aznar por el accidente del Yak.
Entre la cúpula militar y policial, los que no eran partícipes de la conjura y sospecharon de la participación de jovenlandia o Francia callaron por razón de estado, no podían ir a la guerra con jovenlandia ni mucho menos con Francia. Menos todavía con media España movilizada en contra de la participación en la guerra de Irak.
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