Luego se ofenden cuando se les mira como un trozo de carne, entre las guarras obesas sin complejos y las pobres desgraciadas que van pisando descalzas por las sucias calles de londres o sentandose en el suelo como si se tratara de un perro... que pena de gente.
Después de una ducha y una sesión de karcher si que me tiraría a unas cuantas de ellas, pero invitan a romanticismo CERO.