Urederra
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Una urbanización de lujo acosada por okupas violentos
Las 30 familias de la colonia Les Canalies de Arenys de Mar viven atemorizados por grupos de delincuentes que ocupan viviendas
“Si te cruzas con uno de ellos y le miras a la cara, lo mínimo que puedes esperar es una retahíla de insultos, un intento de agresión y algún escupitajo”. Esta es la introducción que hace una de las vecinas de la urbanización Les Canalies, en la avenida con el mismo nombre de Arenys de Mar, para narrar su suplicio diario desde hace siete años. Unas viviendas de lujo que hace 13 años costaron 600.000 euros, pero que ahora están tan devaluadas que no se pueden ni vender. Todo empezó cuando un grupo de rumanos accedió por la fuerza a una de las cuatro viviendas vacías entre los números 45 y 51 –sin muebles, ni servicios– para instalarse definitivamente. “Sabían que el promotor había quebrado y la propiedad era de un banco”.
Las denuncias de los vecinos no han obtenido más respuesta que esporádicos refuerzos de vigilancia por parte de la policía local y promesas vacías de actuaciones inexistentes por parte de los Mossos d’Esquadra pese a denunciar actos delictivos flagrantes.
Desde que se instalaron los rumanos, todos con vehículos de alta gamma, empezaron los enfrentamientos con los vecinos que les recriminaban los robos de agua y los ataques a sus propiedades. La situación insalubre de las viviendas también ha sido denunciada. Allí conviven con conejos sueltos por el jardín y sufren conatos de incendio que provocan intoxicaciones en los vecinos, a causa de las hogueras que encienden en el interior de las casas.
Precisamente los conejos fueron la causa de un grave enfrentamiento con otros ocupas magrebíes, igual de violentos, que se instalaron en otra vivienda. El incidente lo provocó uno de los perros de raza peligrosa que campan a sus anchas y sin control por la urbanización, que mató a los conejos de los rumanos “lo que provocó una batalla campal”.
En otras casas se reúnen grupos de toxicómanos y traficantes que disfrutan del paraje para hacer sus necesidades. Desde la llegada de los okupas “no podemos ni dejar los coches en la calle, porque aparecen destrozados”, cuentan los afectados. Otra vivienda está ocupada por mendigos y personas sin hogar, que viven de pedir limosna en las calles. El lugar sufre una gran degradación, como muestran los escombros tirados por la calle “lo que provoca plagas de cucarachas y ratas”.
Es habitual en Les Canalies que a altas horas de la madrugada los vecinos se despierten sobresaltados por las peleas entre los grupos de okupas, alguno de cuyos miembros ha tenido que ser atendido por tortas. “En verano se pueden reunir hasta cincuenta personas en una sola casa” por lo que el ruido es atronador hasta el amanecer.
Los vecinos comparan su situación con la de Sodoma y Gomorra . Cuentan que es habitual verlos practicando sesso en los terrados a la vista de todos e incluso “chicas gritando y golpeando las puertas porqué huían tras haber sido agredidas sexualmente”.
Es tal la situación que los vecinos alertaron al Ayuntamiento del peligro que suponía que los okupas hagan hogueras en el interior de las casas, que no disponen de servicios básicos porque las compañías los cortaron hace tiempo, por lo que no dudan en saltar a los patios de los vecinos para proveerse de agua. “Repican las paredes y hacen como chimeneas donde queman de todo” para calentarse. También es normal que toda la urbanización “tenga un hedor de marihuana insoportable”.
Las 30 familias de Canalies están desesperadas. “Nadie nos hace caso”. La Generalitat les responde que lo suyo es competencia municipal y el Ayuntamiento que no puede actuar en una propiedad privada. Piden que se actúe contra la insalubridad y los desechos, pero tampoco han obtenido resultados. “Queremos que insten al juez a permitir que la policía entre en las casas” no por capricho, “por humanidad y para garantizar los derechos” de los residentes.
Una urbanización de lujo acosada por okupas violentos
Las 30 familias de la colonia Les Canalies de Arenys de Mar viven atemorizados por grupos de delincuentes que ocupan viviendas
“Si te cruzas con uno de ellos y le miras a la cara, lo mínimo que puedes esperar es una retahíla de insultos, un intento de agresión y algún escupitajo”. Esta es la introducción que hace una de las vecinas de la urbanización Les Canalies, en la avenida con el mismo nombre de Arenys de Mar, para narrar su suplicio diario desde hace siete años. Unas viviendas de lujo que hace 13 años costaron 600.000 euros, pero que ahora están tan devaluadas que no se pueden ni vender. Todo empezó cuando un grupo de rumanos accedió por la fuerza a una de las cuatro viviendas vacías entre los números 45 y 51 –sin muebles, ni servicios– para instalarse definitivamente. “Sabían que el promotor había quebrado y la propiedad era de un banco”.
Las denuncias de los vecinos no han obtenido más respuesta que esporádicos refuerzos de vigilancia por parte de la policía local y promesas vacías de actuaciones inexistentes por parte de los Mossos d’Esquadra pese a denunciar actos delictivos flagrantes.
Desde que se instalaron los rumanos, todos con vehículos de alta gamma, empezaron los enfrentamientos con los vecinos que les recriminaban los robos de agua y los ataques a sus propiedades. La situación insalubre de las viviendas también ha sido denunciada. Allí conviven con conejos sueltos por el jardín y sufren conatos de incendio que provocan intoxicaciones en los vecinos, a causa de las hogueras que encienden en el interior de las casas.
Precisamente los conejos fueron la causa de un grave enfrentamiento con otros ocupas magrebíes, igual de violentos, que se instalaron en otra vivienda. El incidente lo provocó uno de los perros de raza peligrosa que campan a sus anchas y sin control por la urbanización, que mató a los conejos de los rumanos “lo que provocó una batalla campal”.
En otras casas se reúnen grupos de toxicómanos y traficantes que disfrutan del paraje para hacer sus necesidades. Desde la llegada de los okupas “no podemos ni dejar los coches en la calle, porque aparecen destrozados”, cuentan los afectados. Otra vivienda está ocupada por mendigos y personas sin hogar, que viven de pedir limosna en las calles. El lugar sufre una gran degradación, como muestran los escombros tirados por la calle “lo que provoca plagas de cucarachas y ratas”.
Es habitual en Les Canalies que a altas horas de la madrugada los vecinos se despierten sobresaltados por las peleas entre los grupos de okupas, alguno de cuyos miembros ha tenido que ser atendido por tortas. “En verano se pueden reunir hasta cincuenta personas en una sola casa” por lo que el ruido es atronador hasta el amanecer.
Los vecinos comparan su situación con la de Sodoma y Gomorra . Cuentan que es habitual verlos practicando sesso en los terrados a la vista de todos e incluso “chicas gritando y golpeando las puertas porqué huían tras haber sido agredidas sexualmente”.
Es tal la situación que los vecinos alertaron al Ayuntamiento del peligro que suponía que los okupas hagan hogueras en el interior de las casas, que no disponen de servicios básicos porque las compañías los cortaron hace tiempo, por lo que no dudan en saltar a los patios de los vecinos para proveerse de agua. “Repican las paredes y hacen como chimeneas donde queman de todo” para calentarse. También es normal que toda la urbanización “tenga un hedor de marihuana insoportable”.
Las 30 familias de Canalies están desesperadas. “Nadie nos hace caso”. La Generalitat les responde que lo suyo es competencia municipal y el Ayuntamiento que no puede actuar en una propiedad privada. Piden que se actúe contra la insalubridad y los desechos, pero tampoco han obtenido resultados. “Queremos que insten al juez a permitir que la policía entre en las casas” no por capricho, “por humanidad y para garantizar los derechos” de los residentes.
Una urbanización de lujo acosada por okupas violentos
vivan rodeados de okupas de la peor especie?
