Crees que tu libertinaje no tiene ningún impacto en la vida de los demás, cuando en realidad sí lo tiene, y además muy profundo.
Te pongo un ejemplo: tu libertinaje ha causado que haya un incremento BRUTAL en la cantidad de niños y adolescentes que se identifican como "no binarios", trastornando su desarrollo como personas funcionales de la sociedad ya que sus preocupaciones están lejos de las de formar familias y educarlas en valores constructivos para una sociedad próspera y creciente. Tu libertinaje ha causado que un número creciente de gente joven se encuentre más perdida que nunca, obsesionada con sus genitales y su "identidad". Jamás ha habido una incidencia de depresión y ansiedad tan alta como la que existe hoy entre los jóvenes por causa directa de sus crisis de identidad, a la que la "teoría queer" que tú secundas con tu forma de pensar y actuar ha contribuido casi en su enteridad.
Y como este ejemplo, muchas más consecuencias insospechadas de la hez que promulgas. Porque no es solo "puedo hacer mil cosas con mi cachopo" (como decía, obsesión enfermiza por los genitales, sois todos así), es el pack que frecuentemente viene asociado: reprobar el concepto de meritocracia; la profunda aversión al emprendimiento empresarial, el ahorro, la inversión y la libertad económica en una palabra; permitir que el gobierno (cuando éste es de vuestro gusto, claro) se meta por narices en la educación de los hijos; apoyar la desintegración del núcleo familiar (y consecuentemente el debilitamiento del poder político que pueda ejercer una sociedad con familias de mentalidad independiente del estado) o en pocas palabras, apoyar y colaborar con el "divide et impera" estatal para el control social y más cositas muy chulis.
Mi preocupación, que no parece la tuya (ya que la tuya va más orientada hacia los genitales propios y de otros, oh sorpresa), es por una sociedad que se encuentra en la hez por culpa de votantes, lerdos, lamebotas, marxistoqueer, satánicognósticos como tú que no tienen ni idea del daño que hacen ni tampoco de lo que contribuyen al envilecimiento, la discordia, la degeneración, el libertinaje infantiloide y el emputecimiento de una sociedad decadente como la nuestra. No tienen ni idea porque jamás se paran a pensar en las consecuencias de sus actos o ideas, jamás hacen análisis de conciencia y tienen la capacidad de pensamiento prospectivo de un pez.