DavidCole
Himbersor
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El 23 de abril de 2017, alrededor de las 9 de la mañana, una joven de unos veinte años, vestida con un abrigo oscuro, llegó a la oficina de turismo de Rennes-le-Château para solicitar el horario de apertura de la iglesia. Tenía, dijo, la intención de visitarla. La empleada del museo le indicó los horarios. La visitante decidió tomar un café en un restaurante cercano y luego pasear por las calles. Alrededor de las 11:15h de la mañana, le pidió a un restaurador poder lavarse las manos. Unos minutos más tarde, reapareció vestida con una larga capa blanca, con un velo en la cabeza y una máscara veneciana en la cara.
“Todos ustedes son infieles”
En esta época del año, solo unos sesenta habitantes viven en el lugar y tal como iba vestida la joven, obviamente, no pasó desapercibida. Aunque este lugar de misterio atrae a extraños de todo tipo en busca de tesoros, un residente informó que en este caso era diferente: “Me di cuenta muy rápidamente que no tenía nada que ver con el tesoro Saunière.”
Delante de algunos turistas sorprendidos por la vestimenta de la joven, se refugió en la llamada “gruta de la Virgen”, en el jardín de acceso de la iglesia, y mantuvo por teléfono una larga conversación en árabe, y luego entró en silencio a la iglesia, llevaba una hacha en la mano con la que comenzó a golpear la famosa pila de agua bendita coronada por la representación de un diablo que soporta el peso de la cruz.
En su afán destructivo, decapitó el famoso diablo rojo, le cortó los dos brazos, parte de las alas para posteriormente colocar un Corán a sus pies, a continuación, se dirigió al coro de la iglesia y destruyó el bajorrelieve del altar de María Magdalena delante de algunos visitantes aturdidos y asustados. La alarma se dio de inmediato al alcalde, Alexandre Painco quien intervino rápidamente y al encontrarse con los hechos y a la mujer con el hacha llamó a la policía.
Encontró a la joven sorprendentemente tranquila y le preguntó por qué se cometió estos actos. Ella respondió con calma:
–“Aquí es un día de elecciones presidenciales, mientras que en el oeste de Siria bombardean y matan a los niños. Todos ustedes son infieles! Mi marido está ahí fuera”.
Algunos habitantes del pueblo le replicaron:
-“El islamismo no permite a las mujeres tener acceso al conocimiento, al saber. Son solo esclavas sensuales y las mantienen dentro del analfabetismo”
La mujer respondió:
-“Se equivocan. He estudiado y lo sé todo. Todo está escrito en los libros. El diablo es la representación del mal y no debemos adorar estatuas”
“Todos ustedes son infieles”
En esta época del año, solo unos sesenta habitantes viven en el lugar y tal como iba vestida la joven, obviamente, no pasó desapercibida. Aunque este lugar de misterio atrae a extraños de todo tipo en busca de tesoros, un residente informó que en este caso era diferente: “Me di cuenta muy rápidamente que no tenía nada que ver con el tesoro Saunière.”
Delante de algunos turistas sorprendidos por la vestimenta de la joven, se refugió en la llamada “gruta de la Virgen”, en el jardín de acceso de la iglesia, y mantuvo por teléfono una larga conversación en árabe, y luego entró en silencio a la iglesia, llevaba una hacha en la mano con la que comenzó a golpear la famosa pila de agua bendita coronada por la representación de un diablo que soporta el peso de la cruz.
En su afán destructivo, decapitó el famoso diablo rojo, le cortó los dos brazos, parte de las alas para posteriormente colocar un Corán a sus pies, a continuación, se dirigió al coro de la iglesia y destruyó el bajorrelieve del altar de María Magdalena delante de algunos visitantes aturdidos y asustados. La alarma se dio de inmediato al alcalde, Alexandre Painco quien intervino rápidamente y al encontrarse con los hechos y a la mujer con el hacha llamó a la policía.
Encontró a la joven sorprendentemente tranquila y le preguntó por qué se cometió estos actos. Ella respondió con calma:
–“Aquí es un día de elecciones presidenciales, mientras que en el oeste de Siria bombardean y matan a los niños. Todos ustedes son infieles! Mi marido está ahí fuera”.
Algunos habitantes del pueblo le replicaron:
-“El islamismo no permite a las mujeres tener acceso al conocimiento, al saber. Son solo esclavas sensuales y las mantienen dentro del analfabetismo”
La mujer respondió:
-“Se equivocan. He estudiado y lo sé todo. Todo está escrito en los libros. El diablo es la representación del mal y no debemos adorar estatuas”
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