Leon S. Kennedy
Madmaxista
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Alijando en helicóptero en Chiclana por 150.000 euros el porte
Era noche cerrada y fría. Soplaba algo de viento. Cuando tocó tierra con su helicóptero en una finca de Chiclana de la Frontera (Cádiz), el piloto ucraniano Vitor Blaha salió...
Narcotráfico
Alijando en helicóptero en Chiclana por 150.000 euros el porte
Un militar ucraniano pilotaba la nave con la que los narcos del Estrecho pasaban fardos entre Europa y África. El coronel Blaha había montado, desde la Costa del Sol, una organización de narcovuelos rasantes para los clanes. Reutilizaban chatarra de helicópteros del Este
Momento en el que los dos pilotos de la aeronave tratan de huir al percatarse del operativo policial. CRÓNICA26/03/2024 15:30
Era noche cerrada y fría. Soplaba algo de viento. Cuando tocó tierra con su helicóptero en una finca de Chiclana de la Frontera (Cádiz), el piloto ucraniano Vitor Blaha salió corriendo de la aeronave junto a su copiloto, de la misma nacionalidad. La dejaron tirada, con casi 800 kilos de hachís en su interior, en una enorme extensión de cultivo que en ese momento se encontraba en barbecho, muy próxima a un tentadero de vacas. Habían volado por encima de las aguas del Estrecho muy bajo, sin luces, con el navegador apagado, como kamikazes, a no más de 150 pies, unos 30 metros de altura. Pero la Guardia Civil, que había montado un operativo para acabar con su organización de narcovuelos entre Europa y África, logró darles caza.
Ese día, Blaha, un coronel de un cuerpo policial de su país natal, no cobró los entre 140.000 y 150.000 euros que se embolsaba por cada vuelo que operaba entre la sierra de Cádiz y el norte de jovenlandia para traerse de vuelta a la península un alijo de chocolate. Aquellos dos ucranianos acabaron esposados y en prisión. A quien ya no se necesitó engrilletar fue al hombre que ejerció de enlace entre ellos y el jovenlandés que les suministraba la droja. El intermediario era un ciudadano de ascendencia jovenlandés y residente en Ceuta, Munir Rachid Mohamed, de 44 años.
Se encontraba en los alrededores de la finca cuando explotó el operativo policial. Probablemente, supervisando el alijo. Cuando vio varios coches de la Guardia Civil merodeando por la zona, trató de huir por una carretera secundaria. Acabó muriendo al estrellarse con la furgoneta en la que viajaba, una Mercedes Vito, contra un terraplén de la vía. Los hechos ocurrieron en torno a las dos de la madrugada del pasado 15 de enero.
La operación se saldó con la detención de nueve personas. La llevó a cabo el Equipo de Delincuencia Organizada y Antidroga (EDOA) de la comandancia de la Guardia Civil de Málaga. El Juzgado de Instrucción número 4 de Fuengirola ha impulsado la causa. El helicóptero incautado portaba 30 fardos de hachís. En total, 795 kilos de droja. La organización propietaria había retirado los asientos traseros de la aeronave para ganar espacio y capacidad de carga.
Helicóptero incautado a la organización de narcos desarticulada. CRÓNICALa investigación nació gracias a que las fuerzas policiales marroquíes informaron a la Guardia Civil de un accidente de un helicóptero cerca de Tánger, al norte del país vecino. El siniestro se produjo en agosto del año pasado. No hubo muertos. Pero los agentes del EDOA de Málaga pusieron su foco sobre Blaha, que tenía un piso de lujo en Marbella.
Con esa información, los investigadores comenzaron a seguir sus pasos. Se dieron cuenta de que en la Costa del Sol había asentada una organización de traficantes que traía a España piezas de helicóptero como chatarra de antiguos países de la extinta Unión Soviética y que, una vez aquí, disponía de mecánicos para ensamblar las piezas y echar a volar los artefactos. Con el avance de las pesquisas, los agentes supieron también que ocultaban la aeronave en un almacén próximo a Arcos de la Frontera (Cádiz). Consiguieron detectarlo el 10 de diciembre de 2023. Estaba junto a un cobertizo. Además de este, la banda desarticulada disponía de otro helicóptero que se encontraba en reparación.
"SE HACEN CASI INDETECTABLES"
«Esta vez, la colaboración de jovenlandia ha sido esencial a la hora de trasladarnos esa información. También ha sido clave la gestión que hizo con ella el centro de inteligencia de la Guardia Civil, el CRAIN, que supo encauzarla correctamente», destaca el teniente al frente del EDOA en Málaga, en conversación en exclusiva con EL MUNDO.
Los investigadores explican que un helicóptero como el que pilotaba Vitor Blaha aquella noche es «sumamente difícil de detectar, ya que vuela tan bajo que las montañas hacen que las ondas que reciben los radares españoles se pierdan». «Se hacen casi indetectables, pese a que quienes van a bordo asumen un gran riesgo durante el vuelo», añaden.
Los vuelos de Blaha, ida y vuelta por el Estrecho, no duraban más de una hora. Los pilotos a bordo de este tipo de aeronaves realizan ensayos previos con distintas cargas partiendo desde aeródromos del sur de España para probar gasto de combustible, conocer la manejabilidad del artefacto o para coger puntos de referencia lumínicos (como los que señalan la ubicación de los aerogeneradores de electricidad del parque eólico de la zona de Tarifa, en Cádiz).
El helicóptero transportaba casi 800 kilos de hachís, repartidos en 30 fardos. CRÓNICA«El rendimiento económico de estos narcovuelos es brutal. En un alijo de hachís con una narcolancha tradicional participan los que van a bordo de la embarcación, los que sacan la droja en la playa, los que la llevan en el coche hasta la nave donde la guardan... Hay mil manos reclamando su dinero. Aquí está el suministrador en jovenlandia, el enlace de Ceuta, que es el que contacta con los ucranianos, y poco más. Necesitan menos cantidad de droja para obtener mayor rentabilidad».
