Si son los mismos que el día después mataron al futbolista,
la no detención ha provocado que haya un muerto
Lo mejor, pum pum
a pagar las pensiones
Un joven de 23 años pierde la visión en un ojo tras ser agredido en Abando | El Correo
AINHOA DE LAS HERAS
Domingo, 24 diciembre 2017, 01:18
El homicidio de la calle Navarra se produce apenas 24 horas después de una brutal agresión a dos jóvenes en el entorno de la bilbaína estación de Abando, situada a pocos metros. Como consecuencia del ataque, un joven de 23 años, vecino de Portugalete, ha sufrido la pérdida de visión en un ojo, fractura del tabique nasal y tiene «grapas por toda la cabeza» tras ser agredido junto con un amigo por un grupo de individuos a primera hora de la mañana del pasado viernes, día 22 de diciembre. Según su padre, el chico salió en defensa de su acompañante al que los asaltantes querían robar el móvil.
El suceso se produjo sobre las siete y cinco de la mañana. Según informó un portavoz del Departamento vasco de Seguridad, un particular avisó a SOS Deiak de que una persona estaba sangrando por la cabeza en la estación de Abando. Al comunicante le pareció que podría tratarse de una pelea, aunque en realidad era un intento de robo. Los primeros recursos desplazados al lugar encontraron a un joven de 23 años con una hemorragia en el rostro.
Lagunas de memoria
Su acompañante también estaba herido, aunque su pronóstico era leve. Ambos fueron trasladados finalmente al hospital de Cruces, aunque en un primer momento iban a ser evacuados a Basurto. Varios ertzainas acudieron al centro médico donde hablaron con familiares de uno de los ingresados que les confirmaron que los chicos habían sido víctimas de un asalto por parte de varios individuos. La declaración de las víctimas se ha tenido que posponer hasta que se recuperen de las heridas, probablemente a principios de esta próxima semana.
En los primeros momentos, el joven que resultó peor parado sufría lagunas de memoria, pero poco a poco va recordando lo que les ocurrió. Entre su versión y la del amigo, el padre ha sabido que los dos jóvenes, que regresaban a casa después de haber estado en la feria de Santo Tomás y de prolongar la fiesta, sufrieron un «intento de robo fuera del metro».
«Dos chavales le pidieron al amigo de mi hijo el móvil y éste les dijo que no, que no. Entonces, les vinieron un montón de chicos, igual doce o quince, y estos empezaron a correr hacia el metro y allí les empezaron a arrojar botellas y de todo. Al otro chico le tiraron al suelo y mi hijo le defendió y le ayudó a levantarse», explica el familiar en conversación con este periódico.
Con una botella rota
A partir de ese momento, los agresores se cebaron con él. La Ertzaintza trata de aclarar si, tal como se sospecha, la agresión contra este chico fue cometida con el filo cortante de una botella rota. Para ello cuenta con la grabación realizada por las cámaras de seguridad del metro, donde se aprecia cómo es atacado brutalmente por uno de los jóvenes, que esgrime un objeto en la mano.
«No hay derecho a que le hayan hecho esto, es un chaval fabuloso, tiene la carrera de empresariales y sabe cuatro idiomas, ha recorrido parte de Sudamérica y le han arruinado la vida en casa. Va a perder la visión, le han roto el tabique y tiene grapas por toda la cabeza», lamenta el padre, muy afectado por los hechos. «Mi hijo no es el bandolero, le han agredido, han ido a por ellos. No les han dado de baja de la suscripción de la vita porque no les ha dado la gana, y siguen en la calle», protesta. Pero «está todo grabado y las imágenes son muy buenas», confía. La Ertzaintza trabaja en la identificación de los sospechosos de la agresión.
Gracias a la única periodista con narices de euskadi.