Elpaisdelasmaravillas
Madmaxista
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Esta es la historia de un director general que decidió que la crisis no iba con él y que, a pesar de ser un cargo de la Administración autonómica, no dudó en pasearse con un coche oficial más que ostentoso tratándose de un servidor público. El alto cargo es el director de la empresa Prodeca (Promotora d'Exportacions Catalanes, SA), Fernando Bienert. Esta es una empresa pública que depende de la Conselleria de Agricultura, Alimentació i Acció Rural y que se dedica a la promoción de los productos alimentarios dentro y fuera de Catalunya. Y el coche que ha dado tanto que hablar en los corrillos de chóferes y altos cargos del Govern es un Audi Q5, con equipación de lujo y valorado en cerca de 60.000 euros. Tanto llamaba la atención que, al final, a Bienert le han obligado a prescindir de su flamante vehículo.
Bienert siempre podrá recordar que disfrutó de un Q5 durante un mes y medio, en marzo y un par de semanas de abril. Sus antecesores, incluso antes de los recortes obligados por la recesión económica, se desplazaban en un Volkswagen Passat, uno de los modelos que, en diferentes categorías, es de los más utilizados en la Generalitat. La elección del Q5 sorprendió dentro y fuera de la empresa pública que preside Bienert, aunque sus jefes le autorizaron la adquisición de este vehículo, como mínimo poco indicado tanto por el precio como por el hecho de tratarse de un todocamino que destacaba mucho entre el resto de vehículos oficiales.
No es la primera vez que un coche oficial es motivo de polémica puesto que los accesorios del Audi A8 del presidente del Parlament, Ernest Benach, se convirtieron en munición para socios y oposición. Fue tal la tormenta que acabó retirando la famosa mesa y el reposapiés.
LA PARADOJA
"¿Para qué comprar con el dinero de todos un todocamino de gama alta si solo se utiliza para ir a ferias?", se preguntaba otro cargo de la Generalitat que, además, sabe de la contención que el Departamento de Economía ha obligado a aplicar en los distintos niveles de la Administración. Incluso hay una conselleria, Interior y Relacions Institucionales, que ha redactado un manual de ahorro que, entre otras medidas, recomienda usar el transporte público, el Bicing o el servicio de coche compartido, antes que el taxi.
Según el acuerdo al que llegaron los tres partidos de izquierda, solo los consellers y secretarios generales de los departamentos tienen asignado un coche oficial. Los directores generales deben solicitarlo en función de sus necesidades, pero no tienen un chófer adjudicado, y muchas veces se recurre al servicio de alquiler. En el caso de los altos cargos de las empresas públicas, este control es menos riguroso.
Irónicamente alguien podrá bromear diciendo que mientras el Govern luchaba por tener el Audi Q3, en casa ya disfrutaban del Q5.
Un director general de Agricultura compra un Q5 como coche oficial | El Periódico de Catalunya | Política
Bienert siempre podrá recordar que disfrutó de un Q5 durante un mes y medio, en marzo y un par de semanas de abril. Sus antecesores, incluso antes de los recortes obligados por la recesión económica, se desplazaban en un Volkswagen Passat, uno de los modelos que, en diferentes categorías, es de los más utilizados en la Generalitat. La elección del Q5 sorprendió dentro y fuera de la empresa pública que preside Bienert, aunque sus jefes le autorizaron la adquisición de este vehículo, como mínimo poco indicado tanto por el precio como por el hecho de tratarse de un todocamino que destacaba mucho entre el resto de vehículos oficiales.
No es la primera vez que un coche oficial es motivo de polémica puesto que los accesorios del Audi A8 del presidente del Parlament, Ernest Benach, se convirtieron en munición para socios y oposición. Fue tal la tormenta que acabó retirando la famosa mesa y el reposapiés.
LA PARADOJA
"¿Para qué comprar con el dinero de todos un todocamino de gama alta si solo se utiliza para ir a ferias?", se preguntaba otro cargo de la Generalitat que, además, sabe de la contención que el Departamento de Economía ha obligado a aplicar en los distintos niveles de la Administración. Incluso hay una conselleria, Interior y Relacions Institucionales, que ha redactado un manual de ahorro que, entre otras medidas, recomienda usar el transporte público, el Bicing o el servicio de coche compartido, antes que el taxi.
Según el acuerdo al que llegaron los tres partidos de izquierda, solo los consellers y secretarios generales de los departamentos tienen asignado un coche oficial. Los directores generales deben solicitarlo en función de sus necesidades, pero no tienen un chófer adjudicado, y muchas veces se recurre al servicio de alquiler. En el caso de los altos cargos de las empresas públicas, este control es menos riguroso.
Irónicamente alguien podrá bromear diciendo que mientras el Govern luchaba por tener el Audi Q3, en casa ya disfrutaban del Q5.
Un director general de Agricultura compra un Q5 como coche oficial | El Periódico de Catalunya | Política