david53
Madmaxista
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El descontento con el portero, que graba la ropa interior y lo sube a redes, fue el detonante. El edificio de la refriega está en el barrio del Pilar
Piden 23 meses de guandoca por insultar a unos vecinos en Madrid por su origen racial y tirarles excrementos
César, el anciano herido, en el hospital. A la izquierda, el edificio de la disputa ABC
Cuando los problemas no se solucionan en el momento adecuado, se enquistan. Así es como llegan las desgracias. Y por una situación así, que comenzó por un desacuerdo con la contratación de un portero de la finca, César de Ávila Díez, un anciano que en agosto hará 94 años, ha terminado ingresado grave en el hospital. El que fuera presidente de su comunidad hasta hace unos tres años le propinó una paliza que, por su avanzada edad, pudo haberle causado la muerte.
Alicia, su hija, explica a ABC que el hombre, además de los hematomas, tiene una hemorragia interna en el cerebro por la que se está medicando con un anticoagulante de la sangre que, hasta ese momento, no precisaba.
La mujer narra que todo empezó cuando Eugenio, a finales de 2020, el que era entonces presidente del número 42 de la calle de Melchor Fernández Almagro, en el barrio del Pilar, contrató a Óscar como portero, un español de mediana edad. En su selección también participó la mujer del presidente. Pues desde muy poco después de su contratación, el conserje comenzó a dar problemas. De los primeros fue en enero, junto cuando la borrasca Filomena arrasó Madrid. «Los vecinos tuvieron que quitar la nieve de la puerta porque él se negaba, decía que eso no era su trabajo», recuerda la hija de César.
«Pero es que, desde que entra a las cinco de la tarde y hasta las nueve de la noche, el portero se pasa el tiempo haciendo directos en TikTok, donde sube vídeos de la vida en la comunidad», se indigna. Hablamos de imagenes en las que se burla, por ejemplo, «de la ropa que tiene tendida la gente e incluso de que las ropa interior son antiestéticas y antiguas». Lo que parece una broma de muy mal gusto no llega ni a gracieta si se tiene en cuenta que el autor es alguien a quien tienen a sueldo «y no hace su trabajo».
Lo sorprendente es que, después de años así y denuncias de otros vecinos, según asegura Alicia, su impunidad sigue: «Los provoca para que los graben y subir después los vídeos editados a sus redes sociales. Por ejemplo, se pone en la parada del autobús y dice que tal persona que pasa es un carterista o que está enganchada al fentanilo. A una chica que bajó con el novio de su casa le dijo que no podía mirar la escalera, ya que, no sabemos por qué, tiene prohibido que se observe en los trasteros».
Alicia y otros residentes han intentado ya que lo despidan. La actual presidencia del bloque se negaba a convocar una junta extraordinaria (la ordinaria es solo anual), pero la mujer y otras vecinas recogieron firmas. En marzo, se celebró por fin la reunión, y la conclusión fue darle una segunda oportunidad a Óscar y apercibirlo por carta.
Días después, César, el nonagenario, salía del edificio cuando vio cómo Eugenio discutía con otro vecino. Y fue cuando el anciano le recriminó: «¡Eres un zascandil y un ladrón!». Salieron a la puerta y el exvicepresidente le dio un puñetazo junto al ojo, tirándole al suelo. Se golpeó con un bolardo en el pecho y con la cabeza en el suelo. Sangraba por la boca y un pómulo.
El agresor lo dejó allí tirado y unas mujeres auxiliaron a César, que ha puesto el asunto en manos de Paredes Abogados. «Mi padre pudo haber muerto», se queja su hija.
Piden 23 meses de guandoca por insultar a unos vecinos en Madrid por su origen racial y tirarles excrementos
César, el anciano herido, en el hospital. A la izquierda, el edificio de la disputa ABC
Cuando los problemas no se solucionan en el momento adecuado, se enquistan. Así es como llegan las desgracias. Y por una situación así, que comenzó por un desacuerdo con la contratación de un portero de la finca, César de Ávila Díez, un anciano que en agosto hará 94 años, ha terminado ingresado grave en el hospital. El que fuera presidente de su comunidad hasta hace unos tres años le propinó una paliza que, por su avanzada edad, pudo haberle causado la muerte.
Alicia, su hija, explica a ABC que el hombre, además de los hematomas, tiene una hemorragia interna en el cerebro por la que se está medicando con un anticoagulante de la sangre que, hasta ese momento, no precisaba.
La mujer narra que todo empezó cuando Eugenio, a finales de 2020, el que era entonces presidente del número 42 de la calle de Melchor Fernández Almagro, en el barrio del Pilar, contrató a Óscar como portero, un español de mediana edad. En su selección también participó la mujer del presidente. Pues desde muy poco después de su contratación, el conserje comenzó a dar problemas. De los primeros fue en enero, junto cuando la borrasca Filomena arrasó Madrid. «Los vecinos tuvieron que quitar la nieve de la puerta porque él se negaba, decía que eso no era su trabajo», recuerda la hija de César.
«Pero es que, desde que entra a las cinco de la tarde y hasta las nueve de la noche, el portero se pasa el tiempo haciendo directos en TikTok, donde sube vídeos de la vida en la comunidad», se indigna. Hablamos de imagenes en las que se burla, por ejemplo, «de la ropa que tiene tendida la gente e incluso de que las ropa interior son antiestéticas y antiguas». Lo que parece una broma de muy mal gusto no llega ni a gracieta si se tiene en cuenta que el autor es alguien a quien tienen a sueldo «y no hace su trabajo».
Lo sorprendente es que, después de años así y denuncias de otros vecinos, según asegura Alicia, su impunidad sigue: «Los provoca para que los graben y subir después los vídeos editados a sus redes sociales. Por ejemplo, se pone en la parada del autobús y dice que tal persona que pasa es un carterista o que está enganchada al fentanilo. A una chica que bajó con el novio de su casa le dijo que no podía mirar la escalera, ya que, no sabemos por qué, tiene prohibido que se observe en los trasteros».
Alicia y otros residentes han intentado ya que lo despidan. La actual presidencia del bloque se negaba a convocar una junta extraordinaria (la ordinaria es solo anual), pero la mujer y otras vecinas recogieron firmas. En marzo, se celebró por fin la reunión, y la conclusión fue darle una segunda oportunidad a Óscar y apercibirlo por carta.
Días después, César, el nonagenario, salía del edificio cuando vio cómo Eugenio discutía con otro vecino. Y fue cuando el anciano le recriminó: «¡Eres un zascandil y un ladrón!». Salieron a la puerta y el exvicepresidente le dio un puñetazo junto al ojo, tirándole al suelo. Se golpeó con un bolardo en el pecho y con la cabeza en el suelo. Sangraba por la boca y un pómulo.
El agresor lo dejó allí tirado y unas mujeres auxiliaron a César, que ha puesto el asunto en manos de Paredes Abogados. «Mi padre pudo haber muerto», se queja su hija.
